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Primavera Sound Weekender – Magic Robin Hood Camp (Benidorm)

Dinosaur Jr (Foto: Christian Bertrand)

¿Recordáis los 90? Horarios con descansos entre conciertos, ir a tu ritmo y un escenario en un decorado medieval sacado de la Disney sixties, por contextualizar.

Abrieron el Primavera Weekender Heal, con algún ex-Wind Atlas y tan solo un EP, donde el influjo 4AD sigue ahí pero por la senda más rock, reflujos de Lush o Blonde Redhead esculpen sus canciones y dieron una buena muestra de ellas. Aiko El Grupo y su chiripitiflautico pop entre Los Fresones Rebeldes y The Get Up Kids con canciones que siempre corren por delante, pero yo ya estoy pensando en Bob Mould. Se presenta en solitario, no es  la mejor forma de disfrutar sus temas por su torrencial forma de tocar la guitarra que hace que todas se estandaricen. Pero claro, qué repertorio; “I apologize”, Flip Your Wig” y más de los Dü, además de paradas en sus discos en solitario y Sugar.

Heal (Foto: Christian Bertrand)

El regreso de Dinosaur Jr. siempre muestra su mejor y más expansiva cara. Volumen ensordecedor pero definido, lleno de detalles, la fisicidad la aportaba Barlow y su bajo, que sonaba más al de un grupo de death metal que a uno de pop. Lo puedo resumir como uno de los mejores conciertos que he visto, set list lleno de temas de sus primeros discos; “Little Fury Things”, “The Lung” o “Feel The Pain”. Impecables, intensos y tatareables. El exceso en su sonido, un envoltorio decibelico donde habitan Iommi, Cipollina y Neil Young subrayado con la vocalización al borde del desmayo de Mascis. Una belleza la suya que no por cotidiana, es menos relevante.

OFF! (Foto: Sharon López)

BIIG PIIG son como una orquesta de librería de los 90, mutaciones de trip hop y rock, electrónica de cafe chic y rock apelmazado. Son un verdadero viaje por el túnel del tiempo, pero manejado por tus sobrinos. OFF! sincréticos en lo suyo, revivalistas también. Un directo veloz, y su guitarrista imita muy bien al Greg Ginn de la primera época de Black Flag. Deerhoof y su rock de estudiante de bellas artes sigue resultando encantador, sus pintas irónicas, se saben el libro al dedillo, y su ortografía Beefheart aplicada al indie rock sigue chutando propulsados por una batería contumaz, fino y que daba masa muscular a sus temas. El cambio estilístico de Fucked Up quedó sepultado tras una muralla de guitarras y poca sofisticación. Siguen con su épico hardcore punk, que en estudio dejó de funcionar pero en directo sigue ahí, casi igual que cuando los disfrutabas en antros.

The Dare ponen en marcha el funeral de los 90, cerraban el viernes, con un sonido DFA, donde electrónica y rock se entremezclan de una manera a veces un poco simplona, pero efectiva. The Dare intentaban sustituir unas canciones un poco inspiradas tirando de intensidad en su interpretación.

Fucked Up (Foto: Christian Bertrand)

El más emotivo de los conciertos el sábado fue el de Alan Sparhawk, junto a uno de sus hijos, y del que nadie sabía cómo iba a ser. Continuó la senda abierta por los últimos Low de capas e intensidad. Por motivos ajenos no pude ver a Amore y su AOR urbano que gustó mucho. Blonde Redhead dieron la campanada, su último álbum es el mejor que han grabado, y su concierto fue espectacular. Demostraron que todo lo aprendido en décadas no ha sido en vano.

Antònia Font, junto a The Jesus And Mary Chain fueron los que más gente congregaron. Los mallorquines abrieron su particular cueva del tesoro y se largaron, excelsos en eso de dejar con ganas de más. Ciutat usó la ironía por encima de sus posibilidades, la cual no consiguió ocultar un cancionero de FM pop rock que parecía hecho por publicistas.

A Domi & JD Beck las hubiera odiado hace una década, aunque no tenga un yate donde escuchar su suave y esquelético jazz fusión, fueron toda una sorpresa y mostraron un nivel técnico impresionante. Protomartyr fueron a degüello, son todo lo que debería ser Interpol si tuvieran sangre en las venas, y tienen un frontman que es una mezcla entre David Thomas e Ian Curtis. Y The Jesus & Mary Chain, desplegaron un setlist impoluto, con un público que los acogió de forma reverencial y los hermanos Reid lo celebraron con éxtasis pop y tormento.

La recta final con el tremendismo de Model/Actriz con un férreo control de la dinámica de las canciones y el show, en el que estuvo presente esa sensación de grupo que ves justo en el momento previo al ruido mediático, una sensación que se hizo presente también en Public Service Broadcasting y Mannequin Pussy. Además de que todos ellos confirmaban que el fraseo de de The Fall, se ha convertido en una jerga común del rock del S.XXI.

Texto: Iván López y Eduardo Papik

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