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Biznaga + Los Yolos + Enemic Interior – Curt Cirtcuit / Razzmatazz 2 (Barcelona)

El 7 de mayo de 2022 Biznaga actuaron en la sala La Capsa de l’Hospitalet de Llobregat con Bremen No Existe recién salido de los almacenes del sello Montgrí. Año y medio después, me reencontré con la banda en la penúltima fecha de una intensa gira que concluirá el próximo 26 de enero en la Sala Riviera; será en casa, por todo lo alto, despidiéndose del disco con el que el cuarteto madrileño ha dado un salto importante en lo que a reconocimiento popular se refiere.

Para el adiós barcelonés, enmarcado en el ciclo Curtcircuit impulsado por la Associació de sales de concerts de Catalunya (ASACC), Biznaga compartieron escenario con dos emergentes bandas locales: Enemic Interior y Los Yolos. Un repaso al CV de los componentes de Enemic Interior –Aliment, Heather, Univers o Wind Atlas, entre otros– ayuda a entender tanto el arrebatador brillo compositivo prensado en sus dos referencias hasta la fecha –Enemic Interior, 2022; Enemic Interior II, 2023– como su robusta puesta en escena, una irrefrenable tunda a base de post-punk desesperado, lúgubre y oi! espídico, a bocajarro. Con media hora se las bastaron para dejar ojipláticos a los novatos en su materia y para encabritar a una pequeña pero revoltosa cuadrilla de fans que coreó puño en alto futuros himnos del underground barcelonés como «La llum», «Cop directe» o «Camisa de força». Fogonazo en la oscuridad.

Enemic Interior

Seguramente no fue la noche idónea para mi primer contacto con Los Yolos, cuarteto del que únicamente sabía de su filiación al siempre fiable sello Humo Internacional. Con el corazón todavía rebotándome en el tórax y la mente proyectándose en mi reencuentro con Biznaga, reconozco que me costó algo entrar en su propuesta de art-pop nuevaolero chispeante en descaro y con canciones que por momentos me hicieron pensar tanto en Radio Futura o Ciudad Jardín como en Polansky y El Ardor o Décima Víctima. Ya estoy haciendo los deberes: su último elepé Nos siguen por delante seduce guapamente.

Los Yolos

Con Razz 2 ya rugiendo ansiosa salieron Biznaga al escenario presidido por la ya icónica pancarta del artista malagueño Dreucol y que reza “Tu memoria ha bloqueado el recuerdo de un trauma llamado futuro”. Quizá nadie haya sentido la punzada visual de esa demoledora certeza tejida en rojo, blanco y negro con la misma intensidad que Álvaro, aka Torete, el guitarrista de 19 años que se unió a la cuádriga madrileña a finales de 2022 y que por su desbocada excitación uno podría pensar que se cayó en la misma marmita que Wilko Johnson o Mick Jones. Desde el chupinazo con «Mediocridad y confort», el novillo salió bravo luciendo mirada killer y lanzando ráfagas con la seguridad de un auténtico morlaco del riff, perfectamente ensamblado con ese tridente mortal de necesidad que forman the original Álvaro (voz, guitarra), Jorge (bajo) y Milky (batería).

Biznaga

Los punteos iniciales de «Contra mi generación» fueron rápidamente vitoreados por el público, prueba inequívoca de cómo ha calado el beso frustrado de esta canción de amor; la distopía über realista encadenada de «2K20» y «Motores de búsqueda avanzada» me hizo sentir un escalofrío de emoción y orgullo al recordar la portada que les dimos a propósito de Gran Pantalla (Slovenly Recordings, 2020), totémica rodaja de la que también descerrajaron ese certero retrato de nuestra rutinaria y vacía transitoriedad que es «No-lugar». Fue emocionante verles rebobinar casi diez años para recuperar tres cortes de su debut Centro Dramático Nacional (Holy Cuervo, 2014): el percutante embrujo de «Divino Fracaso», ese retrato inmisericorde de «Las brigadas enfadadas» que solo quieren ver el mundo arder y quizá el primer (anti)himno generacional de los madrileños, esas «Máquinas blandas» que se autoinmolan al grito de “todos somos putas”.

Biznaga

Pero esa era la noche de Bremen No Existe, elegido mejor disco nacional de 2022 por los redactores de la casa rutera, título inapelable si pasados los meses sus canciones siguen incrustadas a fuego en nuestra memoria y no han perdido un ápice de su poder de sublevación colectiva. Sucedió especialmente con «Espíritu del 92», «Domingo especialmente triste» –con Rosa, cantante de Sandré, haciendo coros–, «La escuela nocturna» y ese mágico puente aéreo de hermanamiento entre capitales que es «Madrid nos pertenece», antes de la cual invitaron a miembros del Sindicat del Barri del Poble Sec a leer un manifiesto contra la especulación urbanística que hace invivible una ciudad que, a pesar de todo y también gracias a la llama de resistencia social que prenden las canciones de grupos como Biznaga, sigue siendo tan buena como otra cualquiera para _ _ _ _ _.

Texto: Roger Estrada
Fotos: Sergi Fornols

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