Encuentros

Los Tigres del Norte, “el nombre nos lo puso un agente de inmigración”

Catorce años ha tardado una de las bandas más grande de América, así en su conjunto, en visitarnos.  Los harán el 4 de abril en el WiZink Center (Madrid), el 5 de abril en Coliseum (A Coruña), el 7 de abril en Auditori Fórum por el Guitar BCN (Barcelona), el 12 de abril en Bilbao Arena (Bilbao) y por último el 13 de abril en Navarra Arena (Navarra). Hemos podido hablar con Luis Hernández (bajo sexto y voz) que, si bien no fue miembro fundador, entró en la banda en 1996 para sustituir a su hermano Raúl, que iniciaba carrera en solitario, aunque antes ya llevaba mucho tiempo trabajando para la banda. Él nos atendió con su innata simpatía.

 

Entraste tarde a la banda, cuando ya estaba formada ¿te costó mucho el proceso?

Bueno, yo llevaba un tiempo trabajando con mis hermanos, aunque no en el escenario. Cuando Raúls e fue, mi hermano Jorge me dijo “vete preparando”. Yo no sabía tocar el bajo sexto y tuve que aprender. Al principio me costó y solo tocaba medio show. Me silbaban y me decían cosas desde el público. Se lo conté a Jorge y le dije “mira la gente que me silba no me quieren”. Y me dijo “cuéntalos. Hay 100 silbando y 10.000 disfrutando de lo que haces ¿a quién le vas a hacer caso?”. Y eso lo cambió todo.

 

A pesar de eso me podrás explicar cómo os puso el nombre de la banda un agente de inmigración, curioso ¿no?

Sí, es cierto. Mis hermanos cuando tocaban dentro del ranchito se hacían llamar Los Alegres de Resamurada en homenaje a un grupo llamado Los Alegres de Terán: pero entonces deciden venirse al norte porque teníamos familia en Mexicali. Cuando lo hacen cantan en cantinas, etc, pero lo hacen casi sin nombre. Entonces sale la oportunidad de ir en una caravana a tocar en Estados Unidos gracias a un señor llamado Leoníes Marques. Íbamos a hacer un concierto gratuito en la prisión de Soledad. En la frontera, cuando se lo explican al agente de inmigración les dice que cuál es el nombre de la banda y le dicen que no tienen. Él les dice pues os voy a poner The Little Tigers from The North. Y cuando le preguntan qué significa les dice, Los Tigritos del Norte, aunque como vais a ser grandes os voy a poner Los Tigres del Norte, y ahí se quedó. Así que técnicamente somos un grupo creado en la frontera de San José (California).

 

Hablando de inmigración, vuestro primer gran éxito fue «Contrabando y Traición» de 1972. Ahí entráis en el tema de los narcocorridos y acabáis siendo los reyes del género. Es el primer paso hacia ello.

Sí, nosotros la llamamos «La canción de Camelia», por el nombre de su protagonista. Realmente nosotros no hemos estado metidos en temas de narcos ni nada parecido nunca, peor contamos las historias que vemos a nuestro alrededor. Creo que eso es lo que hace que la gente se implique con nosotros y se identifique con nuestra música. Son historias que todos hemos tenido muy cerca, pero las contamos desde un punto ajeno, sin ser parte implicada y presentando personajes ficticios.

 

Algún problema os habrá dado eso.

Por supuesto, y también la política. Nuestra implicación social y política nos ha dado momentos complicados. Es difícil de gestionar todo eso, pero creo que lo hemos hecho bastante bien. El otro día estábamos en un concierto y nos pasaron una lista de veinte canciones que no nos permitían tocar, una de ellas era la Camelia. Cualquier otro lo hubiera suspendido y se hubiera negado a tocar, pero nosotros hicimos algo que creímos más inteligente. Como tenemos un repertorio tan amplio y con tantas canciones sobre temas parecidos tocamos otras que hablaban de lo mismo. Al final los tipos supongo que se enfadaron igual, pero nosotros cumplimos el contrato que firmamos, no cantamos lo que ellos no querían, pero conseguimos comunicar lo mismo que queríamos hacer al público.

Porque vosotros os consideráis básicamente contadores de historias.

Es lo que somos. Y es lo que la gente quiere de nosotros. Saben que hemos vivido muchas de las cosas que contamos con personajes ficticios o que las hemos visto. Somos parte de nuestra gente. Son nuestros hermanos. Ellos vienen a nuestros conciertos a celebrar sus vidas, a pasar un buen rato, pero sin olvidar lo mucho que ha pasado México. Hemos sido un pueblo muy sufridor y nuestra responsabilidad es contarlo a todo el mundo. Nos hace muy felices poder llevar esa cultura a todo el mundo. A nuestros conciertos vienen decenas de miles de personas y es una oportunidad de oro.

 

Y os atrevéis a cantar incluso cobre temas como el colectivo LGTBIQ+, algo sorprendente quizá para una cultura como la mexicana, muy patriarcal.

Es que es la vida. En 2014 publicamos la canción que mencionas, «Era diferente» eso nos llevó a que la GLADD (Alianza de Gays y Lesbianas) nos reconociera como el primer grupo de norteños en hacer una canción para ese colectivo.

 

Sois de reconocimientos y premios, y de récords. Habéis metido a 200.000 personas en conciertos vuestros en México, pero el último es muy reciente y con una connotación especial porque fue en Estados Unidos.

Sí, el 10 de marzo en Houston vinieron a vernos 75.586 personas. El anterior récord ya lo teníamos nosotros, pero como dices lo batimos hace muy poquito. Esperamos que en España también venga mucha gente a vernos tras tanto tiempo sin viajar allí.

 

Eduardo Izquierdo

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