Segundo adelanto del eminente cuarto disco de los suizos, que se muestran de nuevo tan irreverentes y desprovistos de prejuicios para experimentar con teclados y sintetizadores apartándose de forma radical su línea más garagera y bluesy.
«Twenty One» bien podría haberse producido en algún estudio del Manchester de los 80 o en el Berlín ocupado porque el video representa una escena donde parecen convivir el clasicismo y una revolución contenida a punto de estallar.