Encuentros

Jim Jones All Stars, el chamán del siglo XXI

 

 

 

La pandemia puso patas arriba la vida de casi todos nosotros; pero obviamente afectó especialmente a los artistas, que se vieron privados de actuaciones, el sustento principal para la mayoría de ellos. Pasada la fase más intensa —la del confinamiento en nuestras casas y el completo cierre de espacios públicos no fundamentales— fuimos volviendo a la normalidad, pero muy despacio.

 

A Jim le llegó entonces una oferta para actuar en un festival, pero a algunos miembros de The Righteous Mind les resultaba imposible por una serie de problemas familiares. Le insistieron al cantante y le plantearon si no podría encontrar a un puñado de músicos para ofrecer cualquier tipo de show.  Y fue entonces cuando se planteó hacer un concierto de versiones con algunos de sus compañeros y también junto a viejos amigos con los que había compartido escenario en otros proyectos. La acogida fue estupenda y unos meses después comenzaron a circular vídeos en YouTube a nombre de Jim Jones All Stars y pudimos comprobar que la banda incluía una potente sección de vientos y ue estaban recuperando canciones incluso de los Hypnotics.

En septiembre de 2022 por fin pudimos verlos sobre nuestros escenarios y comprobamos que en realidad daba igual el proyecto, la clave era él, el líder de la banda, al que llevábamos disfrutando 30 años. Su discurso había ido evolucionando, incorporando nuevos matices, sí, pero manteniendo unos sólidos pilares sobre los que Jim Jones iba basculando… Unas veces más high energy, otras más rock and roll y en su última etapa ya convertido en un auténtico chamán, tal y como fuimos informando desde nuestras páginas.

Quizá sorprendía que siguiera habiendo tantas versiones, ¡incluso de los Beatles!, pero poco a poco se iban colando nuevos temas que, en cierto modo, nos anticipaban lo que sería el álbum de debut de la banda, Ain’t No Peril, que vería la luz casi un año después. A las plataformas comenzaron a llegar potentes canciones de adelanto del mismo y otras que también pudimos escuchar en la brutal actuación que cerró la edición de 2023 del Azkena Rock Festival.

Ante la inminente gira de los All Stars en nuestro país (viernes 22 de marzo Santander, 23 Vitoria, 24 Avilés, 25 Madrid, 26 Valencia, 27 Zaragoza y 28 Bilbao) nos pusimos al habla con Jim Jones y además de hablar del disco nos contó que van a acompañar a los Black Crowes durante esta próxima gira europea y también que los días 4 y 5 de abril, en el londinense 100 Club, hará un tributo a los míticos Nuggets junto a su progenitor, el gran Lenny Kaye.

En España decimos que cuando se cierra una puerta se abre una ventana… En tu caso la imposibilidad de actuar con The Righteous Mind fue el detonante para la fundación de estos All Stars. Un proyecto que tardó poco en solidificar.

Sí, pronto fue convirtiéndose en algo muy serio gracias a la llamada de promotores que querían vernos en directo. A las versiones les sumamos algunas canciones de la Revue, de Righteous Mind e incluso de los Hypnotics y eso me empujó a empezar a escribir canciones con este sonido, con los vientos y ese groove.

Ain’t No Peril ha sido votado por los redactores de Ruta 66 como uno de los mejores discos de 2023. ¿Hasta qué punto afectó a su sonido que se grabara en Memphis?

Fue una experiencia increíble, maravillosa, porque para nosotros fue como ir a Disneyland… Stax, Sun Records, Beale Street, los Royal Studios de Willie Mitchell y, por supuesto, Elvis. Lo que pasa es que también es una ciudad dura y estuvimos cerca de la violencia de jóvenes armados que merodearon el estudio. Afortunadamente no pasó nada, pero nos puso los pies en el suelo.

Espero que no me malinterpretes, pero a mí, lo que me sorprende es que alguien haya pagado un viaje a Memphis para toda la banda habiendo buenos estudios en Inglaterra y, sobre todo, teniendo en cuenta el estado de la industria musical.

 ¡Claro! Yo no me lo podía creer cuando el sello nos envió los billetes de avión. Pero hay veces que los planetas se alinean y ésta fue una de ellas.

Imagino que no les preguntarías si estaban seguros, por si se arrepentían (risas)…

Sí. Cuando me lo propusieron yo sólo les dije que me parecía bien (risas).

¿Por qué elegisteis ese estudio en particular?

La verdad es que estuvimos mirando varios, también en Muscle Shoals y Nashville. Pero lo que nos decidió es que queríamos trabajar con Scott McEwen, que ha grabado a JD McPherson, Nick Waterhouse… Es un experto en trabajar con técnicas de los 50 y los 60 y lo más razonable era ir a su estudio, Memphis Magnetic, que es una réplica del estudio B de la RCA en Nashville. Fue muy fácil dejarse llevar allí y disfrutar del momento, aunque el jet lag nos tuviera algo despistados.

Me ha sorprendido que haya varios temas instrumentales.

Las habíamos grabado en las maquetas y nos gustaban como quedaban, así que acabaron en el disco.

 ¿De quién es la voz suena en «Hot Sauce»?

