Nada menos que veintiséis ediciones, que se dice pronto, se han celebrado de este gran festival
de pequeño formato. Una vez más un éxito rotundo, con creo yo, récord de asistencia y un
ambiente excepcional como siempre. Se nota cuando algo se hace desde la pasión y el cariño por la música y por los músicos, y ése es el caso del evento que cada año se celebra en Carballo y que para muchos de nosotros marca el final oficioso del verano. El inspirador Casino 1889 acogía de nuevo un cartel de auténtico lujo que siguiendo la dinámica clásica, se dividía entre un viernes con sonidos más orientados al pop, y un sábado más hacia el punk.
La primera jornada la inauguraron los asturianos Montefurado, algunos pequeños problemas de
sonido hicieron que tardaran un poco en conectar con el público pero cuando lo hicieron, el
combo liderado por Marcos Montoto demostró la calidad que atesora. Psicodelia, folk, rock: todo cabe en su coctelera. A continuación Tesouro, la banda orensana nos ofreció un máster de pop con mucho rock y mucha sensibilidad. Y es que no vamos ahora a descubrir que Carlos Rego es uno de los mejores letristas del estado.
Llegó el turno de Geraint Watkins, me consta que Xabier (alma mater del festival) llevaba años detrás de él. Solo hace falta ver el currículum de este músico galés para darse cuenta de su genialidad, pero además vino acompañado de una banda de un nivel a su altura. Interpretó temas propios de su dilatada carrera con covers que lleva de tal manera a su terreno, que les da una nueva vida. Tan a gusto se les vio en el escenario que alargaron su set hasta casi las dos horas con un público entregado.
Y para cerrar la noche Les Rencards, perfecto colofón a una gran noche. Una banda de Marc Argenter es sinónimo de excelencia y además están muy rodados, lo que hizo las delicias del público a pesar de la tardía hora de su actuación.
La jornada del sábado comenzó con el clásico concierto vermut en el O’Logradouro. Fue una
sorpresa descubrir a Mentah, un dúo ferrolano de post punk con una potencia y calidad
sorprendentes. La segunda noche arrancó con una banda local Rusty Nuts, algo verdes pero con buen gusto y algunas canciones interesantes, para a continuación recibir la primera descarga de la velada con Samesugas. Qué decir de ellos, punk rock de toda la vida bien ejecutado y con pasión. Grandes veteranos de la escena gallega que demostraron que la experiencia es un grado. No se puede pedir más, o sí, un bis con versión de Reigning Sound y Gerardo “Los Chicos” a la guitarra.
Turno para otro de los platos fuertes del festival, Datura4. La versatilidad de Dom Mariani es
impresionante, maestro del powerpop y gurú del garage, esta vez le dio al mas clásico hard-rock y boogie con toques de psicodelia. El público bailó y disfrutó de lo lindo. Llegó el momento de cerrar el festival y los encargados fueros cuatro jovencitos polacos, Moron’s Morons. Mucho más que punk a toda velocidad, con un frontman entre Ian Curtis y Von Helvete y el público dándole al pogo como si no hubiera mañana. Perfecto fin de fiesta que nos dejo con una sonrisa en la cara y contando los días para la edición del año que viene.
Texto: Martini Tamer
Fotos: Oscar Caamaño
