Hace casi una década debieron parar máquinas y asumir que había llegado el momento de tomarse un respiro, tras años arañando el asfalto con su espíritu punk, atestado de ademanes hardcore explosivamente combativos e insurgentes. Un parón necesario por agotamiento y problemas personales que se ha alargado mucho más de lo que su batallón de acólitos hubiera querido, pero que por fin ha visto su fin. Non Servium han vuelto, y lo han hecho con un nuevo disco y una gira que los llevará por buena parte de la geografía, incluyendo el 13 de octubre en el Wizink Center de Madrid. La banda de Móstoles formada por Carlos (voz), el «Gordo» (bajista), el «Niño» (batería), Snoker e Ivi (guitarristas) regresa más fuerte que nunca, de la mano de una Criatura que tiene vida propia y que ya se ha calzado las botas para asaltar la calle. Es el momento de retomar lo que quedó pendiente y Carlos, su vocalista, nos lo cuenta.
¿Ha llegado a correr peligro la vida de Non Servium a lo largo de estos ocho años de silencio?
Yo, a nivel personal, me encontraba en un momento en el que o paraba y me bajaba un poco del carro, o el camino no tenía buen final. Llegó a correr peligro la vida del grupo, claro; y la mía también, literalmente. Por eso paramos y por eso este silencio ha sido necesario, no había otra.
Qué duro, Carlos, y a la vez qué honesto ver que no se puede continuar, asumirlo y no alargarlo y alargarlo porque sí.
Cada uno es dueño de su propia honestidad. Puedes engañar a la gente, pero a ti mismo no. Al final, son cosas que están en la vida y en el día a día, y hay que hacerles frente; y si mi testimonio puede ayudar a otras personas, pues ahí queda.
¿Cuál ha sido el impulso que os ha hecho volver?
Hace ya tiempo habíamos tenido otro parón en la banda, pero dos o tres años después decidimos volver y empezamos una gira por nuestro 25º aniversario. Sin embargo, ya con la gira tuvimos que parar de verdad y fue una forma de terminar muy fea para todos, se nos quedó un muy mal sabor de boca y a mí, personalmente, una espina clavada. En algún momento este tiempo, sí se me ha pasado por la cabeza que esto se había acabado; pero cuando puse en marcha una recuperación mental, física y en todos los sentidos, con las ganas de volver, de reparar y de devolver a la gente la confianza que nos ha dado siempre, vi claramente que esto no podía quedar así. En un primer momento, la idea era retomar esa gira, no se nos pasaba por la cabeza embarcarnos en un nuevo disco, pero luego dijimos: «por qué no». Y aquí estamos.
Podríamos entender Criatura, entonces, como el disco de vuestro renacimiento.
Más o menos, sí. Algo que tiene vida propia, más allá de nosotros.
¿Qué patrones de Non Servium se mantienen intactos en este nuevo álbum y cuáles son una novedad, fruto de los años que han pasado?
Venimos de una resurrección muy grande, aunque ya en el disco Resurgir pasó algo parecido, pero no tan bestia. Siempre hemos estado lidiando con estas turbulencias a lo largo de nuestra historia, pero esta última vez fue algo muy extremo. Todo esto le ha dado una fuerza y un carácter distinto a este disco, a Criatura. Sin embargo, a la hora de trabajar todo ha seguido igual que siempre, yo me ocupo de componer letras y música en crudo, una vez hechos los temas los llevo al local, allí les damos una vuelta de tuerca entre todos para darles más forma y, ya una vez en el estudio, es cuando se les da el giro completo. En el estudio siempre suelen salir cosas nuevas que endulzan el asunto, que lo cambian, también está la magia de Ivi a la hora de hacer arreglos con la guitarra, punteos… Todos nos mantenemos firmes en nuestra manera de siempre de hacer los discos.
¿Qué os ha llevado a elegir Los Ángeles para grabar Criatura? ¿Cómo ha sido la experiencia?
Habíamos vivido una experiencia muy traumática, estábamos con un nuevo disco entre manos, con la posibilidad de volver a los escenarios, de reaparecer, así que quisimos darle una vuelta a la hora de grabarlo de una forma un poco más especial. Ya con Resurgir nos encerramos en Euskal Herria a grabar durante dos semanas, en mitad de las montañas, alejados de todo, y fue una experiencia muy buena. Esta vez, con Criatura, queríamos ir un poco más allá. El mejor sonido está en Estados Unidos, no hay duda, los mejores productores vienen de allí o tiran para allí, la calidad de los estudios es notoria… Y luego, además, se suma la aventura de estar allí y convivir durante veinte días.
