Otro año más el SJOCK consigue aglutinar un cartel de bandas que quita el hipo y no se nos puede pasar por alto en esta revista. Este festival que ya cuenta con 48ª ediciones se realiza en medio de la campiña belga de la provincia de Amberes, y goza de varios atractivos adicionales a su impresionante cartel: zona de acampada, buena cerveza belga a buen precio, espacios perfectamente acondicionados para descansar o comer algo entre bolo y bolo, lavabos más limpios que los de tu propia casa… todo en un ambiente más familiar y un trato más cercano de lo acostumbrado en festivales.
No tenemos más que elogios desde que acudimos por primera vez en el 2017, atraídos por un cartel alucinante. Un ejemplo de cómo hacer hoy en día un festival grande sin perder el espíritu inicial menos corporativo.
El cartel este año está plagado de bandas importantes del panorama punk rock y hardcore a todos los niveles, ahondando mucho en la escena rockera de Australia, supongo que por la misma predilección que tenemos en esta casa por todo lo que rezuma a canguro. Ni más ni menos que 6 bandas de las Antípodas de una sola tacada: The Chats, Cosmic Psychos, Bad//Dreems, Civic, Dune Rats y Dick Move. Además disfrutarás de bandas más habituales de nuestros escenarios como Bad Religion, The Gories, New Bomb Turks, Sick of it all, Agnostic Front….
El segundo escenario está dedicado a sonidos más clásicos de Rock’n’Roll donde mover las caderas y alternarlo con la caña del principal, por donde pasarán bandas como Delta Bombers, Ray Collins Hot Club, Fifty Foot Combo, etc.
No puede faltar un tercer escenario más pequeño y canalla por el que desfilan un sinfín de bandas más underground, locales y bizarras, y pasar momentos muy divertidos y locos. No existen grandes distancias entre los escenarios, disfrutándolo todo sin angustias y ¡sin perderte nada!
Hoy en día los vuelos están tirados a toda Europa y cambiar de rutas, conocer otras culturas, gastronomías y propuestas diferentes de festivales se antoja muy saludable. La ocasión lo merece, rutero!
Texto: A. Fuzztenberg