Encuentros

Buzzcocks, la siguiente fase

En 2018 el guitarrista Steve Diggle quedó “viudo” de su compañero de grupo Pete Shelley, con quien llevaba tocando más de cuarenta años. Shelley componía muchas de las canciones y cantaba la voz principal. El pasado año Diggle lanzó -junto a su base rítmica- un nuevo y potente álbum de Buzzcocks (Sonics in The Soul, 2022, Cherry Red) en el que compuso y cantó él todas las canciones. En directo también se lo montan así, pero parece que la cosa funciona. Los tendremos en directo en Barcelona (Sala Salamandra) el 1 de diciembre y al día siguiente en Madrid, en la sala Shoko. Conectamos con el superviviente para que nos hable de su banda, una de las más destacadas y originales de la era del punk rock.

Lo primero de todo, siento mucho el fallecimiento de tu compañero Pete Shelley, quien formó los Buzzcocks y estuvo tocando contigo durante tantos años. Sé que Pete tenía la intención de retirarse pronto y en algún momento te había dicho que siguieras adelante con ello. ¿Fue su consejo lo que te hizo continuar, el calor de los fans o tu propio amor a la banda?

Como una semana antes de fallecer Pete me dijo dos veces que estaba cansado y pensando en retirarse, pero yo no sabía que se iba a morir así que… cuando murió convertimos el concierto que teníamos pendiente hacer en el Royal Albert Hall de Londres en un concierto en memoria de Pete. Además teníamos agendados muchos conciertos más y los fans nos transmitieron que continuáramos y que por eso lo hicimos. Principalmente fue por los fans. Estas cosas pasan, no se puede hacer nada al respecto, o te marchas o tienes que seguir.

Foto: Chris Gabrin

Supongo que el concierto de tributo a Pete que disteis en el Royal Albert Hall fue emotivo, con músicos de The Damned o Sonic Youth. ¿Cómo lo viviste y qué otros músicos participaron?

Muchas personas se ofrecieron a unirse a nosotros aquella noche, pero algunos no pudieron porque ya tenían compromisos previos. Conocíamos  the Damned desde hacía años, Sonic Youth y unos cuantos más… en realidad todos eran fans de Buzzcocks, así que vinieron y probamos distintas canciones. Como has dicho fue muy emocional, hicimos un buen concierto conmemorativo, y pensamos que había que seguir. Hicimos un single después des eso, justo antes del covid, con las canciones «Gotta Get Better» y  «Destination Zero».

Sobre esto te iba a preguntar ahora: apenas un año después del fallecimiento de Pete Buzzcocks lanzasteis los singles que acabas de comentar. Sé que ya habías escrito y co escrito anteriormente muchas de las canciones de la banda, pero en este caso, ¿cómo fue encarar el proceso de creación de estas canciones?

En realidad fue bastante parecido porque siempre habíamos ido cada uno por nuestro lado. Por ejemplo en su día escribí «Fast Cars» completa y Pete me prestó unas palabras para completarla. Algo similar ocurrió con la canción «Promises» que escribí en el estudio. He escrito muchas canciones por mi cuenta. La canción «Why Can’t I Touch It?» por ejemplo, enseñé a la banda los acordes que yo había escrito en casa. Así que con estas dos nuevas canciones el proceso fue similar, las escribí en casa, las ensayamos y las grabamos en estudio.

De pronto llegó el covid, tuvimos mucho tiempo libre y escribí el álbum Sonics in the Soul, que es cuando caí en que Pete no estaba y que quizá había que hacer un álbum, por primera vez de esta forma. No era un gran problema ya que ya había hecho varios álbumes en solitario a lo largo de los años. Cuando estaba empezando a escribirlo tuve un flashback a nuestro primer ensayo, en los días del disco Spiral Scratch; luego pensé que Pete está muerto y que no volveremos a estar en la misma habitación, y escribí «Senses Out of Control», basándome en un sentimiento muy de los primeros días. Escribí el álbum en el orden en que después se editó, tratando de conservar ese sentimiento de cuando se escuchaba un álbum completo y tenía un sentido. Lees un libro desde la primera página y tienes que terminar en la última para entenderlo, así que quería que el álbum fuese de ese modo.

El nuevo disco, Sonics in the Soul, lleva once nuevas composiciones tuyas. ¿Tuviste alguna inspiración concreta para escribirlas? ¿El omnipresente tema del COVID quizá?

A veces en los viejos tiempos ibamos muy deprisa y componíamos y grabábamos de una semana para otra, pero con el covid he tenido más tiempo para emplearlo en el álbum, lo cual estuvo bien. Queríamos sacar nuevas ideas y unirlas a ese viejo sonido de Buzzcocks. Y surgió todo de forma muy poderosa. El disco iba a tener otro título, pero finalmente me vino lo de Sonics in the Soul, ya que eran unas canciones que yacían muy profundas en mí, así que todo tenía sentido. Suelo tratar de hacer cada canción distinta pero siguen sonando a Buzzcocks. Es un poco como con Los Ramones, se notan que son suyas.

El disco lo grabaste con la base rítmica que lleva en el grupo más de diez años, y grabaste tú todas las guitarras, aunque antes ya se había incorporado Mani Perazzoli a la segunda guitarra. Qué papel tiene en el grupo, ¿guitarrista de gira?

Guitarrista de gira por el momento, sí. Grabé el álbum porque pensé que sé cómo suenan las guitarras de Buzzcocks y sé cómo hacerlas sustanciosas. Es una cosa única para mí, como lo era para Pete. Cuando ya estaban grabadas las partes de bajo y batería grabé todas las guitarras y partes vocales y pensamos que quedaba bien.