Un tipo muy agradable al que llamaban Tex y que se dejaba caer por el estudio de vez en cuando. Era muy mayor e iba vestido de cowboy y, además, conocía a todos los músicos de blues de la ciudad. Su voz me parecía fantástica.

 En directo «Troglodyte» funciona muy bien…

La conocí gracias a un amigo francés y pensé que encajaría muy bien con nuestro concepto, aunque nuestros vientos le dan un aire más stooge y la aleja algo del funk del cine de blaxploitation, que es a lo que suena la original de Jimmy Castor.

Pero no sé si entiendo bien la letra. No sé cuánto hay de ironía y de segundas intenciones.

Habla de cómo funcionaban las cosas en la época de las cavernas, pero estableciendo una comparación con los 70… Y ahí está un tipo arrastrando a una mujer desde el río, agarrándola del pelo. Pero de repente se da cuenta de que ella es grandota y que realmente podría reventarlo. Aunque eso le excita… Es una historia muy divertida y musicalmente tiene ese rollo medio hipnótico del «Sister Ray» o «White Light, White Heat» de la Velvet.

Esa vibración también la tenían algunas canciones del Soul, Glitter And Sin de los Hypnotics, como «The Big Fix» y «Shakedown», que me alegra que hayas recuperado.

Sí, y el instrumental «Drink Me» que hemos incluído en el disco también tiene un sonido similar. En realidad yo tenía en mente a Lee Dorsey y  James Brown, pero no podía apartarme totalmente de mis influencias: Stooges, MC5 y Jimi Hendrix.

Soy muy fan de Nikki Hill, me ha encantado su colaboración…

«It’s Your Voodoo Working» la adelantamos con motivo de Halloween y nos quedó increíblemente romántica (risas). Hasta se puede escuchar un tren de mercancías de fondo, incluso se palpa la humedad del río. La original era de Charles Sheffield y los Dj de northern soul la pinchaban mucho, pero le hemos metido un theremin para darle un toque más fantasmagórico. Y lo que teníamos claro es que necesitábamos una voz femenina. Pensamos en Yola, pero estaba en Nashville y teníamos prisa. Nikki apareció casualmente mientras preparábamos el equipo para tocar en el DKDC y además se ofreció ella misma.

¡Menuda coincidencia!

Yo quiero pensar que fue la respuesta a la ofrenda que hicimos una medianoche en el cruce de caminos de Clarksdale antes de empezar la grabación: encendimos unas velas mientras fumábamos (y algo más) regado con ron. Y aunque no te lo creas apareció un tipo de la nada y compartimos con él lo que teníamos y le dimos algo de dinero. Y se fue igual que vino. Desapareció en la oscuridad.

Nikki Hill también está en otro tema…

Sí. Los grabamos en un momento. Muy rápido. ¡A la primera!

A lo largo de tu carrera no has perdido tu esencia, pero has ido añadiendo nuevos elementos, supongo que de cosas que fuiste descubriendo…

Diría que la inspiración es la misma y que lo que cambia es el ángulo. Siempre hay cosas de rock and roll y soul por descubrir y hay que estar atento a esas canciones que pinchan los DJs y que consiguen poner a bailar a la gente.

La verdad es que yo no soy de los que bailan, pero este disco me hace moverme.

Ése es el mayor elogio que jamás podría recibir. Te lo agradezco, tío. Le da sentido a todo.

Te aseguro que es cierto. Ya hemos hablado de la inspiración para los Hypnotics; la Revue rezumaba mucho Little Richard y Jerry Lee Lewis.

 Así es. Y en la época de Black Moses escuchaba mucho a los Meters, Sly Stone… Con Righteous Mind estaba más con Lee Hazlewood, Leonard Cohen y Suicide.

 Ahora parece que te ha poseído Screamin’ Jay Hawkins.

Sí, pero también estoy con cosas con sabor latino, con mucha percusión, y lo que más he escuchado en los últimos años ha sido Duke Ellington. ¡Le amo!

Willie Dixon dijo “el blues es la raíz y el resto son los frutos”.

Así es y nuestro disco conecta con el pasado, pero creo que a la vez tiene su propia personalidad. Y quiero pensar que el Mississippi también ha influido. Estoy muy contento.

¿Eres de los que vuelves a escuchar tus discos y te lamentas por cosas que cambiarías?

Cuando terminas de grabar un disco acabas un poco cansado de haber tocado un montón de veces las mismas canciones que compusiste. Una y otra vez. Y aun así te queda todavía la mezcla, el mastering, comprobar que la prueba del vinilo está bien… Aunque he de decir que, tras mucho tiempo, he tenido que escucharlo de nuevo hace unos días antes de enviarlo a una gente que me iba a entrevistar y creo que suena genial.

¿Tenéis ya composiciones nuevas?

 Sí. Estamos trabajando en unas cuantas y no creo que tardemos mucho en empezar a grabarlas.

 En cualquier caso, las canciones imagino que habrán crecido después de tantos conciertos y que la banda también habrá ido adquiriendo una personalidad. ¿Habéis evolucionado en alguna dirección?

 No es fácil responderte desde dentro. Quizá desde fuera puedas encontrar más diferencias, pero yo creo que sigo cocinando con el mismo horno.

 

Texto: J.F. León

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