Encuentros

Rambalaya, sueños de terciopelo, fuego y rhythm & blues  

 

 

Dylan dijo que, la primera vez que escuchó a Roy Orbison por su vieja radio, sintió algo así como: “ir en un Cadillac descapotable a toda velocidad y saltar al vacío por un acantilado”. Ese espíritu salvaje y elegante de “The Big O”, sobrevuela por los surcos de este espléndido y cinematográfico Only my dreams, segundo asalto de los barceloneses Rambalaya. Este verano tienen algunas paradas necesarias para apuntar en el calendario: 19/7 Huerta de las Delicias (Palencia), 21/7 Jazz en la Nit (Premiá de Mar, Bcn), 9/8 Plaza Cortés (Tafalla) y con un cierre veraniego de excepción con su presencia en el Festival Valle de Tobalina en Quintana Martín Galíndez (Burgos), una cita obligada en la que coincidirán con nada más y nada menos que The Nomads en una de sus tres exclusivas paradas en España, así como con los Mambo Jambo, TT Syndicate, Komodor, Les Lullies, Eh! Mertxe, Tiki Phantoms, etc.

 

Anton Jarl, líder, principal compositor y batería de la banda, nos desvela los entresijos de estos nuevos eclécticos y afilados surcos.

¿Cómo os habéis enfrentado al proceso creativo de Only my dreams?

Fue justamente durante el confinamiento cuando empecé a escribir las primeras canciones para este disco. Era un momento duro en general, pero un buen momento para hacer canciones, ya que no había distracciones y me podía concentrar y disponer de las horas que yo necesito para escribir. El primer tema que hice fue «Only In My Dreams» y me quedé muy contento con él. Sentí enseguida que el ambiente de esa canción debía marcar un poco el camino de todo el disco.

Si no me acuerdo mal, escribí «Cry» justo después. Iba enviando maquetas por WhatsApp a Jonathan y él las grababa en su casa, proponiendo ideas de armonías, etc… La letra de «Cabin Fever» también la escribí en esta época y habla precisamente de estar encerrado y de esa claustrofobia que muchos sentimos durante el confinamiento. Toda esa época coincidía con la salida del primer disco y en cuanto pudimos arrancar con las presentaciones me concentré sólo en eso.

Poco a poco iban saliendo más ideas e iba trabajando en nuevos temas, varios de los cuales se quedaron, por una u otra razón, fuera del disco, pero yo seguía con ello. Por ejemplo, «Until I See You Again» y «Always Blue» son de esa época. También fue por esa época que Matías me pasó sus primeras maquetas de «Rider With No Head» y «Second Date».

Decidí hacer un apretón para acabar el disco en verano del 2022, pero justo entonces mi padre enfermó de un cáncer muy agresivo. Entre eso y que tenía muchísimos bolos con las otras bandas con las que toco, se me hizo muy complicado encontrar el tiempo y la energía necesaria. Iba a Suecia para estar con mi padre todo lo que podía y la verdad es que me costaba mucho centrarme en escribir canciones, pero lo hacía como podía.

«Chickens», «Expiration Date» y la primera versión de «Carnaval» son de esa época, compuestas en casa de mi novia con el piano eléctrico de su hijo (risas). Por esas circunstancias, se había retrasado todo y tuvimos que desplazar las fechas de grabación. Ya había decidido que quería hacer canciones más elaboradas a nivel de arreglos en este disco, con más detalles y añadir una sección de cuerdas, pero claro, esto supone mucho más trabajo musical y de producción.

Rambalaya es un grupo con siete músicos muy ocupados, cada uno tiene su carrera y mucho trabajo por su cuenta, por lo cual es bastante complicado organizar ensayos. Pero una vez que estamos juntos en el local de ensayos es un gusto trabajar. Los arreglos los hacemos entre todos y las ideas fluyen rápido. Tengo la suerte de tocar con seis musicazos muy creativos.

Ahora que tenemos el disco terminado, tengo que decir que es el trabajo más difícil que he hecho. A nivel de esfuerzo de producción, composición y también por el esfuerzo emocional que me ha supuesto, ha sido un proceso muy bestia. También por eso, aún estoy más orgulloso con el resultado final.

