Con esta aventura de Llàtzer Llampades, Xavier Theros suma un segundo volumen a su ambicioso proyecto de documentar la Catalunya del siglo XIX a través de novelas que recorren sus espacios y momentos más recónditos, olvidados y fascinantes. Si con La fada negra el autor usaba como pretexto una trama de misteriosos asesinatos para explicar la Barcelona pestilente, peligrosa y sobrepoblada de 1843 bajo los cañonazos del general Prim (avivando –de paso– la memoria histórica sobre un personaje injustamente blanqueado que aún goza de abundante e inexplicable callejero en nuestra urbe), en esta nueva entrega se desplaza hacia el Ripollés de las Guerras Carlistas. Hasta ahí viajan, en 1848, Llampades y un grupo de cien presos que, como unos Doce del Patíbulo, se enfrentan a un enemigo letal en un lugar olvidado por Dios, lleno de frío, supersticiones, sangre y miedo. Exquisitamente escrita y con una profusión alucinante de detalles, marca de su autor, esta narración abandona el tono negro de su predecesora y adquiere tintes de western a la catalana donde hasta el más bueno es, en un momento dado, cuando toca porque realmente somos así, un redomado hijo de puta. Un novelón. O, mejor dicho, y ya que estamos refiriéndonos a Xavier Theros: otro novelón.
Alberto Valle