“Gracias por apoyar el rock subterráneo”. Eso dijo Javi Diesel en la recta final del bolo de la Sala Rocket de su grupo, The Diesel Dogs, con los locales Pomeray. Y tiene razón. Apoyar el Rock desde el circuito de salas, pequeñas, medianas, grandes. Apoyar lo que nos mueve, de eso se trata, sabemos que esto es nuestro modo de vida y hay que defenderlo, siempre.
Pomeray abría un concierto que prometía electricidad y sudor. Y el cuarteto bilbaíno está en un momento de forma excelso. Reforzados a la guitarra por Rambo (ex bajista de la máquina metálica demoledora que eran Horn of the Rhino y también integrante de The Cherry Boppers, aquí rollo Funk/Soul), acaban de sacar un nuevo trabajo, “20 mg”. Su alianza con el rock es indiscutible y lo demostraron con un repertorio que fue de más novedoso a más antiguo, comenzado con cuatro temas de su nuevo disco, pasando a seis del anterior (“Raro”) y acabando con algunos temas de “XXIII”. Ojo, el final con “Perro” y “Big Bang” fue un desparrame decibélico de Aúpa el Erandio. Y de las nuevas pues nivelazo. “Intxaurrondo Blues”, el tema inicial o “Loca” (ojo al video dirigido por Luis Vil, otro agitador musical de destacar) sonaron como lo que son, canciones de las que se quedan para siempre.
Y The Diesel Dogs, aunque sean de Madrid, jugaban en casa. Un grupo que en su origen tuvo una raíz totalmente bilbaína (“exiliados” en el Foro porque querían seguir haciendo música) ahora sólo Javi Diesel, cantante y guitarrista, lleva la bandera del bilbainismo pero bien reforzado por tres compinches que tocan lo que quieren y más. Su base en el Punk Rock es sólida, aunque beban de otras fuentes de sonido americano muy compatibles entre sí. Con un atuendo que vestirían Perry Farrel o Mike Ness (vamos, te cruzas a Javi Diesel por la acera y piensas ”este es uno de los míos” sin cruzar palabra con él) y con un sonido y una actitud que también lo firmarían, dio el primer guitarrazo, soltó la primera arenga y a rockear duro.
“When we were Young”, la coreable “Hold On” o el desenfreno de “The Assasination of John Doe” son una carta de presentación perfecta para incendiar un local pequeño como es la Sala Rocket. Claro, también hay momentos para medios tiempos y esos estilos no tan cañeros como el que abanderan, muy Social Distortion todo, correctísimo y recomendable. El final de “We are miserable together” volvía a agitar a la audiencia y el grupo dando lo que esperábamos, nuestra dosis de Punk Rock en vena y piernas.
El preceptivo bis (reclamado a gritos por sus seguidores) comenzó con Javi Diesel sólo con su guitarra mientras se iban incorporando el resto de músicos en “Safe in the arms of Rock´n´Roll”, título perfecto y redondo porque sabemos de qué habla. Luego versión que nunca falla, “Rockin´ in the free world” del señor Young, y a lo loco de rodillas guitarreando entre el público en una explosiva “Killing myself for Rock´n´Roll”. Se tocaron el nuevo disco entero (“The Shipwreck”) y nos dejaron exhaustos. Creemos en el poder curativo del Rock´n´Roll.
Texto: Michel Ramone
Fotos: Dena Flows