Me encanta el inicio western-fronterizo de «Cry», con los vientos marcando el camino y unos brillantes arreglos de cuerda, mientras la garganta de Jonathan rompe el propio llanto de la canción y lo torna pura luz cegadora… Habladnos de este potente inicio.

Roy Orbison, Elvis y Tom Jones están presentes en «Cry», al igual que en otros temas del disco. Quería hacer una melodía fuerte, un estribillo casi de pop pero con un sonido de los 60s. También me inspiré en algunos temas de Chris Isaak y era natural también darle un groove entre surfero y ranchera. La presencia de la trompeta (y como la toca David Pastor) acentúa lo fronterizo.

Todas las cuerdas del disco están arregladas por Jordi Font y para «Cry» en concreto, le pedí que sonará un poco hortera (risas), un poco como en «In Dreams» de Roy Orbison. Quizás sea el tema más comercial del disco, por decirlo de alguna manera. Siempre lo he visto como un single natural.

En una primera escucha de Only in my dreams, uno de los rasgos que brilla con más fuerza, son los cuidadísimos arreglos instrumentales y orquestales. De la mencionada «Cry», a la elegantísima «Until I see you again» o la titular, «Only in my dreams». ¿Cómo surgen y cómo habéis trabajado estos brillantes arreglos?

Es un trabajo bastante meticuloso, sí. Lo primero es que la canción tiene que tener una melodía y una estructura que dé espacio para acoger este tipo de arreglos. Es muy importante no cargar las canciones con demasiada información, pero si la canción es buena el arreglo sale bastante natural. Lo primero que hicimos fue arreglar los vientos. Yo tenía ideas bastante claras sobre lo que quería, pero junto con Pol Prats los perfeccionamos, él aportó muchísimo y gran parte de lo que escuchas en los arreglos tiene su sello. A partir de allí quedé con Jordi Font para que hiciera los arreglos de cuerdas. No nos conocíamos, pero Jordi se metió a full, con la mente muy abierta. Me dejé aconsejar por él y juntos encontramos lo que necesitábamos para los temas. Mi inspiración más presente para los arreglos han sido los temas de Glen Campbell compuestos y arreglados por Jimmy Webb. ¡Vaya genio! El disco Reunion es una obra maestra. 

Seguimos recorriendo las pistas y la paleta sonora de Rambalaya no deja de serpentear y mudar pieles, sumando aromas y ritmos mil: del regusto latino de «Rider with no head», al latido de “la bamba” en «Second date», con extra de tex-mex y rock & roll en vena… Dadnos unas pinceladas sobre estos dos soleados temas

Matías Míguez trajo estos dos temas y me pareció muy buena idea para dar contraste a las canciones épicas y sentimentales que estaba haciendo yo. Estos temas son rítmicos y bailables, con toques de latin, como el rock & roll de Ritchie Valens o Los Lobos. Para «Rider With no Head» hice una letra un poco estilo Mink DeVille y para «Second Date» Jonathan escribió una historia para la letra muy divertida. Creo que se complementan muy bien con los otros temas y seguramente van a funcionar genial en directo.

Las pulsaciones siempre están a flor de piel en Only in my dreams, pero destacaría dos momentos en los que se disparan y suben las temperaturas rápidamente: con los aullidos bluseros de la rocosa y afilada «Cabin fever», y en la divertida y fiestera «Expiration date», con la que nos teletransportáis a las calles de New Orleans o a una taberna escocesa, con la base rítmica a todo gas y los vientos de nuevo soplando fuego del bueno… ¿Cómo se fraguan estos dos zarpazos?

Sí, seguramente son los temas más cañeros del disco. Con la guitarra yo no sé hacer más de cinco acordes, por lo cual me cuesta hacer buenos riffs (risas). Pedí a Héctor Martín que hiciera un riff con mucho peso, tipo Creedence Clearwater Revival y me trajo la estructura entera de «Cabin Fever», era justo lo que quería. Adapté una letra que ya tenía hecha, y así se creó la canción. Es un tema rockero, pantanoso, con guiños a Howling Wolf.

