El año pasado, en la revisión de su disco Bug Eyes, el periodita Roger Bowie definía la música de Adam Hattaway y The Hunters como la mezcla imposible entre The Rolling Stones con The Bee Gees. A esa receta, uno le añadiría algo de picante Jack White, y unas gotitas de Tom Petty y creo que ya lo tienen. Hace apenas cuatro días, este neozelandés de difícil encaje, como hemos visto, publicaba por sorpresa un Greatest Hits en toda regla. Y digo esto porque Hattaway apenas suma cinco discos en estudio, en cinco años, eso sí. Peor aquí está con lo mejor de su repertorio, outtakes y alguna inédita. Ecléctico donde los haya, el músico recorre toda su trayectoria desde el rockero All Day Love, su disco de debut, hasta el citado Bug Eyes, donde se acerca más al soul. En medio le ha dado al blues, al pop, al indie y hasta al americana. Esto último ha llevado a que algún despistado lo incluya en las listas de ese género, pero su propuesta se me antoja demasiado heterogénea como para limitarla tanto ¿El Daniel Romano -salvando las muchas distancias- de las antípodas? Por ahí van los tiros.
Eduardo Izquierdo
