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Willie Nile – La Nau (Barcelona)

Willie Nile (originario de Buffalo, EUA), no es un estrellón revienta estadios. Sin embargo, la calidad de sus composiciones siempre ha sido alabada y no, precisamente, por mindundis al uso. Si les suenan Bob Dylan, Lou Reed,  Joey Ramone, Lucinda Williams o The Clash, reconocerán que sus fans pertenecen a una alcurnia prestigiosa, el resto de mortales, que dieron un enérgico brillo a La Nau del Poble Nou (no acabó de llenarse), sólo somos meros seguidores o entusiastas; no parece poca cosa.

Nile podría haber utilizado alguno de los magníficos covers acumulados, que, quizá, nos hubieran puesto más a tono (con el “Sweet Jane” de Reed o “Rainy Day Women” de Dylan hubiese bastado), sin embargo optó, exclusivamente, por utilizar su cancionero (portentoso); quejarse ralla la imbecilidad.

A sus 75 años, sus cuerdas vocales mantienen un estado de forma espléndido, incluso diríamos que mejorado. Las ha desgastado menos que sus contemporáneos, esta circunstancia podría estar apegada a vagancia o a sabiduría, nosotros escogemos el segundo término. Este contador de fábulas ha ganado en tempo y seguridad; envejecer no implica falta de frescura. Muchas veces se torna en lo contrario.

Jamás le ha interesado el dinero fácil, lo suyo pertenece al mundo (desequilibrado) dónde importa más lo que satisfaga y enorgullezca a uno mismo, que los vítores, irracionales, que puedas obtener. Escucharlo cantar (sólo ante el teclado) “Streets of NewYork” (inicio del show), demostró la ética que habita en su mente. La coda, con la banda achuchando, nos dejó estupefactos. Y quedaba un largo trecho por disfrutar.

Jorge Otero (guitarra), Juanjo Zamorano (bajo) y Danny Montgomery (batería), los ovetenses Stormy Mondays, fueron los mejores acólitos que pudiera haber escogido. Juntos, apretados, sin dejar espacios que disgregan el sonido (admirable, por cierto), comenzaron a lucirse en la pretérita “Places I Have Never Been”, siguieron con la maquinaria bien engrasada en las imponentes “It’s All Over”, “Vagabond Moon” o “Hard Times America” y tampoco desentonaron en la más cercana “Give Me Tomorrow” (Springsteen revoloteando).

Transitado el potente período, Nile necesitó una pausa, traducida en el tan precioso como épico binomio que supusieron “Across The River” y “Love Is A Train”, nuevamente en la tradición “springsteeiana”. Que nadie piense en una animadversión contra el de New Jersey (distinguimos bastantes seguidores), el “One Guitar”, que acostumbra a cantar con el “jefe”, fue de lo mejor de la noche, únicamente nos limitamos a contar la realidad.

Jorge Otero

“Forewer Wild” es una de sus preferidas, nos apuntamos al carro. Y cómo no, a “Day The Earth Stood Still”, “Children of Paradise”, “House of a 1000 Guitars” (Jimi Hendrix y Muddy Waters en la memoria) al colosal final con “Run Free” y esa sublime “On The Road To Calvary” que dedicó a Jeff Buckley, una de las más bellas canciones jamás escritas, según Lucinda Williams. Lo que transmitió desde el escenario de La Nau, lo certifica.

Willie Nile es un portento, de aquellos músicos-poetas que, por desgracia, ya están en proceso de extinción. La edad de los presentes en la sala, no aparenta que pueda ser la salvación de este alicaído esplendor. Se intentará. Queda prometido.

Texto: Barracuda

Fotos: Marina Tomás Roch

 

 

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