«Expiration Date» salió rápido y fácil. El groove y los vientos están muy inspirados en Charles Mingus, un 3/4 muy rápido con riffs blueseros y rítmicos. Pero la melodía es de otro rollo, un poco como si se tratara de una taberna de Glasgow llena de borrachos cantando juntos, nada sofisticado (risas). La letra también es divertida, habla de un tío que le dice a su colega que ya ha llegado el momento para que cambie su estilo de vida. El amigo lleva desde el año 98 yendo al mismo bar, bebiendo a saco y tirándole los trastos a las chicas, contando chistes malos, explicando las reglas del Club de la Lucha y chuleando con su tatoo tribal. Su amigo le dice: “estás haciendo el ridículo y se te ve infeliz, pasa la página porque ese rollo que llevas ya ha llegado a su fecha de caducidad” (“expiration date”).

Otra grata sorpresa nos regalasteis con el adelanto espiritual «Lonesome land», sumiéndonos en un sudoroso trance que acelera poco a poco y nos empuja a tocar las palmas y contonearnos sin parar. Además, hacéis equipo con el Gourmets Vocal Quartet, abrazando el góspel en este himno que invita a vivir cada momento antes de que sea tarde… Contadnos la historia sonora y vitalista de esta “Tierra solitaria”

Fue el último tema que compuse para el disco, justo después de la muerte de mi padre. Yo no soy un hombre religioso, pero en momentos así quizás sí te dejas llevar con más facilidad a terrenos más espirituales. La letra expresa un poco el vacío que sentía y la sensación de que mi padre había viajado a una tierra solitaria, sin nosotros, su familia. Pero también quería comunicar la sensación de que la vida es corta, y nadie sabe qué va a pasar cuando se acabe, por lo que hay que vivirla disfrutando cada momento al máximo mientras estemos aquí. Lo de carpe diem es un tópico, pero es la pura verdad.

La música góspel tradicional es en gran parte la raíz del soul y rhythm & blues y con Rambalaya siempre nos gusta explorar las raíces de la música que tocamos.

Lo hacemos con respeto y sin pretender que somos de Mississippi, pero sí, «Lonesome Land» es un tema de góspel del estilo antiguo, rindiendo homenaje a esa maravillosa tradición. Teniendo a The Gourmets en Barcelona era irresistible no invitarles a cantar con nosotros en este tema. Alex Dee nos hizo un arreglo vocal perfecto y esa colaboración hizo subir el soufflé de una manera espectacular.

Los Mambo Jambo, A Contra Blues, Koko-Jean & The Tonics, Los Saxofonistas Salvajes… Músicos que venís de vuelta y que buscáis nuevos horizontes con Rambalaya. Por si quedará alguna o algún despistado en la sala, ¿cómo definiríais el proyecto y cuáles son los puntos que más os diferencian de las bandas nombradas de las que también formáis parte?

Jonathan y Héctor acaban de celebrar 15 años con A Contra Blues, y es una banda que me flipa, soy fan. Sería mejor que ellos respondieran por sí mismos, pero diría que A Contra Blues es un grupo más guitarrero y rockero que Rambalaya. Lo nuestro es más melódico en general, y el hecho de que tengamos vientos y ahora cuerdas también nos da un sonido muy diferente, o eso creo yo.

Llevo casi 14 años con Los Mambo Jambo ya, cómo pasa el tiempo, ¡madre mía!. Como ya sabe mucha gente, todo lo que toca Dani Nel·lo se convierte en oro (risas).

Es bastante impresionante que un cuarteto de rhythm & blues y rock & roll instrumental haya funcionado, y que siga funcionando tan bien durante tanto tiempo y lo mismo hay que decir sobre Los Saxofonistas Salvajes.

Ya no soy el batería de Koko-Jean & The Tonics, simplemente porque era demasiado difícil cuadrar las agendas con mis otros proyectos. Koko-Jean & The Tonics es un grupo que no para de girar, disfrutando de un éxito muy merecido y echaré de menos tocar con ellos, pero realmente no podía ofrecerles la disponibilidad que necesitan. Dicho eso, hemos tenido un divorcio amistoso y seguiremos colaborando en otras ocasiones seguramente.

