Encuentros

Bala, fuego a discreción

 

Anxela Baltar y Violeta Mosquera continúan significándose con su nuevo disco, Besta (PIAS, 2024), como un tándem construido de una aleación de irrompible consistencia, logrando que su ferocidad eléctrica y la no menos arrasadora base percusiva convierta su verbo en un atronador altavoz. Estarán en el Azkena Rock Festival de Vitoria.

Pese a los matices que identifica a cada uno de sus nuevos episodios, el dúo gallego sigue afianzándose como una propuesta imponente que transforma el grito ancestral en una banda sonora hecha de metal, stoner o punk. Esta docena de canciones que presentan ahora se disponen a agitar conciencias y a derribar muros, motivos sobrados para hablar sobre ellas con Violeta, su batería y cantante, labor que alternan ambas integrantes.

Vuestro anterior disco, “Maleza”, fue publicado hace tres años. ¿Necesitáis para componer estar en una época de calma y dedicarle tiempo o sois capaces de generar ideas inmersas en el trasiego de giras y conciertos?

La verdad es que cuando estamos girando, entre el trajín de conciertos, las idas y venidas, los otros trabajos de cada una y la vida no da mucho más de sí, así que lo ideal para nosotras es poder hacer una pequeña pausa y así centrarnos en componer. Pero con “Besta” sucedió así en absoluto, estuvimos tocando sin parar mientras lo hicimos. Es cierto que desde “Maleza” pasaron tres años, pero nos pilló la pandemia por el medio, así que además de retrasar la salida varias veces tuvimos que esperar para poder presentarlo en directo. Muchos de los primeros conciertos fueron con las restricciones y la gente sentada, así que cuando la cosa se normalizó hicimos una segunda parte de la gira de presentación que nos mantuvo bastante ocupadas. Al final se nos juntó un poco todo, pero bueno, quedó hecho.

Foto: Leo López

¿Ser únicamente dos en una banda facilita y dinamiza la composición en mayor grado que una banda de más miembros o por el contrario al representar un cincuenta por ciento cada una hay que dialogar más para llegar a acuerdos?

Depende de por dónde lo mires. En cuanto a la logística, facilita mucho: entre dos se encuentra mucho más fácil hueco que entre tres o más, tanto para ensayar como para cerrar fechas, se reduce considerablemente el backline…tiene sus ventajas. Ahora, el hecho de ser dos dificulta mucho los desempates, pero normalmente fluimos bien cuando nos ponemos a componer. Cada una aporta su punto de vista y todo acaba yendo en la misma dirección.

Ambas ejercéis como cantantes y cada una con su propio registro, ya sea más gutural o más limpio, ¿hay también a la hora de componer características identificativas en cada una de vosotras?

¡Por supuesto! A la hora de componer cada una tiene un mundo en la cabeza. Pero las dos tenemos nuestros puntos fuertes y nos complementamos muy bien: una trae un par de ideas, la otra propone una estructura…En cuanto a voces normalmente cada una aporta su propuesta y luego las ponemos en común, además solemos coincidir en cuál nos gusta más e incluso a veces nos encontramos con que dos ideas totalmente distintas funcionan juntas a la perfección…

Manteniendo ese feroz y contundente sonido donde se mezcla el punk, el metal o el stoner, en este disco parece haber una mayor búsqueda de líneas melódicas. No sé si eso es algo que se habla previamente o que viene generado de forma natural…

Nos gusta pensar que seguimos experimentando y buscando nuestro sonido. Al fin y al cabo la creación siempre es algo muy caprichoso, que nunca sabes por dónde te va a llevar. A medida que van pasando los años vamos afianzando nuestros respectivos registros y conociendo mejor dónde estamos cómodas y dónde no.

Con el tema de las voces y las melodías estamos experimentando constantemente. Y supongo que cada vez arriesgamos más, y acaban saliendo cosas bastante únicas que se retroalimentan entre ellas, llevándonos a sitios que inicialmente no contemplábamos. Así que se podría decir que es bastante casual, aunque cada vez estemos más dispuestas a la aventura. Creo que es una evolución que se puede apreciar muy bien si escuchas nuestra discografía cronológicamente.

Siempre habéis defendido que el formato dúo es innegociable, ¿pero a veces os habéis visto en situaciones que dicha formación os ha imposibilitado llegar a ciertos espacios sonoros que os hubiera gustado probar?

