Discomático

Steve Dawson – Eyes Closed, Dreaming (Black Hen Music)

Eyes Closed, Dreaming | Steve DawsonSteve Dawson ha paliado con creces la -relativa- sequía de lanzamientos que siguió a Lucky Hand (2018). Inaugurada con Gone, Long Gone y continuada con Phantom Threshold en marzo y agosto del año pasado respectivamente, este reciente Eyes Closed, Dreaming cierra una especie de trilogía pandémica no oficial. Y lo hace de forma brillante, entregando otra colección de esa música americana -clásica, atemporal- por la que se le conoce y él mismo se define.

Canadiense afincado Nashville, para aquellos que no le ubiquen todavía, hablamos de uno de esos músicos de los que puedes fiarte como de un perro recogido del arroyo. Rodeado, como es habitual en él, de talentos instrumentales varios (Jay Bellerose, Fats Kaplin, Tim O’Brien o Allison Russell por citar solo algunos), Dawson ha registrado un disco cálido y vibrante, una lección de cómo los viejos sonidos (llámense swing, country, soul o r&b) pueden revivir en lo contemporáneo con indudable frescura y naturalidad. Cinco temas originales, cuatro de ellos escritos a medias con su socio en el sello Black Hen, Matt Patershuk, y seis versiones escogidas con impecable buen gusto. De entre el material propio, el cuarteto de canciones junto a Patershuk se revela impecable: «Hemingway», «A Gift», «The Owl» y «Polaroid» son composiciones directas a lo alto de su propia lista; eso, por un lado.

Por el otro, las versiones se imbrican perfectamente con las anteriores, tanto como con no pocos momentos de los dos trabajos citados al principio. «Long Time to Get Old», el pequeño clásico de Ian Tyson con que abre el álbum y el icónico «Guess Things Happen That Way» de Jack Clement -popularizado por el hombre de negro- dan cuenta de su vertiente más “americana”, mientras que las tradicionales «House Carpenter» y «Singin’ the Blues» se las lleva a su terreno partiendo del folk y el jazz originales. Todo ello, en conjunto, supone un equilibrio casi perfecto que redunda en una escucha armoniosa, relajada.

Cabe ahora suponer que tras tantas y tan inspiradas entregas en tan breve lapso, puede que tardemos un tiempo en volver a disfrutar de novedades a su nombre. Con la despensa llena como está, empero, la espera será sin duda más llevadera.

 

Eloy Pérez

 

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