Situémonos en el año 2011, y en concreto en la gira The Revival Tour, donde a modo de colaboración acústica, se pasean por el escenario ya sea en solitario o colaborando entre ellos, Chuck Ragan (Hot Water Music), Brian Fallon (Gaslight Anthem), Dan Adriano (The Alkaline Trio) y Dave Hause (The Loved Ones). Pues bien, para servidor este fue el primer contacto con el artista que protagoniza estas líneas, y en concreto su interpretación de “C’Mon Kid” y la energía con la que la hace, me hizo investigar sobre él, y seguirlo hasta el día de hoy. Si no habías oído hablar de ese proyecto, antes de seguir leyendo, te aconsejo y recomiendo que, para acompañar esta lectura, pinches en tu estéreo “The Revival Tour Collections (2011)”.
Aunque sea a un nivel reducido, en cuanto a número de intérpretes, podríamos considerar que la reciente y generosa gira que comparten Dave Hause y Will Hoge, mantiene algo de aquel espíritu, se han paseado por la mitad de iglesias de Europa y locales de formato intimista o cercano, colaborando entre ellos, y en definitiva, ofreciendo un espectáculo que roza a un gran nivel en todos los sentidos.
El encargado de abrir la noche, Will Hoge supuso una “delicatesen” como aperitivo, nos hizo sentir como si estuviéramos en un bar de los muchos que se amontonan en la arteria principal de Nashville (solo faltaban las clásicas mesas y sillas de esos locales). Alternó momentos de electricidad blues con la distorsión necesaria, country rock y balada al piano, todo aderezado con buen humor a la hora de dirigirse al público, así como con una gran sonrisa.
Dave Hause llego predispuesto con la intención de ofrecernos e impregnarnos de forma generosa de esa cultura USA, de cercanía de local lleno, ya sea en formato puramente acústico o trufado de notas eléctricas con piano y acordeón apuntando directamente a las raíces del músico. Lo consiguió sobradamente, mostrándose muy comunicativo, de forma dinámica recordó sus anteriores visitas por nuestros clubs (Badaloña is not the same as Barcelona), anécdotas de la gira por Europa, de su ruta de turismo por la ciudad condal, o de la manera tan loca con la que conducen los ciclistas en la ciudad cuando alquilaron unas bicis.
Ese discurso encajó perfectamente en una propuesta musical actualizada y que no temió beber de su pasado más combativo, recreando y dotando de un prisma totalmente diferente los temas de The Loved Ones (“Pretty Good Year” o “Jane”), o aplicando un punto más dramático y cargado de emoción a interpretaciones propias como la mencionada al principio de estas líneas “C’Mon Kid”. Una gran sorpresa, resulto ser cuando su hermano Tim Hause, de sonrisa continua y trasmitiendo buenas sensaciones, tomo la voz cantante con dos de sus temas “Summer Kiss” y “High Hopes”, le tendremos que seguir la pista de cerca.
Ya ubicados en el supuesto bis, (el propio Hause ya advirtió que no harían el innecesario parón de retirarse y volver), el trabajo colaborativo tanto entre músicos como público se hizo más que presente. Una excelente interpretación de “Learning to Fly” de Tom Petty, donde Will Hoge volvió al escenario, generó un buen momento de camaradería, y aplanó el camino para una final “Damn Personal” con el protagonismo de todos los asistentes, y que demostró que ese tema debería ser un hit, de un artista que aplica una pasión muy personal a su propuesta, y lo más importante, la contagia al resto.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Sergi Fornols
