Cumplidos cinco años desde la aparición de su último álbum, los madrileños Atención Tsunami retornan con “Core”, trabajo complejo producido por Raúl Pérez (compañero de batallas desde hace una década), en La Mina, su estudio sevillano. Más allá de las sobadas etiquetas de grupo underground o de culto, los cinco clarividentes músicos, vuelven a mostrar talento, compromiso, inquietud y una singularidad tan solo al alcance de los arriesgados. Nos ponemos en contacto con Álvaro Marcos (cantante y teclista de la banda) para esclarecer los secretos de este sobrecogedor núcleo.
¿Sin la autoedición es imposible decir o tocar lo que a uno le venga en gana? ¿Os sentís, de algún modo, secuestrados por las multinacionales a la hora de ampliar vuestros puntos de mira y ampliar audiencias?
Este es el primer disco que no editamos con nuestro propio sello. Sale con Raso Estudio, el sello que lleva Alan Queipo, estamos encantados del cambio y muy cómodos en él. De todos modos, seguimos moviéndonos en un circuito muy independiente y vinculado a la filosofía DIY. No nos sentimos coartados por nada porqué estamos al margen de casi todo, la verdad.
Vivimos una pequeña avalancha de nuevos títulos, justo cuando se cumplen cuatro años de la pandemia – COVID 19. ¿Fue el motivo esencial de vuestro parón discográfico?
No fue el único, pero sí uno de ellos. Fuimos uno de esos grupos a los que la pandemia les pilló justo cuando estrenaban disco. En nuestro caso sucedió con el anterior, “Vltra”, con el que no pudimos girar. Así que teníamos esa espinita clavada y muchas ganas de volver a tocar en directo. Después, Iñaki se marchó a vivir a Holanda, yo a Barcelona, Aarón fue padre…de ahí que todo haya sido un poco más complejo esta vez.
Grabasteis “Vltra”, junto al productor Raúl Pérez en su estudio La Mina de Espartinas (Sevilla), ahora repetís con “Core”. El regusto que os dejó parece inmejorable.
Lo de trabajar con Raúl en La Mina viene de muy atrás, ya de nuestro segundo disco, “Que le corten la cabeza”, hace diez años. Son ya cuatro discos con él, os podéis imaginar lo contentos que estamos con el Califa y cómo nos gusta currar con él. En “Core” decidimos, además, que desempeñara el papel de productor y acertamos. Ha sido un elemento muy importante en el proceso de gestación del disco.
¿Cuál crees es la diferencia principal entre los dos discos, hablando del sonido y la experiencia vital que reflejan las letras?
“Vltra” era un disco, musicalmente, exploratorio, experimental y ecléctico. También más complejo, con más capas y elementos. En “Core”, la apuesta era reducir elementos y dejar espacio a cada uno de ellos. Queríamos expresar más con menos, comunicarnos con claridad, también en lo lírico. Es un disco, estéticamente, espartano y compacto.
La preciosa portada y el vinilo blanco pueden despistar. Su contenido sigue rezumando un enfado que desemboca en crítica, como en la introductoria “Máquina violenta”, “Rentistas” o “Gente sonriendo en fotos”.
Nos gusta mucho usar portadas pictóricas. La de “Core” es un cuadro precioso de Javier Aquilué, artista al que admiramos, realizado especialmente para el disco. En cuanto a la crítica, escribimos sobre cosas cercanas que nos interpelan y muchas de ellas están marcadas políticamente, por supuesto. El grupo está claramente posicionado en ese sentido. No existen ambigüedades ni cripticismos.
Es evidente que no te gusta escribir versos ni amables ni banales. En “Politiza el estrés” hay una frase que me encanta: “Desear al revés”. ¿Nos la explicas?
Cualquiera que haya atravesado una depresión o un bache jodido, en algún momento de su vida, sabe lo que es perder la capacidad de proyectarse hacia delante, situar el deseo en algún lugar. En esos momentos en que el horizonte desaparece, es tentador creer que cualquier pasado fue mejor. Es como si la polaridad del imán se invirtiera sin poder evitarlo y tan solo pudiéramos mirar hacia atrás. El verso hace referencia a esa sensación.
¿Cuál es el real significado del concepto core o núcleo? Existen posibles variantes.
Aunque sea inglesa, es un palabro sencillo que condensa muy bien el espíritu del disco: pequeño y humilde pero denso y compacto, con masa concentrada, que alude, en primera instancia, a “lo esencial”, “lo nuclear”, pero en el que resuenan también, etimológicamente, otras palabras como “corazón” y “recuerdo”. Por otra parte es, por supuesto, el sufijo del nombre de estilos y escenas musicales que pertenecen a nuestras raíces sentimentales, muy vinculadas a una idea de honestidad, comunidad, de hacer las cosas por amor al arte y de ir a tumba abierta.
Otro punto destacable del disco es la musicalidad y sutileza escondidas debajo de fuertes guitarrazos, tomemos “Una habitación con vistas” de ejemplo clarificador.
Creo que dentro de la batidora de cosas que es Atención Tsunami, con sus virtudes y defectos, la sutileza siempre ha estado entre las primeras. Aunque en “Una habitación con vistas”, quizá no hayamos sido tan sutiles a la hora de homenajear, en el título, a A Room With A View, uno de los grupos madrileños que marcó nuestra juventud. Creo que es una canción donde se nota mucho lo que comentábamos antes, dejar que cada instrumento tenga su espacio y construir canciones tratando de emocionar con los elementos justos.
Lo de “banda de culto” ¿os lo tomáis muy en serio? ¿cómo se lleva?
(Risas) No tengo ni idea de si somos eso. Lo que sí sé, es que nos reconforta mucho saber que sigue habiendo gente dispuesta a escuchar, con atención, la música que hacemos después de casi veinte años juntos. ¡Gracias a tod@s ell@s!
¿Este Core va a salir a la carretera? Si es así ¿cuándo y cómo?
Estamos deseando sacar a la criatura por ahí para enseñarla. De momento la puesta de largo será el 26 de abril en la Sala Sol, dentro de la programación del Sound Isidro. Habrá luz y oscuridades para todas las edades. ¡Venirse que lo pasaremos bien!
Texto: Barracuda
Fotos: Iñigo de Amescua