En algún lugar entre las Ronettes y las Runaways se encuentran las poderosas Big Joanie. Ya demostraron la fuerza de su propuesta hace cinco años con su álbum de debut, Sistahs; y ahora, con este segundo largo, vienen a revalidarla mucho más enérgicas y convincentes si cabe. A sus latigazos riot grrrl que atraparon a la escena punk feminista de Londres, y desde ahí a buena parte del mundo underground, le han sumado sinergias electrónicas, por eso sorprenden y encantan temas como «Sainted» o «Your Words» a base de efectivos aires de synth pop ochentero y oscuro.
También han enfatizado su influencia de los grupos de chicas de los sesenta («Happier Still», «Insecure») y han situado a las guitarras en un estatus más privilegiado («What Are You Waiting For»), han incluido violines y se han lanzado con alguna balada. Por todo ello y por tratar de forma inteligente un asunto como el patriarcado y la diferencia de género desde el empoderamiento, pero también desde la soledad del hogar, trasladados ambos a la calle y al sistema, se alza el trío británico como uno de los más atractivos reclamos sonoros del movimiento femme. Y no se pierden en peroratas populistas hastiadas de discurso facilón y trillado; al contrario, alcanzan el nivel de máxima conexión a través de ingenio, ironía, algo de humor, reflexión y mensajes vitales que se enredan en un hipnotismo verbal necesario y proclive a la supervivencia.
Son mujeres, son negras, son punks y han venido para recordarnos que la vuelta a casa, sea esta del tipo que sea, nunca suponga terror, sino refugio y poder.
SARA MORALES
