Encuentros

Ratzinger: “No somos un grupo para las masas”

Ratzinger han decidido esperar al 23 de febrero para presentar oficialmente su nuevo trabajo Bala per Cápita. El nuevo disco, en el que participa un nuevo guitarrista, Dann Hoyos, en sustitución de Javi Puñales, ha sido grabado en el estudio de Oscar Streamline, su ingeniero de sonido de siempre. Hemos aprovechado para hablar con Podri, su cantante, y preguntarle por todos estos cambios, por la elaboración de esta nueva entrega, en la que han contado con colaboraciones jugosas y la actualidad de la banda.

Cuéntame del cambio que habéis tenido a la guitarra

Javi, que era el guitarra original de siempre decide por su propio pie dejar la banda, pero como teníamos a Dann Hoyos que era el que venía sustituyéndole en algunos conciertos cuando Javi tenía compromisos y estaba muy liado. Dann es muy conocido arriba, muy versátil y una calidad de la ostia. Es cercano a Ratzinger y junto a Xabi toca en Rise to Fall y hemos tenido la gran suerte de que se quede con nosotros.

¿Cuándo se produce el cambio?

Cuando entramos en el estudio en agosto, Javi ya no está con nosotros, aunque participa en el proceso de composición de «Bala per cápita» y algún otro tema. Además, he vuelto a participar yo a la hora de componer. Lo hacía antes hace tiempo y ahora me he visto un poco obligado a retomarlo. También hemos conectado muy bien con Dani

¿Ya habéis tocado con la nueva formación?

Como te decía antes, sin pertenecer oficialmente a Ratzinger, simplemente sustituyendo a Javi, habrá hecho 5 ó 6 bolos. Y luego ya habremos tocado unos 8 más.

Habeis cambiado también el modo de grabación que habíais seguido con los dos discos anteriores Santa Calavera y Tengan Cuidado Ahí Fuera ¿no?

Sí es cierto. No es por nada personal, porque Haritz Harreguy que nos venía produciendo hasta ahora es un fenómeno, pero es que también somos muy de familia, somos muy de crew, y Oscar es un gran técnico y ¿qué mejor que grabarlo con él? Fuimos a su estudio en Alicante. Él siempre viene de allí cuando nos tiene que hacer el sonido y ahora nos tocó bajar a nosotros para grabar el disco. Además, era la primera vez que entrábamos todos juntos en el estudio porque últimamente a estos ni los veía cuando me tocaba a mí.

Háblame un poco de las colaboraciones que habéis tenido en este disco, ¿cómo se gesta cada una?

Para «Quiero ver arder» hablé con Martillo (The Capaces). Ella me preguntaba si yo creía que iba a quedar bien y yo ya sabía que lo que le faltaba al tema era precisamente su voz. Es además la primera vez que contamos con una voz femenina. Nos hacía ilusión el tener una voz femenina que tiene más huevos que nosotros. Fue todo un placer, la verdad es que ha quedado como un cañón. Es una canción que acababa de componer justo antes de hablar con ella, y veía que le iba a dar un punto de fuerza justo.

¿Se ve entonces afectada la composición de vuestros temas por las colaboraciones que mantenéis?

Generalmente las colaboraciones se me suelen ocurrir en el momento de la composición de las canciones, pero en este caso fue darme cuenta de que al tema le faltaba ese punto de punch. Para «Ya no Hay Kinkis» contamos con Kutxi Romero (Marea) que es muy amigo de la banda. Es un tema en el que decimos que la razón por la que no hay ya quinquis porque ahora son los que gobiernan. La letra está llena de estrofas de canciones de gitaneo y de repente hay un momento en el que cambia el tiempo y cuando empecé a cantar esa parte oí a Kutxi, que encima va con ese rollo que lleva él gitano. Yo siempre cuento una anécdota de una vez en la que un amigo de Pamplona me viene y me dice: “Tengo una cosa para ti, pero me tienes que dar 20 céntimos”. Y entonces me quedé mirándole y le dije: “Eso es de Kutxi”. Y efectivamente le di el dinero y él me dio una navaja automática acojonante y me suelta: “Que dice Kutxi que tú serás un macarra pero que el gitano es él”.

Oye ¿y la tercera colaboración?

