Volvemos un año más a hacer compendio de lo mejor y más interesante que nos ha dejado el rock progresivo en materia discográfica. Diez discos que necesariamente dejan fuera otros tantos, como mínimo, y que vienen firmados tanto por nombres consagrados como por otros de más nuevo cuño, pero cuya calidad, riesgo e innovación están fuera de toda duda. Diez títulos que vuelven a constatar la excelente salud de un género que sigue siendo terreno acotado para buena parte del público rock, pero que cada vez va ganando más adeptos entre disciplinas adyacentes.
10.- The Chronicles of Father Robin
The Songs & Tales of Airoea (Old Oak)
Proyecto integrado por músicos de bandas como Jordsjø, Wobbler, Tusmørke y The Samuel Jackson Five y gestado hace tres décadas, esta primera entrega de una prometida trilogía es un regalo para todos los amantes del prog más clásico: extensas suites de tempo inconstante, etéreos pasajes folk prog y una adecuada sensación general de jam bajo control. Un primer episodio que nos ha puesto los dientes muy largos, a la espera de esas segunda y tercera entregas.
9.- I Am The Manic Whale
Bumper Book of Mystery Stories (Autoeditado)
Posiblemente no aparezca este título en ninguna de las listas de prog que pululan por ahí; craso error. La nueva aventura de Michael Whiteman, inspirada por un viejo libro de relatos, contiene todos los elementos que uno espera de un disco de progresivo de la vieja escuela: instrumentación precisa y evocadora, grandes juegos vocales y un hilo conductor para un álbum de inequívoca vocación circular. De Genesis a Spock’s Beard, pasando por Big Big Train y terminando en XTC, para situarnos.
8.- Deposed King
One Man’s Grief (Autoeditado)
El dúo formado por Daniel Kriffel y Dominique Király, con sede en Budapest, ha sorprendido a propios y extraños con este debut, un trabajo en el que convergen psicodelia, post-rock, folk prog y jazz, con un sonido que combina clasicismo y toques electrónicos. A pesar de que se detectan influencias bastante claras tanto de Steven Wilson como de Lunatic Soul, el conjunto se erige con la suficiente personalidad propia como para vaticinarles un futuro prometedor.
7.- The Flower Kings
Look at you now (Inside Out)
Lo dijimos en cierta ocasión, y lo repetiremos las veces que haga falta: si Roine Stolt saca disco -y lo saca cada año, el puñetero-, estará en la lista de lo mejor a finales de diciembre. Escucharlo es solo un trámite para el disfrute, un proceso hedonista, pero nunca un proceso para la valoración y el juicio crítico, pues antes de que suene el primer tema ya sabemos que va a ser muy bueno y que de ahí no bajará. Puede que llegue a obra maestra (no es el caso) o no, pero esa es la única duda. Decimosexta referencia de estudio en su discografía, y discazo de nuevo. No fallan.
6.- RPWL
Crime Scene (Gentle Art of Music)
Un disco que, en sus propias palabras “centra su atención en lo mórbido, lo perverso y los abismos en el espectro del comportamiento humano”, corre el riesgo de pasarse de frenada; por suerte no es el caso. La veteranía de los alemanes, reforzados por la incorporación de Markus Grützner al bajo, ha vuelto a conseguir que su marca de fábrica -esa aparente y engañosa sencillez, siempre recargada de detalles y con la melodía como leit motiv-se imponga en un trabajo de notable alto.
5.- Galahad
The Long Goodbye (Oskar)
Con The Last Great Adventurer se quedaron fuera de la lista el año pasado, por poco, así que habiéndonos regalado una nueva joya en el presente, tocaba enmendar tal ausencia. Adalides en su momento del neo prog de los noventa, los de Stuart Nicholson están en un estado de forma envidiable, tal como demuestra este disco y muy especialmente la larga suite que le da título, una maravilla en la que reflexionan sobre la demencia y el Alzheimer y que opta sin problemas a mejor canción prog de este año.
4.- Riverside
ID.Entity (Mystic Production)
Un disco de contrastes, lo nuevo de los polacos. Pasado el duelo tras la muerte de su guitarra Piotr Grudzinski, el tono musical de ID.Entity deja pasar la luz y refleja un considerable abanico cromático, con momentos tan inspirados como los de «Self-Aware» (uno de sus temas más inmediatos) o los magistrales trece minutos de «The Place Where I Belong». Todo ello contrastando, como decíamos, con unas letras entre la denuncia, el compromiso y una cierta sensación de urgente pesimismo.
3.- Seven Impale
Summit (Karisma)
Siete largos años han tardado los noruegos en dar continuación a Contrapasso, su segundo álbum, pero -recurriendo al tópico- hay que reconocer que la espera ha
merecido la pena. Summit es una sinfonía desquiciada, alucinada y violenta en la que cada uno de los cuatro movimientos que la componen es un perfecto manual de cómo mezclar rock progresivo, jazz y heavy metal y no solo salir airoso del intento, sino sobradamente triunfante. Como diría Obélix, están locos estos noruegos, pero bendita locura.
2.- Haken
Fauna (Inside Out)
Quince años en la brecha y aquí siguen, en lo alto del género, y con un disco que se cuela sin duda entre lo mejor de este año. La vuelta de Peter Jones, miembro fundador que dejó la banda antes de que grabaran su debut, les ha sentado de maravilla. El tiempo extra de que dispusieron durante la pandemia también ha repercutido de forma favorable en lo compositivo, redundando en un trabajo muy abierto estilísticamente –dentro de sus parámetros–, que parece abarcar todas sus facetas y remitir, en cierto modo, a sus primeros títulos.
1.- Ok Goodnight
The Fox and the Bird (Autoeditado)
Toda una lección, la de esta banda de galopines de Boston, en su segundo disco (tercero si contamos Under The Veil, un EP de cuatro temas editado en 2020). Un jovencísimo cuarteto que parece conocer -y dominar- todos los resortes del género, unas cuerdas vocales, las de Casey Lee Williams, que remiten a las mejores voces femeninas del folk prog de los 60-70 y por encima de todo unas canciones absolutamente maravillosas, que tan pronto transitan por el prog metal como se zambullen en un espléndido, vibrante y orgánico clasicismo. Sobresaliente.
Eloy Pérez