Primera comprobación: ver si el público respondería dadas las circunstancias que rodeaban a la actuación; era día de champions y el equipo de la ciudad jugaba a tan solo medio kilometro de la sala. Hubo gente, ni poca ni mucha.
Segunda comprobación: el estado actual de los dos líderes históricos de la banda, el guitarrista y cantante principal Dennis Greaves, y el armonicista Mark Feltham. Pues rematadamente bien, ambos. Anthony Harty, bajista, y Sonny Greaves, baterista e hijo de Dennis, completan la alineación actual de la banda y son el perfecto apoyo para la dupla original.
Teniéndolo todo de cara, me pregunto por qué no defendieron sus canciones (que buenas las tienen por todos lados) en un mayor número. Llevaban siglos sin pisar Barcelona, los pocos fans tenían hambre de enfrentarse a su legado. Pero se empeñaron en gustar también a neófitos y quizás por ello atacaron con versiones que poco aportaron: «Got my mojo working», «Tequila», «Wooly Bully», «On the road again», guiños a los Stones, Ray Charles, Deep Purple, Chuck Berry…
Quizás es que este es su repertorio habitual en Inglaterra, donde la gente está más acostumbrada a verles, y deben tirar de otros «clásicos» para contentar a la audiencia de pubs. No lo sé, realmente. Pero por ello el concierto nunca acabó de arrancar. El inicio con la tripleta formada por «Eleven plus eleven», «Three times enough» y «I can’t help myself», prometía grandes emociones, pero pronto se diluyó el efecto.
Si vuelven y todavía mantienen la buena forma que mostraron, estaría genial que mirasen en su propio catalogo. Eso sí, me pregunto cuántos de los asistentes repetirían en una hipotética futura actuación. Me gustaría pensar que los mismos y los que no asistieron por el entuerto que creó el futbol. Pero el futuro está por escribirse. En Upload, 16 de abril de 2024, estuvieron bien, sin más.
Texto: Sergio Martos
Fotos: Fernando Ramírez