La tercera no es de voz, sino del chelo de Kosta Vázquez de Boikot para «Berlín». Fue Oscar el que me dijo que Kosta era un chelista de la ostia. Yo andaba pensando en un violín, porque creo que se lo pedía mucho. Es un tema que tengo de hace mucho tiempo para un proyecto acústico que tengo en paralelo, ahora en stand-by con Asier de Porco Bravo. Aunque en un principio fue compuesto para Ratzinger, pero por entonces Ratzinger no estaba preparado para este tipo de temas.

 

Pues a pesar de la lentitud en «Berlín» da la impresión de que en este disco habéis vuelto a acelerar vuestra música

El caso es que la gente que venía a escucharnos al local alucinaba cuando le decíamos que se trataba de un disco más lento, y nos decían “¿Lento? Para nada. Vais a toda tralla”. Pero bueno, sí que es verdad que, por ejemplo, un tema como «Berlín» no tiene precedente en Ratzinger. Yo sabía en el momento en el que se compuso que era una macarrada, pero si no truena parece como que no es potente, pero tiene mucha fuerza. Hay veces que no tienes que ir a toda ostia o decir cuarenta mil tacos. Yo creo que mucha de la novedad de este disco la aporta Dann.

¿Qué es lo que incorporáis en concreto vuestro sonido con la guitarra de Dann?

Hombre, la guitarra siempre ha sido importante en Ratzinger y la de Javi Puñales ha sido siempre importante. Una guitarra que yo siempre reconozco en cuanto la oigo, por su manera de tocar, y eso es algo que poca gente puede hacerlo, quizás con la guitarra de Yul de R.I.P. Dann lo que tiene es la suprema calidad con la que toca, es un virtuoso que le da una musicalidad inconfundible. Dentro de la suciedad de Ratzinger aporta un aura que es distinta. Y además hay temas que ha compuesto directamente él, como «Ya no Hay Kinkis», en la que la música la ha compuesto enteramente él.

Así que ha entrado de lleno a participar en las labores de composición.

Sí claro, cuando entramos a grabar este disco teníamos sólo tres temas. Es cierto que, aunque algunas canciones sean suyas entramos todos a participar. Por ejemplo, yo lo encajo con mi voz y hay veces en las que les destripo lo que había, pido a cambios que puedo necesitar. Pero vamos, en dos horas me podían enviar cinco cosas distintas acojonantes.

A Dann yo le vi la primera vez cuando se reunieron de nuevo Etsaiak. Fui a verles porque son muy amigos míos y sabía que iba a ver algo que no había visto antes, por el guitarrista que tenían. Y, aun así, flipé, es increíble. Además, se adapta muy bien a los cambios. Al principio yo estaba muy encima, en plan sargento de hierro: pon la guitarra más abajo, ensúciame este solo… hasta que llegó un momento en el que le dije, mira haz lo que te salga de los cojones, es un fenómeno. Así que es él que hace los solos etc… Como dicen los punkies ahora los temas pueden sonar más heavies. Pero hace unas armonías increíbles. No hay nada como tener un músico en tu grupo, llevo 36 años tocando y es ahora cuando me doy cuenta.

Tengan cuidado ahí fuera fue el título de vuestro anterior disco, ahora éste sale el 23 de febrero… para alguien como yo de unos cincuenta y tantos tacos los mensajes están claros, pero ¿cómo entienden todo esto vuestros seguidores más jóvenes?

Realmente no los pensamos, porque en el fondo componemos para nosotros mismos. El otro día le tuve que explicar a mi hija que tiene 19 años la cuestión del 23 de febrero, mientras que para nosotros es algo que sale de manera inmediata. Oyes la fecha y lo primero que piensas es Tejero. Es por ser la generación que somos, si no diríamos: Tra-tra. Por las mismas el otro día me encontré quien me decía que el tema de los quinquis no le gustaba mucho, porque era así como nos llamaban a nosotros las viejas. El quinqui de ahora de la calle hace full-contact, va con un pitbull y se hace el chulo delante de su chica.

Háblame de «Envenéname», el tema más largo y que creo que de alguna manera es algo diferente al resto.

