Encuentros

Gorka Urbizu, «Si no cambias la forma de hacer las cosas, no puedes esperar resultados distintos»

 

Por sorpresa y sin previo aviso, el pasado mes de enero, Gorka Urbizu regresaba tras cinco años de silencio desde la despedida de Berri Txarrak, y lo hacía con Hasiera bat, un nuevo trabajo en el que muestra su lado más personal, en diez canciones desnudas y despojadas de cualquier tipo de artificio. 

Para comenzar, ¿por qué has mantenido tanto secretismo con este nuevo trabajo?

Lo que quería era que saliera por sorpresa, y que no hubiera ningún adelanto, ni información previa. Creo que ha sido un acierto, y es curioso que, hoy en día, sea una rareza que puedas enfrentarte a un disco, a una película, o a un libro, sin saber absolutamente nada, porque siempre te llega una entrevista o un tráiler, y de alguna manera, ya estás condicionado, y no dejas demasiado margen a tu propio criterio. Esto sirve para reflexionar sobre cómo hemos llegado hasta este punto de sobreinformación, que yo creo que le quita algo de magia algo de magia, que yo quería preservar. Por eso, este disco salió cuando nadie lo esperaba y, de repente, ahí había diez canciones nuevas de Gorka Urbizu, que llevaba cuatro años de silencio, y nadie sabía qué se iba a encontrar, es una manera de enfrentarse a un disco de una manera muy pura, y sin ningún tipo de condicionante.

¿Tenías claro que tenías que volver con una propuesta totalmente opuesta a lo que hacías con Berri Txarrak?

Es una propuesta estética diferente, más cruda y pausada, sin distorsión… pero al final, soy yo haciendo canciones; he intentado evolucionar y crear desde otro sitio. Hubo un momento que me obsesioné con hacer una reinvención total de mí como músico y letrista, hasta que vi que había que priorizar la naturalidad de hacer hueco a las canciones que me estaban llamando, y por eso el disco se titula Hasiera bat, porque es un comienzo, pero podían haber sido otros cien diferentes.

¿Y en qué se ha diferenciado la forma de crear este Hasiera bat respecto a tus discos anteriores?

Siempre he creído mucho en el ensayo, y en llevar todo muy machacado al estudio, con la mente siempre abierta a la improvisación, pero con una base sólida; y aquí otra de las apuestas ha sido ir muy puros al estudio, con unas ideas básicas, pero sin apenas haber ensayado; además, el Teatre de Ca L’Eril no es un estudio al uso, sino un espacio mágico, un sitio en el que te sientes como en casa. Yo era consciente de que me jugaba mucho, pero también tenía muy claro que si no cambias la forma de hacer las cosas, no puedes esperar resultados distintos. Así que, la propuesta ha sido “hagamos música, disfrutemos, y si a los demás no les gusta, no pasa nada, tienen otros cien mil discos para escuchar”.

¿Qué han aportado Jordi Matas y Joan Pons en la producción?

Me atraía el universo sonoro de El Petit de Cal Eril, gente haciendo cosas diferentes, y con un nivel de producción altísimo, porque están muy al tanto de lo que ocurre en el mundo musical de hoy en día. Además, sabía que iban a entender ese concepto que iba a marcar el disco. Fue importante encontrarme con ellos para darle esta opción estética de vaciar las canciones hasta su mínima expresión, como respuesta también a este exceso de información, y a esa deshumanización de la música que crea una percepción muy artificial. Esa aparente simpleza, realmente, cuesta mucho, porque vestir las canciones se puede hacer de mil formas, pero la apuesta de desnudarlas, y que se mantengan y emocionen, es bastante más arriesgada. A veces, nos obsesionamos demasiado con el tema del estilo, y al final, son canciones, es música, y hay algo que va por encima de los estilos, que es la conexión que encuentras en la música, y entre músicos. Y esto es lo que nos ha salido, sin preocuparnos de si es rock, pop… porque nunca me ha gustado la ortodoxia en la música, lo que me gusta es aprender y he evolucionado en ese camino, intentando siempre no repetirme; luego, si la gente conecta con ello ya no está en nuestra mano, y nadie tiene la llave de eso… eso sí, cuando sucede es algo increíble, porque es como cerrar el círculo.

¿Cuál ha sido la reacción de los y las fans de Berri Txarrak ante este nuevo proyecto?

Estoy muy orgulloso de toda la comunidad que se creó en torno a Berri, y que todavía hoy está super viva. Cuando yo tomé la decisión difícil de dejarlo en un buen momento, tenía mucho que ver con esta idea de dejar un recuerdo colectivo bonito. Y ahora estoy alucinando con la respuesta de toda esa gente ante el abrazo pequeñito que es este disco. La gratitud que me estoy encontrando es maravillosa, y es muy especial cuando me dicen que esto es lo que necesitaban… yo creo que todos estábamos un poco jodidos, y este disco tiene algo de balsámico, que la gente agradece un montón, así que, si ha conectado por ese lado, estoy muy orgulloso por ello.

¿Había algún tipo de presión al ser un disco firmado con tu nombre y apellido?

Tuve mis dudas, porque yo siempre he estado parapetado detrás de un grupo, pero con este tipo de disco, con un estilo y unas letras tan personales, tenía todo el sentido hacerlo así.

¿Tuviste que hacer algún tipo de trabajo extra con la voz, en un disco tan desnudo?

Hay gente que me ha dicho que se muestra un Gorka más frágil, pero es lo que me pedían estos temas, y ahí hay una labor importante de producción, para construir las canciones en base a la voz y a la letra que, en estos estilos por lo menos, es sobre lo que tiene que pivotar todo; lleva un tiempo entenderlo, y al ser un disco tan minimal, teníamos que dejar mucho hueco a la voz, y creo que ha quedado muy bien.

Cuéntanos cómo has trabajado la parte de las letras, otro de los puntos destacables de este trabajo.

Ahí sí que hice un esfuerzo de reinventarme, porque en esta nueva época quería aprender a escribir desde otro sitio, y en algunos temas creo que lo he conseguido más claramente, como en «Etxe bat» o «Besterik ez», que son más narrativas; sin embargo, en otras acaba saliendo mi forma de escribir de toda la vida y se nota más que soy yo. Al final, en una carrera de largo recorrido es todo como algo continuo, aunque pases por diferentes épocas, y esto es lo que tengo que ofrecer ahora mismo, no sé lo que pasará en el futuro, pero la Polaroid de este momento es esta.

Tras la presentación, llega el momento de los conciertos, ¿has echado mucho de menos tocar en directo?

Estoy flipando conmigo mismo, porque después de tantos años tocando, mi mayor miedo era que pensaba que me iba a subir por las paredes, y sorprendentemente, no me ha pasado, lo que viene a corroborar que necesitaba parar, descansar, respirar y vivir, porque cuando estás en una banda de una manera tan intensa, y te pasas la vida de la furgo al camerino, y del camerino al escenario, te das cuenta de que ya no tienes ni de qué hablar en tus canciones, porque toda tu vida es eso, y me sentía un poco preso. También te digo que, una vez que ha salido el disco, ahora sí que me apetece tocar en directo y compartir este trabajo.

Texto: Sergio Iglesias

 

 

 

 

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