No, la verdad. Nunca. Creo que para ambas ser dos siempre han sido todo ventajas. Desde los comienzos, pudiendo montarnos con los instrumentos en un coche y lanzarnos a la carretera, hasta ahora. Sí que es cierto que a veces en escenarios grandes la distancia entre la una y la otra es demasiada, pero nada que no solucione un jack inalámbrico y unos cuantos paseos cómplices hacia la batería.

Si no me equivoco éste es el primer disco en que no hay ninguna canción interpretada en inglés, en el que además me parece vuestro disco más explícito en cuanto a letras, ¿están conectadas ambas situaciones?

Bueno, como les pasa a muchas otras bandas, el tema del inglés es una cuestión de costumbre. Al fin y al cabo, casi todas nuestras referencias, especialmente de los noventa, eran bandas que cantaban en inglés, así que a la hora de escribir letras, por lo menos a lo que a mi respecta, me resultaba mucho más natural, porque era lo que escuchaba el 99 por ciento de las veces. Pero a la hora de escribir sobre cosas que te importan o de tratar de transmitir un mensaje, sí que nos dimos cuenta pronto de que a la gente no le llegaba tanto, porque no se fijaba en lo que decías. Cuando empezamos a hacer letras en castellano y veíamos que el público en los conciertos cantaba los temas lo tuvimos claro, por lo que fuimos haciendo poco a poco esa transición.

A mi hasta hace no mucho me seguía resultando más sencillo escribir en inglés: la sonoridad es más fácil, la gente no se queda con lo que dices así que puedes hablar de casi cualquier cosa…Pero está claro que no tiene nada que ver con la sensación que supone que venga alguien y te diga: “Hey, esa letra de tal tema me tocó de lleno, me siento súper identificado”.

Creo que la portada, además de estupenda, es un buen ejemplo del concepto que maneja el disco, en el que parece avisarnos de que la única manera de poder enfrentarnos a ese apocalipsis cotidiano que vivimos es ser consciente de ella, y no caer en la paradoja de convertirnos en unicornios sobre un monte de cadáveres…

Buf, la portada es brutal. Es obra de nuestra amiga Le Petit Patito, que es una jefa con mayúsculas. Le dimos unas cuantas pistas y nos sorprendió con ese tremendo portadón, que asimila perfectamente el concepto. Además es muy macarra, como nosotras, pero recoge también lo cuqui, todo ello aderezado con un toque sarcástico que nos recuerda que todo es jodidamente relativo.

Todas las colaboraciones que hay en el disco son de mujeres, algunas, como Dani Miller (Surfbort), Laurispunkis (Grima) o Tanxugueiras más actuales, y otras auténticas pioneras como Ana Curra, ¿más allá de por su valía artística había algo de simbólico en la presencia de todas ellas a la hora de señalar a todas aquellas mujeres que han estado y están en el mundo de la música?

Por supuesto. Si algo nos marcó en nuestro camino fue la existencia de referentes femeninos y creemos muchísimo en las alianzas sororas y sonoras. Poder trabajar con todas estas pedazo de artistas es un sueño, y seguiremos haciéndolo tantas veces como podamos.

Una canción como “3 veces” es especialmente explícita y rotunda a la hora de expresar empoderamiento y sororidad, ¿sigue siendo el rock un lugar en el que una banda formada por dos chicas se encuentra habitualmente con comentarios o situaciones desagradables?

Desgraciadamente, sí. Es cierto que la cosa ha cambiado en los últimos años, y confiamos en que lo seguirá haciendo, pero todavía queda mucho por avanzar. Si echas un vistazo a las cifras, la diferencia sigue siendo aplastante. Y no sólo hay que fijarse en nuestra presencia encima de los escenarios, también detrás de ellos, y alrededor.

Más allá del paternalismo y condescendencia que en tantas veces nos expresamos los hombres, hay canciones como “Todo mal y “Equivocarme” que hablan de la necesidad de pensar de forma autónoma, sin tutelas, incluso aunque eso signifique aprender a base de caerse repetidamente…

… Y de los consejos no pedidos, y de la autoexigencia y de la búsqueda de validación a través de estándares impuestos, y del patriarcado, y de la escasez de sentido crítico de la gente…

La canción en la que participan Tanxugueiras, “Ouveo”, es la más explícita, pero a lo largo del disco hay momentos que uno parece encontrarse con ese imaginario ancestral gallego, ¿hay algo de influencia de esos ritmos locales en vuestras melodías?

La cabra tira al monte, que decimos aquí. Al final, somos un producto de todo lo que hemos mamado, así que la tradición y el folclore gallegos tienen cierto protagonismo, porque es nuestra cultura y es de donde hemos salido.

