Hay disco preciosos y energéticos y este Lechyd Da —buena salud en galés— es uno de ellos. Leo en la nota de prensa que Bill Ryder-Jones quería hacer un disco más positivo, con más esperanza que sus anteriores trabajos. Pues lo ha conseguido. Es también su álbum más producido. Se nota que es un trabajo cuidado, delicado, y que se ha fijado en todos los detalles. Esta mañana lo escuchaba mientras caminaba por la montaña y no podía evitar dejarme llevar por sus arreglos instrumentales, ponerme a vivir mis propias ensoñaciones despierta guiada por su fantástica música. Aunque Ryder-Jones canta sobre la oscuridad que le rodea, su música tiene una luminosidad casi cegadora. En «We Don’t Need Them» se llevó a su estudio a un grupo de niños para que le hicieran los coros. Maravillosa. El álbum cierra con una delicada nana, «Nos Da» —buenas noches en galés—, despidiéndonos con dulzura y dejándonos con una sonrisa dulce en los labios. Excelente disco, para escucharlo con calma cientos de veces.
ANABEL VÉLEZ