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Alan Sparhawk – La Nau (Barcelona)

 

Más allá de lo mal que me sabe que alguien desaparezca, la muerte de los músicos no me afecta más que la de otros, ya sea un vecino o alguien con quien te cruzas cada día en el gimnasio. Si bien, el día que esto pase con Tom Waits o Patti Smith seguro pensaré distinto.

Sin embrago, hay una excepción a esa norma y es Mimi Parker. Recuerdo que la noticia se desveló un domingo por la tarde y que me quedé helado. No sé, con ella había una especie de conexión que iba más lejos, escapando a lo puramente artístico. De hecho, en un texto que escribí para esta revista eligiendo a  C´Mon de Low como mi favorito de la década de los ´10, explicaba la breve pero profunda conversación a la salida de un Primavera Sound.

Por tanto, durante estos meses hemos ido pasando el duelo escuchando sus discos, con esa manera que tenía de tocar la batería y poner voces que se sumasen a las de su marido. Así pues, el anuncio de este concierto me provocó cierta contrariedad, ¿seré capaz de verle a él sin la estampa de Mimi detrás? Y con esa idea y sin saber muy bien que me iba a encontrar (como la mayoría de los que estaban allí), nos plantamos en la puerta de La Nau. Sus fieles sabían que en una situación así, el mayor apoyo para Alan era estar allí para hacerle compañía y respaldarle comprando una entrega o alguno de sus discos (yo me pillé uno en acústico de Alan que vende en sus conciertos). Y, como no podía ser de otra manera, el concierto nos dejó descolocados (ese era el término más usado a la salida).

Con una banda de cinco miembros (contándole a él), salieron haciendo una instrumental que no esperábamos. En cambio, esa noche lo importante no era la música, sino verle a él. Y ciertamente, no hizo falta que dijese nada, su gesto cómplice lo decía todo: agradecimiento total y respeto por los que estaban ahí. Hubo quien se emocionó, incluso los que lloraron. No hubo ningún pase de Low (aunque alguna de esas piezas nuevas sí tenía ese aroma), a ratos sonaron estruendosos (había una chica entre el público que regalaba tapones), otras caminaban hacía el funk (sorpresa) y la sensación de que pase lo que pase, seguiremos a su lado. Ya sin expectativas de que suenen canciones de Low e imaginando otro panorama distinto. Aunque siempre, con Mimi en el recuerdo y en nuestros corazones.

Texto: Toni Castarnado

Fotos: Marina Tomás Roch

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