Aparentemente, el fenómeno fan debería estar alejado del Hardrock, pero también tiene su cuota de interés dentro del mismo, aunque éste sea a menor escala. Una banda como Dirty Honey, cuenta con un club de fans que los siguen por varias fechas de sus giras, personalizan camisetas con logos de la banda, crean páginas especificas en redes sociales, hacen colas en sus conciertos, etc… en definitiva aplican todos los conceptos de fanatismo sobre un artista, llevándolos hasta el infinito.
Y, por otra parte, si uno de los estandartes del género como es Slash, es capaz de colar un solo de guitarra ultra chapucero en el tema de Barbie a todos los asistentes a la ceremonia de entrega de los Oscar, es que todo sigue en su sitio.
Aunque viendo gran parte del público asistente, en la otra parte de la balanza del fenómeno fan, nos encontraríamos con el sector veterano que necesita de sonidos de guitarras cada cierto tiempo, y ven en la banda de Los Ángeles una buena oportunidad para pasar un buen rato. Pero vayamos con el desglose de lo sucedido sobre el escenario de la sala del barrio del Poble Sec de Barcelona, lo cual lo podríamos tildar de sensaciones encontradas, me explico: Dirty Honey tocan de forma espectacular, tienen los temas ideales para estructurar un set sin fisuras, trasmiten actitud y buenas sensaciones, pero no supieron gestionar todo eso de la forma más satisfactoria posible.
Si partimos el show en dos actos, sale claramente victorioso el primero, ya que empezaron perfectos, como esos corredores que se lanzan a buen ritmo a buscar la mejor marca de inicio, cartas ganadoras como “California Dreamin’” o “Heartbreaker” lo demostraron, disfrutaban y se notaba, el seleccionar la versión vía Nashville de “Honky Tonk Women” de The Rolling Stones fue un acierto, y una conexión muy buena con el espectador, marcaba un cambio de sonido en su propuesta, y le despojaba del corsé del Hardrock de manual.
“Dont Put Out The Fire” funcionó mucho mejor en su formato en vivo situada en medio del set, que, en el inicio de su último álbum, enlazando perfectamente con el medley “Ride On/ Satisfied”, que evidencio que todas las cualidades que habíamos visto hasta el momento, también podrían ser sus carencias de cara al supuesto segundo acto, ya que empezó a aparecer el cansancio generado por una gira extensa y que está llegando a su fin. Pequeños daños colaterales de que las últimas fechas sean en tu ciudad, y volviendo al símil anterior del corredor, empezaron a desfondarse.
Nos privaron el medley Prince/ Aerosmith que estaba reflejado en su set, y como si les entraran las prisas prácticamente nos encontramos en un bis mal escogido a nivel de temas y de estructura. Arrancar en formato medio tiempo no ayudó a que todos reconectáramos, y aquí radica una de las decisiones menos acertadas, la de finalizar con la presentación de la banda y el espacio dedicado de más de quince minutos para que cada uno de ellos demostrara su valía como instrumentistas en forma de solo, en lugar de generar expectativas, desconecto a muchos antes de tiempo. Sin ir más lejos podrían haber empleado ese tiempo en “Rebel Son” y alargarla en formato Jam como en su último disco, pero desafortunadamente quedo fuera, aunque ésta no ha entrado en el set de gorma habitual.
Como último apunte, es obvio que cuando van sonando los temas, las similitudes con otras bandas son evidentes, pero una de las más oídas en la sala, era que recordaban a los The Black Crowes más rockeros, lo cual me hace preguntarme: ¿Sonará el próximo disco de los Robinson Bros’ como Dirty Honey?
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Sergi Fornols
