Como bien dijo Xavier Alern, factótum del proyecto Opus One, Tubular Bells puede considerarse como una obra de música contemporánea, más que encuadrarla dentro del a veces reduccionista (y a menudo vapuleado) estilo del rock progresivo. Sea como sea, un jovencísimo Mike Oldfield con tan solo 20 añitos compuso y grabó esta maravilla sonora que sigue cautivando a públicos diversos décadas después. Y ahora, cuando se cumple el 50º aniversario de su publicación (y con Oldfield retirado en las Bahamas hace años), es un momento perfecto para trasladar dicha obra a los escenarios.
El sexteto asturiano Tubular Tribute, liderado por el guitarrista Rubén Álvarez, ya no es el único combo que versiona (y muy bien) la música de Miguelito Campoviejo en tierras hispanas. Ya podemos añadir ahora a los catalanes Opus One, que hicieron la presentación oficial el pasado martes 13 de junio en el Palau de la Música en Barcelona, un escenario excepcional para una música ídem. Pero como recrear fielmente este disco no es tarea fácil, se ha requerido la participación de quince músicos y cantantes (entre los que figura el teclista Pito Costa, con cuatro recomendables discos de rock progresivo en su haber), tal es la complejidad y riqueza de esta pieza sinfónica dividida en dos partes. Xavier Alern alternaba bajo y guitarras con total soltura, pero no es una obra de lucimiento personal, sino de creación colectiva de atmósferas varias. La ya mítica introducción de Tubular Bells (que fue hábilmente utilizada en la película El Exorcista) crea un ambiente sugerente que se va desarrollando con gran riqueza de matices, alternando pasajes acústicos y bucólicos de toma pan y moja junto a otros más aguerridos, con presencia de guitarras eléctricas.
Pero es que aquí hay de todo: mandolina, guitarra clásica, percusiones diversas, flauta, sintetizadores o, cómo no, las famosas campanas tubulares, además de un pequeño coro de voces. Uno de los momentos más celebrados fue la interpretación del jocoso pasaje de “Caveman” (el cavernícola) a cargo de Xavi Lite, cuyos aullidos de hombre lobo debieron descolocar a parte del público que quizás pensaba que iba a presenciar una obra sinfónica más. La primera parte del concierto finalizó con esa alegre pieza tradicional de taberna titulada “The Sailor’s Hornpipe”, y al final todo el mundo en pie con estruendosos aplausos.
Para la segunda parte, una sorpresa que quizás mucha gente no esperaba. Sí, se sabía que tocarían canciones de la etapa pop de Mike Oldfield, pero no que iban a contar con la cantante original, Maggie Reilly. Así, sonaron “Foreign Affair”, “To France”, “Everytime We Touch” (quizás un poco fuera de lugar, ya que no es de Oldfield, sino de Maggie en solitario), una pieza tradicional escocesa (cantada con muy buen gusto por Maggie) y la sencilla “Muse” (quizás la mejor pieza instrumental del mediocre disco Guitars). A pesar del tono festivo de esta segunda mitad, y de una animada Maggie en directo, se notó cierta rigidez a la hora de interpretar algunas canciones (incluso se bajaron algunos tonos para acomodar la voz de Maggie en alguna canción). Pero no hay que olvidar que en su mayoría son músicos que provienen del mundo de la música académica, no del pop. El fin de fiesta fue con el archiconocido single “Moonlight Shadow”, con los solos de guitarra muy logrados y fieles a los de la canción original. Pero aún hubo un bis que animó más la velada: el single “Guilty”, que enlazó al final con un fragmento de Tubular Bells pero con más ritmo, tal y como hacía Mike Oldfield en directo en su momento.
Lo dicho, una celebración muy especial (con un trabajo lumínico muy cuidado y elegante, sin estridencias) que esperamos tenga continuidad. De momento, hay a la vista conciertos en Girona (30/06), