Los barceloneses vieron como las consecuencias de la pandemia frenaban en parte las expectativas de su primer álbum, One Last Chance, pese a cosechar muy buenas críticas por parte de medios y público. Una lástima, pero otros muchos corrieron la misma suerte que ellos. Las circunstancias de la vida han hecho que de la formación que grabó ese debut solo quede Ángel Jaraíz, vocalista y miembro fundador, como único representante.
Y, la verdad sea dicha, este carrusel de permutas no ha afectado para nada la solidez de Red N’ Rebel, que basan su existencia en el puro placer de componer, grabar y poder tocar allá donde les llamen. Viejos zorros del negocio que saben lo que quieren, lo que pueden esperar y que siguen en esto, por qué aman el rock con todas sus fuerzas.
Los cambios pueden ser para bien o para mal, en este caso ha sido para mejor, si One Last Chance presentaba a una banda muy sólida, este segundo paso discográfico no le anda a la zaga. Agus Bayona (guitarra principal), Jota Barrecha (bajo), Matt Blaze (batería) e Ismael García (guitarra y productor), forman equipo ahora con la voz de Ángel. Manteniendo las señas de identidad, hard clásico de ambos lados del océano, indisimuladas influencias sureñas y algún toque de blues rock rocoso, que componen el armazón sonoro de la banda.
Ahí están las vivencias y las reivindicaciones de mantener vivo el sueño narradas en «The Loser Way», temas pegadizos, «Candy Girl» o «Let’s Go To The Sun», pelotazos de recios riffs, el que comanda el tema título, «Inner Ghost», «You Know Me», y los aromas southern de «Someday, Honey». Nueve composiciones con el corazón en la mano, honestas y paridas con todo el cariño y el mimo posible por parte de unos músicos curtidos en mil batallas que se niegan a tirar la toalla. Como cantan en «Don’t Stop My Music», uno de los puntos álgidos del disco, “Amamos el rock & roll como tú quieres a tu madre”. Sinceridad, ante todo.
Antonio Aguilar
