Se presentaban Echo & The Bunnymen en la sala Repvblicca de València, después de su actuación en el Visor Fest, para reencontrase de nuevo con un público que siempre les ha sido fiel, pero también con generaciones más jóvenes, que querían conocer de primera mano la propuesta vigente de la banda de Liverpool.
Defensores de su legado, los dos miembros originales de la banda, el cantante Ian McCulloch y el guitarra solista Will Sergeant, se reivindican a sí mismos como una banda mucho más allá del postpunk. Desde 1979, la banda de Liverpool ha sabido como entrelazar sonidos oscuros, arreglos psicodélicos y melodías de una belleza inusitada, todo ello combinado con unos textos personales e intimistas. Esto les ha permitido ofrecer una música eléctrica, con ribetes de synth pop, con la referencia omnipresente de The Beatles, The Doors y especialmente The Velvet Underground.
Echo & The Bunnymen volvían a España retomando la gira suspendida el año pasado, poniendo en valor los más de 40 años de una de las carreras musicales más reconocidas de la escena del rock alternativo, enlazando con el aniversario del que fue su primer recopilatorio, Songs To Learn & Sing, publicado a finales de 1985.
Abrieron su actuación con “Going Up” de su primer álbum Crocodiles, precedida por unos coros gregorianos, como gustaban hacer en sus giras de los 80. Esta canción rotunda iniciaba un recorrido por su obra, sobre todo por esa tetralogía compuesta por los álbumes como el ya mencionado Cocodriles, así como Heaven Up Here, Porcoupine y Ocean Rain, considerada una de las mejores de la historia de la música británica independiente.
Así se sucedían “Rescue”, “All That Jazz” con homenaje a Lou Reed y su “Walk on the Wild Side” incluido, “Over the World”, “Zimbo”, en lo que parecía una interpretación cuasi cronológica de sus primeros trabajos, interrumpida por temas de álbumes posteriores, un tanto secundarios como “Bedbugs & Ballyhoo” y “Lips Like Sugar” de su quinto disco homónimo, o “Nothing Last Forever” perteneciente a Evergreen.
Como si quisieran destacar la excelencia que supone Ocean Rain, interpretaron solo un par de temas de este álbum, pero que valen todo un disco, “Seven Seas” y la gloriosa “The Killing Moon”. Mientras intercalaban “Never Stop” y “Bring on the Dancing Horses, dos de los mejores sencillos del rock alternativo británico, recogidos en recopilaciones y reediciones.
En una actuación sin prácticamente interlocución con el público, los británicos desgranaron el repertorio elegido de manera brillante, profesional y un tanto gélida, acorde con el estilo del grupo, como demostraron con la elección de la enigmática “The Cutter” para cerrar el concierto. Sin hacerse mucho de rogar, Echo & The Bunnymen regalaron un único bis, “Lips Like Sugar”, broche perfecto de una actuación que dejó con ganas de más a un público entregado y deseoso de una nueva visita a València.
Texto: Amadeu Sanchís
Fotos (La Riviera, Madrid): Salomé Sagüillo
