Bryan Adams viene siendo un asiduo al Royal Albert Hall londinense desde hace unos años. Durante tres noches llenó el mítico local de la capital británica. Cada noche repasando un disco entero. El martes 14 de mayo era el turno para celebrar el 40 aniversario de su mejor disco: “Reckless” (1985). Una ocasión única, esas cosas que solo ocurren en UK o en US. Público maduro y ni un sitio libre.
Días antes no había entradas, pero el mismo día por la mañana un servidor recibió una alerta de que salían algunas a la venta. Y encontrándome en pleno Picadilly, pues la verdad, no me lo pensé. Eso sí, donde las palomas, que se le va a hacer. Como pueden imaginar, el repertorio de la primera hora del concierto repasó el disco tema por tema. Incluso con alguna composición inédita que en su día no fue publicado y que cedió a Roger Daltrey para su disco “Under A Raging Moon” de 1985 (“Let me down easy”).
También sonó ese dueto en su día mítico con Tina Turner, con el tema “It’s only love” con un hermoso recuerdo a Tina. La banda camina, Bryan está perfecto de voz y a Keith Scott (guitarra de Bryan desde tiempos inmemorables) todo lo que le falta de carisma le sobra de pericia. Claro, abrió con “One night love affair”, siguió con “Somebody”, “Reckless” (otro tema que nos contó no entró en el disco), la fantástica “Run to you”, “Heaven” tocada semi acústica con un tempo más trotón y distinto (por cierto, el evento se grabó con lo cual, suponemos habrá edición en vídeo en un tiempo); “She’s only happy when she is dancing”, la citada “It’s only love”, “Long gone” y cómo no, el primer set de la noche, con el clásico “Summer of 69”.
Tras un descanso de veinte minutos que aprovechamos para cenar una birra y unas palomitas dulces (¡11 libras!) la banda salió de nuevo a escena. Sonaron otros hits como “Kick ass”; “Can’t stop this thing we started”, “On the road”, “Please forgive me” con las primeras luces de los móviles de la noche al uso de antiguos mecheros cuando éramos más libres…; “Shine a light”; “God down rockin’”); “You belong to me”, “I’ve been looking to you” y luego salió a escena un coro de gospel (la London Community Choir) para interpretar “Never gonna rain” que sonó sólida y cálida.
Siguió con “You lift me up”, su hit con la Spice Girl “When you are gone” pero en formato acústico, él solo a la guitarra. El público, maduro donde lo haya, respondía eufóricamente a cada tema. Estaban todos rendidos a un Bryan Adams que está muy en forma, al menos en vivo y directo. La cosa parecía no tener final. La noche nos brindó nada más y nada menos que treinta temas. Cómo leen. Como si el Royal Albert Hall fuera un estadio. Lógicamente con el momento acaramelado de la noche “(Everything I do) I do it for you” algunas parejas se dieron la mano en un recinto aristocrático poco dado a externalizar sentimientos y más, cuando estamos hablando de personas nacidas en la Great Britain (aunque también había bastantes extranjeros por lo particular del evento y el aniversario del citado “Reckless”). La banda siguió con “Always have always will”; “The only thing it goods look on me is you”; “So happy it hurts” (salió un vehículo hinchable de un lateral paseándose por el bellísimo recinto cuál cerdo de Pink Floyd) y ya terminando la noche la fantástica “Cuts like a knife”, momento en que la banda se retiró.
Por petición “popular” (como rugía el Albert Hall); Bryan volvió a salir solo y nos tocó en acústico ese otro clásico “Straigh from the heart” (cuantas veces visualicé de chaval ese directo en Bélgica de 1988 bajo una noche tormentosa).
En otoño la gente de Doctor Music le trae a España en su gira “So Happy it Hurts” visitando ciudades como Barcelona (12 de noviembre), Murcia (13 noviembre), Bilbao (15 noviembre), A Coruña (16 de noviembre) y Madrid (17 de noviembre). De una cosa pueden estar seguro. Bryan, al igual que su público maduro, puede ser un nostálgico y vivir de rentas por lo que hizo en sus ochenta. Pero no se cansa de girar y, por su voz (está fantástico) y su sólida banda, su nostálgica propuesta sigue funcionando a las mil maravillas.
Texto y fotos: Jordi Sánchez