Vivos

Nile Rodgers & Chic – Noches del Botánico (Madrid)

Si lo bueno del cine, como decía Pedro Ruiz, es que durante dos horas los problemas son de otros, lo bueno de un concierto de Nile Rodgers es que durante un rato los problemas ni siquiera existen. La actuación del legendario artista y productor en la noche de ayer fue una oda a la fiesta y a la música popular que tres generaciones distintas han bailado a lo largo de los últimos sesenta años. Hoy la vida sonríe un poco más, un poco mejor.

Me encontraba en el recinto cuando, al saludar a un miembro de la organización, me adelantaba que iba a flipar con el repertorio. Eso era algo que tenía claro, pues hablamos seguramente del hombre que, al otro lado del estudio, ha cosechado los mayores hits desde la década de los 70 hasta nuestros tiempos. Del hombre que convirtió –y lo sigue haciendo- a las en su momento odiadas música disco y música funk en algo atemporal, inclusivo e imperecedero. Si el hombre del inconfundible rasgueo de guitarra aparece con sus gafas y sus rastas por tu ciudad, prepárate para la marcha.

Salía la banda junto a un Nile Rodgers de blanco impoluto, saludaba a un público contenido como una coca cola agitada aún con el tapón puesto y daba paso a “Le Freak”, toma ya. El mayor éxito de Chic, la banda que lo vio nacer, para dar pie a una de las primeras media hora más espectaculares que recuerdo. “Everybody Dance”, “Dance, Dance Dance” y “Want Your Love” para hacernos creer que los actuales Chic han venido a hablar de su libro cuando, de repente, Nile Rodgers vuelve a agradecer presencia y energía y explica que va a hacer repaso a toda su carrera, pues se enorgullece de haber sido partícipe activo del éxito de los artistas más grandes de la historia. Comienza el popurrí.

Una técnica la del popurrí que suele pecar de ordinaria, pero a la que el maestro Rodgers exprimió toda su elegancia. Como el vestido rojo a Julia Roberts en Pretty Woman. Claro que, con buena po**a bien se fo**a, y si en el popurrí las canciones elegidas son “I´m Coming Out” y “Upside Down” de Diana Ross y “He´s the Greatest Dancer” y “We Are Family” de Sister Sledge, difícil era hacerlo mal.

Un tercio de concierto y el Botánico bota como no lo ha hecho antes. Bailan abuelos, padres e hijos, personas con muletas y gente comiendo pizza. Es imposible permanecer quieto ante semejante sonido. Si no se mueve al menos un pie, tienes un grave problema neurológico.

Seguimos avanzando por los 80 con la gran diva. Rodgers cuenta lo divertido que fue trabajar con ella y los primeros acordes de “Like a Virgin” mantienen el pulso. Espectadores llevan cantándola un buen rato cuando la corista de Chic, la mejor voz que ha escuchado nunca Nile Rodgers, comienza la letra y la une con “Material Girl”.  Salto a nuestros tiempos y Rodgers que se congratula de haber ganado de nuevo el Grammy a “Mejor Álbum del Año”. Se refiere al nuevo disco de Beyoncé y la homenajea cantando “CUFF IT”.  Nile sigue con ganas de echarse flores y habla de cuando hace una década una canción disco ganó el Grammy, algo que no pasaba desde Saturday Night Fever. Se refiere a Daft Punk y a un “Get Lucky” que queda un poco descafeinado sin ver al dúo de los cascos.

Suenan “Notorious” de Duran Duran y “Lady (Hear Me Tonight)” de Modjo, ese one hit wonder del que, personalmente, desconocía la participación de Rodgers, a pesar de que su particular riff está por todas partes. El interludio decae un poco, tampoco mucho. El inicio ha sido tan increíble que es normal bajar un punto el listón, porque si se come caviar todos los días se pierde el encanto.

Echo de menos “The Reflex” de Duran Duran y hubiera estado divertido un guiño a Olé OIé o a Marta Sánchez, así por poner un pero. Pero no hay peros que valgan. Llegamos al tramo final y fotos de  Rodgers con sus innumerables y envidiables colaboraciones se suceden en las pantallas. Aún falta un homenaje, una versión. Rodgers da todo el protagonismo a su batería quien enaltece al entregado público a seguirle en esta guía funky. Coros, gritos, palmas y paso a “Lets´s Dance”, al Bowie más comercial. Una colaboración de la que Rodgers siempre se ha enorgullecido.

Los ocho minutos de “Good Times” de Chic y “Rapper´s Delight” de Sugarhill Gang para que todos cantemos el aserejé. Hora y media maravillosa, concisa, directa al núcleo Accumbens, la amígdala y la corteza frontal. Unos nos marchamos aún bailando y otros esperan ilusos que el show no haya acabado. Esperan ilusos que los problemas sigan siendo solo de los que están dentro de las películas.

Texto: Borja Morais

Fotos: Salomé Sagüillo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda