Sé de buena tinta, porque me lo ha dicho él básicamente, que a Manuel López Poy cada vez le tira más el tema del guion de la novela gráfica. Solo hace falta observar alguno de sus últimos pasos para darse cuenta de ello. Experto en música blues, además, y autor del magnífico Todo Blues, en la misma editorial que nos ocupa, solo le hacía falta cruzarse con el dibujante adecuado para poner sus conocimientos al servicio de tan noble género. Y ese ilustrador ha sido Pau Marfà, que se marca aquí un más que notable trabajo con el blanco y negro. Perro viejo, Poy sabe que pretender transformar las 400 páginas del libro citado en una historia de viñetas convencional es harto complicado o se acerca al imposible, directamente. Así que opta por la técnica fotográfica. El momento. Plasma situaciones o artistas concretos y huye, casi por completo aunque con alguna leve excepción, del bocadillo, del diálogo. Eso le permite asumir más campo, que no todo. Porque eso también es algo inasumible en un centenar de páginas. Algunos y algunas artistas están apenas citados, complementados con una imagen, dejando el siguiente paso, la escucha de su música, en nuestras manos ¿Que lo quieren ver como una introducción? Puede ser, pero los conocedores del género también pueden disfrutar sin problemas de un volumen que se lee solo y que, por qué no, podría e incluso me atrevería decir que debería abrir una serie de volúmenes dedicados al género, su historia y sus protagonistas. Ahí lo dejo.
Eduardo Izquierdo
