En sus principios, Idles gritaban consignas contra una sociedad rota, clamando por más solidaridad. Después de que en su tercer álbum parecieran una parodia de sí mismos, cambiaron de táctica para provocar nuevas emociones. En su quinto álbum, con la ayuda de Nigel Godrich, cuya huella se hace patente en todo el disco, se han liberado del pasado para crear su trabajo más ambicioso. Comienza con «Idea 01»: un arpegio de piano se arremolina desacompasado con lo que tocan encima. Evoca a Radiohead entre In Rainbows y King of Limbs, compases que entran y salen, breves toques de distorsión que se filtran por encima mientras la voz de Joe Talbot entra suavemente.
Godrich guía y ayuda al guitarrista Mark Bowen —también acreditado como productor del álbum— a combinar su necesidad de explorar nuevos sonidos con la confianza para romper su molde. «Jungle» retumba sobre un ritmo de guitarra que podría haber salido directamente del debut de The Smile, al tiempo que vuela con el ataque punk de Idles, mientras que «Pop Pop Pop» muestra como Talbot se deleita con su amor por el hip-hop. Por el contrario, «A Gospel» es la canción más atmosférica que el grupo ha escrito jamás, con una letra que expresa la vulnerabilidad que se siente al romper una relación. Si antes lo personal era político y orientado al exterior, ahora, con la evolución de Talbot como letrista, en este álbum lo personal es exactamente eso. Gracias a ello y a la experimentación de Bowen, Idles han encontrado una nueva fuerza.
NATHAN WHITTLE
