Hay etapas muy especiales en la trayectoria de los artistas. Fases de despegue que marcan el antes y el después. Esa zona temporal que divide dos momentos clave: aquel en que aún los podías ver en salas pequeñas, cerca, a contacto directo con cada alma del público, y la siguiente pantalla, la de disfrutarlos en contextos más amplios: festivales y salas grandes.
Otra experiencia, otra conexión, tal vez ni mejor ni peor, pero –a menos que consigas situarte en primera fila–, no negaremos que el feeling ya no es el mismo.
Lo hemos vivido con tantos. ¿Se acuerdan de cuando Sharon Jones, Lee Fields o Ray Gelato actuaban para un centenar de entusiastas en La Boîte? ¿A un palmo de nuestras narices? ¿Se acuerdan de cuando aquello ya no fue posible, porque, como es lógico, unos artistazos de esta magnitud ganaban adeptos y actuaban en espacios cada vez más grandes? ¿Recuerdan esa sensación de alegría por el triunfo de tus héroes, mezclada con la relativa desazón de ser una gota más en un océano de fans?
Algo así está ocurriendo ahora mismo, mientras leen estos renglones, con el saxofonista y compositor británico Alex Hitchcock. Tras una prolongada mili curtiéndose en los competitivos meandros del UK Jazz, haciéndose un nombre, forjando un repertorio y fortaleciendo su credibilidad, el artista recala el martes 12 en el Jamboree de la Ciudad Condal, que ha venido siendo su casa barcelonesa hasta la fecha. Y lo hace en el contexto de una ambiciosa gira que lo va a seguir elevando de unas cuantas atmósferas, tras su paso por los principales certámenes del Jazz europeo, cubes como el prestigioso Ronnie Scott’s, o colaboraciopnes con nombres de enjundia como Ashley Henry o los Blackbyrds. La cuestión es que Alex Hitchcok está en pleno despegue y quién sabe si, en un futuro próximo, seguirá siendo posible disfrutar del buen hacer suyo y de su banda en una cava como la mítica de la plaza Real.
Por si acaso, por no perder la ocasión de disfrutar de este talento en un entorno íntimo, podría no ser una mala idea acudir el martes al Jamboree. Ahí, Hitchcock estará muy bien rodeado por su Dream Band: el celestial trompetista Dave Adewumi, el pianista Lex Korten, el contrabajista Orlando Le Fleming y JK Kim encargándose de percutir todo aquello.
Avisados quedan.
Texto: Alberto Valle
