Son maravillosos. No hay más que decir. Band of Heathens nos habían entregado el año pasado Remote Transmissions Vol.1, un álbum de versiones grabado en tiempos de pandemia con la banda desperdigada por toda la geografía estadounidense y grabando cada uno en remoto. Por eso, y a pesar de las dificultades por sus lugares de residencia, quisieron reunirse en un estudio para grabar de manera convencional este Simple Things, su noveno disco. Un álbum enorme que difícilmente sea descabalgado para un servidor del premio a mejor disco de Americana del año, cosa que afirmo en el mes de junio, con bastante poco rubor y cargado de argumentos. Impregnado de letras sobre la esperanza, el disfrutar de las pequeñas cosas y olvidar los malos momentos -suponemos que herencia también de la fase del bicho – Ed Jurdi y Gordy Quist están más inspirados en la composición que nunca. Dice Carlos Pérez Baez en las páginas de Dirty Rock que “suena como si la luz del sol te golpeara en la cara”, y le robo la cita porque me parece impecable. No se puede hacer una canción más bonita y vital que «Don’t Let The Darkness» ¿Cuánto pagarían Jeff Tweedy o Gary Louris por hacer algo así ahora? ¿No podrías imaginarte a Tom Petty siendo el compositor de ese rock americano clásico que es «Heartless Year»? ¿Y qué me dicen del blues rock vacilón de «I Got The Time»? A ver qué disco actual se inicia con tres temas así. Ninguno. No busquen. Pero si solo fuera eso…Lo mejor es que ahí quedan, entre otros, temas como la sureña «Damage Goods» o el country soul a lo The Band (sin Heathens) de «Stormy Weather». Descubran ustedes el resto. De que no se arrepentirán estoy más que seguro.
Eduardo Izquierdo
