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The Wizards – Santana (Bilbao)

 

Comienzo de gira y presentación de un esperado cuarto disco. Noche de viernes de las que prometen para un grupo que no se casa con nadie y tiene un objetivo claro en mente: Seguir adelante unidos como una familia disfuncional rindiendo culto al Rock´n´Roll.

Ese es el camino y el camino es el correcto, como el de los mandalorianos. Abrieron la velada los bilbaínos Wreck Totem, facturando un Stoner con toques Doom muy compacto, buen escudero para lo que se venía encima. Porque el status de Los Hechiceros está ganado a pulso, mueven a The Wizards Army y en cada liturgia añaden más integrantes a su culto eléctrico.

Comenzando con “The Exit Garden”, el tema que da nombre a su cuarto trabajo, el quinteto ofreció un repertorio basado en las nuevas canciones. Seis sonaron muy compactas junto a cuatro de “Full Moon in Scorpio”, un par de su primer disco homónimo y tan sólo uno de “Rise of the Serpent”, lo último que habían sacado hasta este año. Y lo nuevo complementa perfectamente a lo anterior. Si bien el sonido de la sala pequeña de Santana no es el más adecuado para un grupo de estas características, que necesita rotundidad sonora para disfrutar de todos sus matices, su espiral ascendente de tormenta eléctrica mejoró paulatinamente. El riff de “Odinist” es puro Judas Priest, mientras que “Deal with witch” hace que Ian Mason torne en un émulo del Glenn Danzig más intenso, el de siempre, no el que pasó con infausto recuerdo por el Azkena Rock Festival de 2016.

Y es que The Wizards bebe de muchas fuentes y todas sublimes. Bastaba con mirar las camisetas de varios de sus integrantes sobre las tablas: The Stooges, The Hellacopters, The Smiths, Killing Joke… ya sabemos qué nos dan y nos gusta demasiado. Los toques de Ghost en otra de las nuevas, “Oniros” y el sabbathiano “Curse of hecate” (temazo, brutal) dieron paso a otros dos temas recién facturados, “Holy mountain mind” y “Crawling Knights”, bajando un poco el pistón en este último. Pero como esta gente no coge prisioneros pues más grasa cimmeria. Guitarreo máximo con “Halftones to eternity”, ritmos pesados en “Equinox of fire” y revolución en las primeras filas con uno de sus temas más coreados, “Calliope (Cosmic revelations)”.

Y para finalizar el único tema de su tercer trabajo. “V.O.I.D. (Visions of Inner Death)”, mucho más relajado antes de cerrar con otro himno de batalla, “Stardust”. Ya no había más que descoloque, despiporre, puños en alto, gritos y ojos inyectados en sangre, The Wizards Army ya tenía el sacrificio de sus Hechiceros, todo fluye, todo está en calma, han vuelto y siguen igual de salvajes.

Texto y fotos: Michel Ramone

 

 

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