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Siena Root + Cachemira – Razzmatazz 3 (Barcelona)

Nos dirigimos a la sala pequeña del complejo Razzmatazz, para finalizar el largo puente de diciembre con el regreso a la ciudad condal de los suecos de la mano de la promotora barcelonesa Red Sun. Cada vez que nos han visitado han dejado un más que grato recuerdo, la buena entrada que presentaba la sala era prueba fehaciente de que había ganas de verlos de nuevo sobre las tablas.

Abrieron los locales Cachemira, que ofrecieron un excelente recital, aprovechando todos y cada uno de los minutos de que dispusieron, el trío brilló, se dejó llevar por el buen ambiente e hizo alarde de todas sus armas. Buena voz, poderío instrumental y unas canciones, sobre todo las de su última grabación, Ambos Mundos, que crecen en directo una barbaridad. Revisitando el pasado, pero con la mirada puesta en el presente.

Igual que Siena Root, cuyas referencias están claras, pero que poseen ese toque y esa personalidad propia que los aleja del mayor peligro, ser un combo de mero revival. Sus canciones tienen vida propia y pese a ser una banda que cambia constantemente de formación, Sam Riffer al bajo y Love Forsberg a la batería son los únicos que siempre han estado, nunca bajan el nivel. Estuvieron respaldados por la alineación actual, Zubaida Solid a la voz principal y el órgano y el guitarrista Johan Borgström, dos excelentes músicos que aportaron oficio y eficacia, y redondearon con sus prestaciones un concierto sin fisuras.

Desarrollos instrumentales que no se pierden en el exhibicionismo vacuo, contundencia rocosa que siempre conserva un punto de lirismo y un ramillete de excelentes temas, pusieron al público a sus pies desde el inicio. Presentaban su último trabajo, Revelation, editado este mismo año, del que interpretaron «Coincidence & Fate», un blues pesado con sabor a clásico, la ensoñadora «Dusty Roads» y la épica «Keeper Of The Flame». Revisaron tiempos pasados, el riff de «Time Will Tell» retumbo como nunca, el omnipresente bajo de Riffer dio salida a «Ridin’ Slow» (recibida con alborozo por la parroquia), marcaron músculo en «Tales of Independence», y se despidieron con un furioso «In The Fire», que reforzó su aroma al Santana primigenio con la inclusión de un fragmento de «Soul Sacrifice».

Ante el regocijo del personal regresaron para despedirse con «Outlander» y con una intensa interpretación de «Dreams Of Tomorrow», probablemente una de sus mejores composiciones.  El asalto al puesto de discos, camisetas y recuerdos varios es una señal infalible de que habían triunfado por todo lo alto. Incuestionablemente, una de las mejores bandas que se pueden escuchar en el ámbito del hard progresivo y la psicodelia setentera.

Manel Celeiro

Fotos: Marina Tomás.

 

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