En 1975 Ginger Baker había pasado por más bandas de las imaginables. Como dijo su amigo y fan, Charlie Watts: «Te ilusionabas con su nuevo proyecto y nada, qué duraba, ¿dos semanas?». La banda de Graham Bond, Cream, Blind Faith, Airforce, un disco solista, viajes a Nigeria, un directo junto a Fela Kuti… Era imposible seguir a Ginger Baker tanto como admirador como periodista, pero lo preocupante era que nadie aguantaba al batería por su carácter e imprevisibilidad.
De ahí que acabase formando proyecto con los hermanos Gurvitz, Paul (bajista) y Adrian (guitarrista), en 1974; dos tipos que no estaban en la clase A pero deseaban estarlo y con Ginger a bordo veían la posibilidad de capitalizar ese sueño.
Los hermanos no eran novatos, ya que venían de grabar un par de buenos discos con The Gun y otros tres con Three Man Army. Pero en todo ese tiempo sólo se les conocía un semi hit: «Race With The Devil». Cuando se encontraron con Ginger en el club Speakeasy de Londres, los tres andaban deseosos de estar en la primera línea y formaron el Baker Gurvitz Army. Grabaron tres discos, lo cual, dado el historial de Ginger, es un milagro. Los dos primeros (el homónimo del 74 y Elysian Encounter del 75) son un perfecto hibrido entre el hard predominante de la época, elementos del rock progresivo y el tum tum africano que emanaba de Baker. El tercero, Hearts On Fire (76), es un buen disco pero carece del distintivo que les hizo tan especiales. Es más ramplón, por así decirlo.
Este cofre de 3 cd’s y dos dvd’s presenta a la banda en su amplitud, pues no hay nada como el directo para destacar la valía de un proyecto. El primer disco es una grabación de la BBC en el Paris Theatre de Londres, ya con Mr Snips, otrora cantante de los Sharks, al frente del escenario. Buen directo, aunque contenido. El segundo y tercer disco presentan un concierto completo que se celebró en Derby. Es excitante, musicalmente abrumador, y el sonido de la grabación es impecable.
De haber aparecido en su época, hoy hablaríamos de uno de los grandes directos de su era . De los dvd’s destaca la filmación en el Musikladen alemán. Las vestimentas de los músicos no han pasado el test del tiempo pero verles en acción es un gozo. Qué carajos, ver a Ginger, que siempre es lo destacable. Amo al hombre. ¿Os lo he dicho en alguna ocasión?
Baker Gurvitz Army no necesitan reivindicación, fue lo que fue y así está bien, para nosotros y para los protagonistas. Pero este cofre refresca el poder de la banda, lo cual, a estas alturas de la película, es una noticia fabulosa. Si pasan por caja no saldrán decepcionados.
Texto: Sergio Martos