Imagino que ese viaje juntos, conviviendo lejos de casa, también se ha transmitido a estos nuevos temas.
Totalmente. Criatura es un disco especial, distinto a todos. Lo que vivimos allí para nosotros se queda, es algo que no vamos a olvidar.
Sin embargo, decís que este álbum resume en sonido toda vuestra trayectoria. Los palos que habéis ido tocando en vuestras diferentes etapas y que ya forman parte de vuestra identidad sonora: hardcore, street punk, oi!… están concentrados en Criatura.
Lo que diferencia a Non Servium de otras bandas es que no se puede encasillar en ningún estilo. Siempre se nos asocia al oi! y creo que es de lo que menos tenemos, siempre hemos tirado más para el punk, con muchos toques de hardcore… No sé, Non Servium sencillamente suena a Non Servium, sonido e identidad propios, lo que siempre hemos querido.
Non Servium, además, va perfecto con el trasfondo de la canción de la BSO de Django Desencadenado, de Quentin Tarantino, que habéis elegido versionar en este disco, «Freedom». ¿Cómo ha sido trabajar sobre esta composición y adaptar una nueva letra?
Ese es un tema que me flipaba de siempre. Y pienso que, de todas las aptitudes de Tarantino, la que más lo diferencia de los demás directores, es el gusto musical que tiene; no hay una sola película suya que no tenga una banda sonora brutal. Esta canción en concreto se me quedó clavada ahí desde el primer momento y pensaba que, transformado a nuestro rollo, podría ser la hostia. Le estuve dando vueltas, se lo comenté al resto, adapté la letra al castellano y aquí está. Fue un poco complicado porque la sonoridad, el sentido y la musicalidad del inglés no es igual que la del castellano, pero se pudo.
También habéis colaborado con The Casualties para el tema «Hordes of punks». ¿Satisfechos con el resultado?
Como banda, The Casualties nos ha flipado siempre; y poder tener esta colaboración ha estado muy bien. Conocíamos a David de antes de cantar en Casualties, a Ivi se le ocurrió proponerle una colaboración, él encantado accedió y ahí estuvimos conviviendo y grabando.
¿Cuál es el tema de Criatura que mejor refleja quiénes sois hoy?
Creo que la canción que nos define como banda es la propia «Criatura». Y yo, personalmente, con la que me quedo porque me identifico mucho con ella es «Entre los muertos», refleja lo que he vivido y lo que me ha pasado en esta debacle mía.
El sentido combativo y guerrero de vuestras canciones es la punta de lanza de toda vuestra obra, de vuestra personalidad. El no servilismo, la igualdad, la lucha por un sistema mejor, la ruptura con los cánones establecidos e impuestos… Criatura tiene mucho de ello, pero ¿hay algún otro sub-hilo conductor a nivel conceptual que hayáis querido transmitir?
Este álbum sigue en la misma línea. Si coges el disco de Resurgir, que es nuestro último trabajo antes que este y se nota la madurez en la banda, te encuentras temas con mucho contenido social y reivindicativo, pero también temas personales. Y en Criatura pasa igual, hay temas de ambos tipos. Está por ejemplo la canción «Su don», enfocado a Las Vegas y demás; «Héroes», que está dedicado a los grandes expropiadores de bancos que ha habido en este país; «Quemarás», que habla sobre la invasión de las casas de apuestas y salones de juego, que son una lacra y un proyecto de manipulación y adormecimiento de las personas, como cuando el auge de la heroína en los ochenta. Es una manera de aplacar a la juventud. Y luego, también, hay temas más personales.
¿Deberían los géneros combativos y necesarios en conciencia como el Oi!, el street punk y demás, tener una mayor visibilidad en la escena?
Pienso que cuanto más lejos llegue el mensaje que uno quiere dar, mejor. Aunque también es cierto que hay cosas de ese llegar un poco más a la masa, en las que no me gustaría verme o participar de ellas. Pero bueno, en nuestro caso cada día llegamos un poco más lejos, llegamos a más gente. Hace unos años era imposible tocar en una sala en Madrid y ahora tocamos el 13 de octubre en el Wizink Center, algo surrealista.
Texto: Sara Morales
Non Zerdium, la infumable resurrección.