Encuentros

Dion Lunadon, nueva etapa tras «A Place to Bury Strangers»

 

 

Es recurrente oír que ‘Nueva Zelanda no es Australia’ cada ve que charlamos con músicos neozelandesas. Dion Lunadon ha dado lugar a amplia literatura en nuestra parroquia con sus anteriores proyectos. Recordad D4 y, por supuesto, A Place to Bury Strangers. Y ha sabido dar salida a su trabajo, incluso a fuerza de un traslado más que placentero, a Nueva York. 

Ahora anda por la senda maldita como un solitario que sabe a qué puertos arrimarse cuando hay que formar banda para los directos. Presenta su tercer trabajo titulado ‘Systems Edge’ con el sello On the Red Records. Sus fechas en la península son: 20 de Noviembre Barcelona – Razzmatazz 3; 21 de Noviembre Madrid – Funhouse y 22 de Noviembre Bilbao – Rocket. 

A punto de lanzar tu tercer trabajo en solitario… Para un álbum escribiste alrededor de 100 canciones y para el otro casi entraste al estudio únicamente con los títulos para luego desarrollar las canciones. ¿Cómo ha sido esta vez para este nuevo trabajo? 

Me siento en mi estudio la mayoría de los días en un periodo que va desde 6 meses a un año y simplemente me pongo a escribir y grabar sin detenerme hasta que siento que realmente necesito un descanso. En ese momento normalmente tengo alrededor de 100 canciones y elijo las que funcionan de manera coherente como un álbum. Cada canción debe tener su lugar. No sólo rellenos para promocionar un par de buenos singles. Cuando tengo escrito lo suficiente entonces llega el momento de grabarlo, hacer el diseño artístico, los videos, etc… Ese es mi ciclo. Dentro del proceso, siempre intento encontrar nuevas ideas creativas que me impulsen mucho y me mantengan entusiasmado. 

El single ‘I Walk Away, es la segunda publicación y en esta ocasión tú has dirigido el vídeo. ¿Cómo surge la idea? 

Con presupuestos limitados, a veces las ideas sencillas funcionan mejor. Supongo que la idea del vídeo se inspiró en la misma esquina de la habitación en la que se rodó. Me gustó la iluminación oscura y la estrechez del espacio. La parte del teclado se inspiró, casi de manera desafiante, en un vídeo que hizo mi antigua banda The D4 llamado “Exit To the City”. 

Te gusta trabajar solo tanto escribiendo como grabando e incluso grabando en la misma habitación. ¿Cómo ha sido el proceso de este tercer disco? 

Sí, lo mismo. Grabo y escribo los discos yo solo (incluso de la batería). La composición y la grabación van de la mano. Presiono grabar, luego empiezo a escribir y moldeo la grabación hasta convertirla en el producto final que escuchas. Lo último que hago es ir a un estudio y que un batería grabe las pistas de percusión sobre todo el trabajo. También me gusta trabajar con otras personas. ¡Pero este proyecto en particular es el viaje de un solo hombre!

Ahora que vas a estar de gira. ¿Qué músicos has seleccionado para estar en la banda?  

En esta gira tengo a Craig Bonich en la guitarra, quien normalmente toca el bajo conmigo en Estados Unidos. Mi buen amigo Takumi McIntyre. A la batería la tengo a Dam Fanti. ¡Mi batería en Nueva York, Nick Ferrante, desafortunadamente se acaba de romper la muñeca!  

¿Y qué es lo que buscas para elegirlos? 

Básicamente busco tres cosas principales: primero, un equipo que pueda trabajar como una misma unidad. Segundo, un batería que será brutalmente sólido. En tercer lugar, busco gente que crea en la música y tenga gustos similares para cualquiera de mis proyectos.

La pandemia pareció definirte más como solista, o eso es lo que pienso. ¿Crees que después de dos grandes bandas como D4 o A Place to Bury Strangers, el proyecto en solitario era una parada necesaria para ti? 

Dejé A Place To Bury Strangers en marzo de 2020. Pasaron 4 días antes de que todo se cerrara y el mundo se volviera loco con el covid. Ya había terminado Beyond Everything en esa etapa. Encontré un sello para lanzarlo, monté una banda y estuve bastante cerca de terminar Systems Edge antes de que Beyond Everything saliera. Fue un buen momento productivo para mí. Un momento para reiniciar e idear un plan. Absolutamente necesario. 

Tengo la sensación de que después de A Place to Bury Strangers había que volver la mirada a los años 50 y a un Rock and Roll más básico y crudo. ¿Qué me cuentas sobre esto? 

Bueno, ahí es donde está mi corazón. La música Rock ‘n’ Roll es y siempre ha sido, desde que era muy joven, una chispa que me ilusionaba y me hacía querer hacer música. Esto es lo que necesito hacer. 

Ahora que ya estás asentado en Nueva York. ¿Cómo ha influenciado en ti la ciudad como músico? 

Mucho. No hay otra ciudad como ésta, con tantísima energía flotando alrededor. Es como un sueño para alguien que viene de un lugar tan alejado y pequeño como Nueva Zelanda. Nueva York es un lugar perfecto para hacer música, a la vez que caro. 

Texto: Mario Silvestre

Fotos: Alexander Barton

 

 

 

 

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