Es una canción del segundo disco. Habla de la adicción a las drogas y creo que nosotros ahora, por nuestra realidad actual, no le dedicaríamos tanto tiempo a este tema. Recuperamos la canción porque siempre me ha gustado mucho, nos la piden en directo. Nos veíamos con 10 temas y dije de volver a grabar «Envenéname», para volverla a contar, darle otro sentido. Yo siempre quería haberla grabado en su momento con uno o dos puntos menos de claca. Es casi imperceptible porque recuerdo que en la maqueta original en la que la había grabado era más lenta. Era más larga y la hemos acortado, sobre todo ahora que era un poco más lenta. En directo seguramente la acortaremos. No somos de canciones muy largas.

Realmente sois algo más que simplemente un grupo cañero ¿no?

Yo siempre he dicho que Ratzinger puede parecer un estereotipo. Hay que prestarle atención. Si lo haces verás que hay mucho más de lo que crees en una primera impresión. A lo largo de nuestra trayectoria me he encontrado desde gente que directamente nos odia a verdaderos forofos. Somos algo más que ese estereotipo macarra, basta con prestar atención a nuestras letras. Soy consciente de que hay mucha gente a la que le cuesta oír a Ratzinger en casa, pero sin embargo te confiesan lo mucho que les gusta venir a vernos en directo. Es paradójico ¿no? porque a mí me costaría ir a ver un concierto de un grupo que no puedo escuchar en casa. Me parece bonito que con nosotros ocurra lo contrario.

Llegáis entonces a un público muy concreto

Sabemos perfectamente lo que hacemos. Ratzinger no somos un grupo para las masas. Especialmente si como decíamos antes no te paras a prestar atención a las letras de nuestras canciones. Si no, sólo vas a percibir violencia, palabrotas y barbaridades, que de primeras evidentemente te va a crear un rechazo. Mi hija está empezando a descubrir las cosas que cantamos. Ella siempre me ha dicho: “Melendi canta mejor que tú”. Y yo le digo: “ya, ya pero Melendi jamás cantará en la vida lo que canto yo”. El otro día estuvo mi madre en el Antzoki a vernos. Se está muriendo de cáncer y era la primera vez que nos veía. ¡Me hizo una ilusión de la ostia! Tengo 50 años y empecé con 15 y era la primera vez que me veía sobre un escenario. Fue con mi hermano y se lo pasó bien.

Venís de varios grupos antes pero imagino que vivís Ratzinger como vuestro proyecto definitivo

Yo ya no recuerdo mi vida sin Ratzinger. Como si hubiese tocado toda mi vida en este grupo, y menos mal que no, que tuve otras cosas, pero me da pena no haberlo empezado antes. Sobre todo por Pinky y yo, que empezamos Ratzinger sin ninguna pretensión. Como veníamos de la música de toda la vida parecía una manera casi de jubilarnos. Había estado siempre a rebufo en proyectos de otros y además encantado porque aprendes un montón, pero me da pena que me pille todo ya tan mayor. Con 25 años todo esto lo hubiera disfrutado más a gusto.

La pandemia os interrumpió las celebraciones que estabais haciendo por vuestro décimo aniversario. ¿Os sentís ahora con fuerzas renovadas tras todo aquello?

Pues sinceramente no. Aquello fue efectivamente una putada, pero si lo piensas bien nuestra vida ha sido siempre putada tras putada. Fue una movida claro, pero una más de la que tenemos que levantarnos. Estamos habituados a que nos den hostias y volver a levantarse que es lo que hay que hacer. De eso hablamos un poco en «Lo que más les jode». Hablamos a un suicida al que le decimos que entendemos su decisión pero que no olvide que lo que más les jode es que no nos pueda destruir su puta máquina. Creo que supimos sacarle chispa a todo aquello. Yo llegué a disfrutar de los conciertos sentados. Teníamos unas ganas de tocar, así que hacías dos pases con la gente sentada. Antes que no tocar… Ir a ensayar cuando pudimos hacerlo lo viví como si me hubiera tocado la lotería.

¿Qué planes tenéis inmediatos?

Arrancamos la gira el 9 de marzo en Sevilla en el Palacio Metal Fest en un cartel en el que también están Muro. Seguimos luego en una gira convencional con más de 30 fechas cerradas ya.

 

Texto: Tomás González Lezana

Fotos: Lucía de Andrés

 

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