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Mitch Polzak & The Kaw-Ligas – Marula Cafe (Barcelona)

 

Parece ser que en el Marula Café caben unas 400 personas, si nos apretujamos. El día después de disfrutar con los regalos de los Reyes Magos de Oriente, menos de una centena (no hace falta ser estrictos con las matemáticas) de seres raros, nos congregamos para escuchar a un tipo alto, bien parecido y que además, canta bien y toca la guitarra como pocos.

Ya estamos acostumbrados a estos fiascos, pero ni así llegaremos nunca a comprender cómo un mediocre destroza rumbas (nos quedamos cortos), es capaz de llenar dos Palaus Sant Jordi y artistas con pedigree no se comen ni las sobras. Ya no se trata ni de resaca de roscón, ni de escasez promocional, estamos hablando de que los medios audiovisuales están capitalizándolo todo; resultado: la música de raíces se muere. Por suerte, algunos osados, como la gente de A-Wamba Buluba, se la juegan para regalarnos actuaciones como la de este señor californiano que toca rockabilly, bluegrass, honky tonk, surf o lo que le venga en gana. Un crack con todas las letras.

A Mitch Polzak se le conoce más por su colaboración con Royal Deuces, su banda habitual, pero ni reclutando a los magníficos  Kaw-Ligas (Jesús López a la batería y Jarke Creyente al contrabajo), compatriotas de toda la vida, consiguió reunir una buena legión de allegados. Eso sí, los que fueron (Polzak agradeció el esfuerzo de acompañarle un domingo por la noche) disfrutaron como posesos. Pocas cosas se le pueden recriminar al bueno de Polzak, y mucho menos su profesionalidad. En una velada en la que podríamos haber aceptado unos mínimos, emuló a Chuck Berry (“Betty & Dupree”), lanzó guitarrazos bajando del escenario, tocó lo que no tenía programado (un admirable “Get Rhythm” del aclamado Cash), se vistió de Clint Eastwood (“For a few dollars more” de Ennio Morricone), con Los Amaya hubiera arrasado, y se puso las botas homenajeando a su ídolo Merle Haggard. Una esplendorosa “Mama tried” serviría de ejemplo. ¿Hizo más cosas? Sí.

En teoría, su gira europea debería basarse en su nueva grabación titulada “Lonesome Road” (clásico de Bill Monroe) y en la que cuenta con el apoyo de los alabados The Kaw-Ligas. Como suele ocurrir, de la novedad sonó poco: la canción de Bill Monroe mencionada, “Heartaches & Hangover” (George ‘Posum’ Jones) y “T for Texas” (Jimmie Rodgers), el resto del repertorio consistió en sus apetencias. El setlist, como nos comentó en las puertas del local de la calle Escudellers, estaba en su cabeza, no en el típico papel por el cual muchas veces luchamos y, para despistarnos (ley de vida periodística) varió el orden e incluyó (dicho está) cosas imprevistas. El rock n’ roll, el bluegrass y su destreza  tocando la guitarra (pareció un banjo en la novedosa “Tall Fiddler”)  fueron la esencia de un concierto primoroso, henchido de música sugestiva sin altibajos; ni tan siquiera la llamada al baile lento (“Love’s gonna I’ve here”) desniveló el ritmo, cansados estamos de escuchar que la agresividad es sinónimo de éxito.

La gigantesca pieza instrumental (original de Duan Eddy) “Rockabilly Holiday”, abrió la tanda de resplandecientes interpretaciones. Trotó con la espléndida “Play Boy”, afiló, de modo endiablado, las cuerdas de su instrumento en “Match Box”, se recreó en “Don’t chase what you follow”, mostrando que el timbre de su voz es también exquisito y sacó a relucir la clave de su éxito: sus dotes de completo showman. En homenaje a los músicos que luchan por subsistir, recorrió la sala de punta a punta, a lomos de su guitarra, bailó con los presentes, consiguió que coreáramos los hits más conocidos y se despidió contento entonando “$2 Bill/Long journey home” y “Let’s do the Rock ‘n’ Roll”.

Un afortunado comentario (no abundan) en las redes afirmaba: “No hay nada como un concierto de Mitch Polzak”. Podríamos considerar unos minutos tal aseveración, pero transcurrido el breve espacio de tiempo, nos daríamos cuenta que, viendo lo que se cuece por ahí (que el 2024 nos coja confesados), es una verdad como un templo.

Alegría, baile, buena música. ¿Quién da más? Los vulgares artistuchos endiosados por ejecutivos que no saben el significado de la palabra  corchea, seguro que no.

Texto y fotos: Barracuda

 

One Comment

  1. Pipo perez

    Estuve alli y me lonpase muy bien. Gran guitarrista y buena voz!

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