A pesar de ese tono catastrofista que supura el disco, hay en paralelo una llamada a buscar esa ventana abierta que nos mantenga en pie, algo incluso visible en una canción tan demoledora como “Prisas”, que refleja esa incertidumbre vital que nos impone el capitalismo, pero sobre todo en ese canto a la amistad que es “Estas”.

Nos gusta pensar que siempre queda un atisbo de esperanza y que las cosas se pueden hacer mejor. Que al fin y al cabo somos dueños de nuestro propio destino y que cada decisión que tomamos en nuestro día a día, por pequeña que sea, marca una gran diferencia. En el disco hay momentos en los que nos quejamos y escupimos fuego, pero también hay hueco para celebrar las cosas importantes, y los amigos son una de ellas, un pilar fundamental de nuestras vidas.

Vuestros títulos y muchas de vuestras referencias en las letras hacen mención a conceptos naturales o pertenecientes al medio ambiente, ¿hay a la hora de componer una influencia de ese medio natural?

El tema del medio ambiente es algo que nos preocupa, y mucho. Nos parece casi obligatorio hacer un llamamiento a la acción, a la reflexión, al respeto por la naturaleza y al sentido común. No podemos seguir dilapidando el planeta y sus recursos. Utilizamos la música para expresarnos y en ella volcamos nuestras preocupaciones y aspiraciones, y vivir en armonía con la naturaleza es una de ellas.

Mucho se habla, y con razón, del carácter minoritario al que está destinado el rock más contundente y lo alejado que parece estar de las grandes masas de público. Vuestro caso es casi el contrario, llegando cada vez más lejos y consiguiendo mucho apoyo popular, ¿a pesar de ello sentís que os estáis moviendo constantemente en una escena donde cuesta mucho alcanzar propósitos que se salgan del underground?

Bueno, supongo el mismo concepto de “underground” responde a la pregunta. Somos conscientes de que no hacemos música para las masas, ni tampoco lo pretendemos. Pero si por el camino podemos contribuir a que algún oyente expanda sus horizontes, pues genial. El mainstream es lo que es y tiene su función, pero está bien explorar los márgenes y alimentar otros circuitos que no sean los de hacer más grandes a las super estrellas. Ellos ya tienen suficiente, ¿no?

Incluso habéis hecho giras internacionales por medio mundo, algo que siempre suena muy bonito y envidiado por muchos, ¿pero en realidad es algo tan idílico o se hace difícil encontrar público e interés fuera de nuestras fronteras?

En general lo de ir de gira está muy romantizado. La realidad es que siempre son unas buenas palizas en las que vives vida de feriante, de un lado a otro, durmiendo cada día en un sitio y alimentándote de bocadillos de gasolinera. Con las giras fuera para algo parecido, aunque se le añade la ilusión de ir a lugares que no conoces, que siempre lo hace más emocionante. Pero organizarlas y llevarlas adelante suponen un gasto muy grande al alcance de unos pocos.

Por eso es importante ir a los conciertos, a las salas, y no reducir nuestro consumo musical a un par de festivales en verano. Todo un sector está en juego con todo esta burbuja de los festis. Si entre todos apoyamos y sostenemos la escena, se hace mucho más fácil salir fuera y encontrar público afín. Pero siempre es un riesgo, son muchos los factores que entran en juego y no siempre se pueden controlar todos…

Vuestra carrera también ha ido evolucionando en cuanto al apoyo discográfico que habéis ido sumando; desde los inicios con Matapdre, luego con Century Media Records y ahora con la todopoderosa PIAS, ¿ayuda y libera mucho tener un apoyo de grandes estructuras que faciliten aquellos procesos ajenos a los artísticos?

El tema de las grandes discográficas tiene sus luces y sus sombras, como todo. Hoy en día con PIAS estamos muy contentas, pero en el camino ha habido de todo. A veces las superestructuras destrozan todo lo intermedio: la comunicación se convierte en un hilo interminable de mails con gente a la que nunca le ves la cara, todo se reduce a las cifras…Está claro que el alcance que consiguen es mucho mayor que el de los sellos independientes, porque tienen la capacidad de acceder a los medios con cierta “ventaja”. Pero fichar con una major no tiene por qué significar un mayor alcance o crecimiento, al fin y al cabo a la vez que contigo están trabajando con artistas mucho más grandes a los que les van a hacer mucho más caso…

Fechas de conciertos:  https://somosbala.com/conciertos/

Texto: Kepa Arbizu

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