Quiero pensar que con este segundo disco de Rambalaya hemos definido aún más nuestro sonido propio. O al menos aspiramos a eso; siempre hay influencias, pero me gustaría que la gente diga “esto suena a Rambalaya”.

Rambalaya sois: tú, Anton Jarl, principal compositor y batería, Jonathan Herrero a la voz, Héctor Martín a la guitarra, Matías Míguez al bajo, Gerard Nieto al piano y el hammond, y los vientos de Pol Prats, saxo tenor y barítono, y David Pastor, trompeta. En el disco anterior se ocupó de la producción el amigo, compañero y capo Dani Nel.lo, ¿quién ha tomado los mando de la producción en Only in my dreams y qué horizonte sonoro buscábais y habéis encontrado?

Correcto, estos son los integrantes de la banda. También tenemos dos invitados de lujo en cuatro temas del disco: el jovencísimo trompeta Àlex López y el gran Albert Sabater en la percusión, y también Barcelona Rock Strings y The Gourmets, claro.

Nel·lo hizo un gran trabajo produciendo el primer disco y nos quedamos más que contentos. Para el segundo estuvimos contemplando a varias personas para ayudarnos a producir, pero al final pensé que como tenía una idea bastante clara del sonido que quería, aposté para hacerlo yo mismo con ayuda de la banda y de los técnicos de los estudios Feelback. César Cisneros ha sido un excelente técnico de grabación y también nos hizo el máster. Marc Tena ha hecho la mezcla con muchísimo cariño, sin mirar el reloj y eso vale oro, teniendo en cuenta que es un disco muy difícil de mezclar, con muchos instrumentos y un repertorio muy variado. Marc tiene mucho que ver con la calidad del sonido del disco. Hasta el día de hoy es la producción más extensa que he hecho, contando los días de pre-producción, grabación, mezcla y masterización, sudando sangre desde el primer momento hasta el último (risas).

Siguiendo esa ruta de sugerentes paisajes sonoros que despiertan vuestras canciones, aprovechando ese mágico halo cinematográfico que rezuma vuestra música, ¿a qué películas dirías que le vendría como anillo al dedo este Only in my dreams o algunas de sus canciones?

Es una pregunta interesante. Y como el repertorio es variado, la respuesta también debe ser diversa… Voy a saco (risas):

Por ejemplo, para «Cry», «Until I See You Again», «Only In My Dreams» y «Always Blue»: The Misfits (Vidas Rebeldes), Fat City (Ciudad Dorada) de John Huston, y Blue Velvet (Terciopelo Azul) de David Lynch.

Y para «Rider With No Head», «When Your Chickens Come Home To Roost», «Cabin Fever» y «Expiration Date»: Convoy de Sam Peckinpah, Thunderbolt and Lightfoot (Un botín de 500,000 dólares) de Michael Cimino, Death Proof de Quentin Tarantino, y Porki´s de Bob Clark (risas). Escuchad el disco y a ver si os parece acertado.

Y para terminar, se acerca la puesta de largo de Only in my dreams con la primera fecha de presentación: el 13 de mayo en casa, en Barcelona, ¿qué se va a encontrar el público que abarrote ese día la Razzmatazz 3? ¿Cómo definiríais los directos de Rambalaya?

Creo y espero que va a ser emocionante. La ventaja de una banda como Rambalaya es que lo que hemos grabado lo podemos defender en directo. Tenemos unos músicos muy buenos y qué te voy a contar de Jonathan Herrero. ¿Hay alguien más que cante así? Parece mentira, pero en el disco no hemos afinado digitalmente ni una sola nota de su voz con algún programa de esos que se usan en el estudio para arreglar las voces, y eso que el repertorio es muy exigente vocalmente. En directo sonará igual.

Queremos hacer un concierto donde puedas reírte y bailar pero también emocionarte y llorar un poquito. ¡Vamos a trabajar duro para conseguirlo! ¡Ah, y también tenemos vestuario nuevo! (risas).

Texto: David Pérez Marín

Fotos: Noemí Elías

 

 

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