Los fans de Buzzcocks te asociamos cantando sobre todo la ya clásica «Harmony in my Head», pero para este álbum has tenido que cantar todas las canciones. No sólo eso, sino que en concierto cantas todos los temas que Shelley cantaba. ¿Qué tal te has sentido cantando temas como «Ever Fallen in Love» u «Orgasm Addict»? ¿Cómo crees que ha reaccionado el público?

Mientras hacíamos el álbum me di cuenta de que necesitábamos conseguir un sonido vocal diferente, un poco en el rango de Pete Shelley pero no demasiado alejado de mi propio rango. Así que modulé o cambié algo mi forma de cantar; y sobre canciones como las que mencionas, las canto de forma bastante fácil, lo cual me sorprendió ya que nunca las había cantado antes. La forma de cantar de «Harmony in My Head», más rockera, la sustituí o mezclé al grabar el álbum con una forma de cantar más melódica. También se nota en canciones como «Manchester Rain», en la que canto en una tesitura más alta. Aún así no trato de cantar como Pete, lo canto a mi forma. Estos son los nuevos Buzzcocks, es la siguiente fase. Porque si lo recuerdas, Howard Devoto fue el primer cantante en el disco Spiral Scratch, por supuesto él dejó la banda y en aquel momento a la gente le extrañaba que cantara Pete Shelley. Pero las cosas cambian y la gente se acostumbró a Pete. Ahora es un poco lo mismo, una nueva fase conmigo cantando.

En 1976 disteis vuestro primer concierto abriendo para Sex Pistols. En aquel momento tú aún tocabas el bajo en la banda. ¿Cómo recuerdas aquellos inicios del grupo y del nacimiento del punk?

Nosotros llevamos a los Sex Pistols a Manchester y muchos periodistas hablaron sobre ellos. Y sí, fue mágico ver a los Sex Pistols por primera vez. Por supuesto tocamos nosotros primero y después los Sex Pistols, y fue un concierto increíble porque nadie había escuchado algo así antes, así que el lugar estaba eléctrico. Antes de eso mucha de la música era lenta, ya sabes, los grupos progresivos y todo eso, así que esto llegó como un jodido huracán. (Risas). La gente pensó: «joder! Buzzcocks han hecho explotar el local y ahora esta banda, los Sex Pistols..». Así que fue muy excitante, mágico y de algún modo abrió las puertas de las compañías discográficas. Se renovó la conciencia de lo que  la música podía hacer. Y como sabes ese tipo de excitación y energía se extendió por todo Europa y por todo el mundo, lo cual fue bastante increíble en el momento. Poco después podías ver punk rock en cualquier lugar. Nadie pensó que esto podía suceder, no era algo que se pudiera predecir. Se trataba sobre todo de la actitud, así como de la música.

¿Qué bandas o artistas escuchabais cuando el grupo comenzó a tocar?

Cuando empezamos escuchábamos a todas esas bandas de los sesenta, The Kinks, The Beatles, The Who, toda esta gente. Después estaba The Velvet Underground y ese tipo de música. Cuando empezamos a escribir nuestras propias canciones nos impactó el primer álbum de Ramones. Pero no nos gustaba simplemente gritar, nos influyó la música melódica de la década anterior. Desde el primer ensayo supimos que había algo genial ahí, y al conocer a los Ramones nos dijeron que lo que estábamos haciendo era llevar la música a otros lugares, porque nuestra música también tiene ciertas complicaciones.

Muchísimas bandas reconocen la influencia de la música de Buzzcocks. Se me ocurren Violent Femmes, Green Day, Supergrass… o incluso R.E.M. o Nirvana. ¿Qué crees que atrae tanto de vuestra propuesta musical? ¿Algún ingrediente secreto?

Fue bastante asombroso conocer a todas esas bandas que estuvieron influidas por los Buzzcocks, ¡incluso U2! Aunque no somos responsables de lo que hagan ahora… (risas). La cosa con los Buzzcocks es que fue algo muy definitivo, un grupo con un estilo muy definido. Desde el primer disco, no es que tuvieramos un plan, pero desde las primeras composiciones ya podías notar que era  algo escrito por los Buzzcocks. Puedes escuchar esa influencia en muchas bandas. A veces escuchando la radio lo pienso, cuando suenan ciertas canciones. Se suele hablar de que los Sex Pistols tenían su propio sonido, The Clash tenían el suyo pero también los Buzzcocks lo teníamos. Al principio del punk rock algunos pensaron que todo el estilo sonaba igual, pero cuando esas bandas empezamos a sacar álbumes ya se vio que algunos de ellos tenían su propio estilo. Y es un gran cumplido cuando nos dicen que hemos influenciado a tantas bandas. Tenemos el Mojo de Buzzcocks para la inspiración, creo que es así.

Seguís girando y a comienzos de diciembre tocáis en Barcelona y Madrid. Entiendo que tocaréis clásicos y canciones nuevas. ¿También rescatáis alguna de esas joyas ocultas de vuestra discografía? ¿Qué tenéis preparado para estos shows?

Tocaremos clásicos, otras canciones de los álbumes y algunas del reciente «Sonics in the Soul», así que cubrirá todo nuestro terreno. Será como un repertorio triple. Me llevó un tiempo averiguar como unir todo eso en realidad, porque tenemos muchas canciones. Al haber estado tocando estos repertorios durante los últimos meses, cuando interpretamos algunas de las nuevas canciones el público canta con nosotros, y eso está genial. Podemos hacer lo mismo con los clásicos, pero eso resulta más sencillo. Creo que es un repertorio poderoso: tenemos los clásicos, las canciones de los días intermedios y las nuevas canciones, y todo ello funciona muy bien unido. Vamos a estar dándolo todo y celebrando.

 

Texto: Jon Bilbao

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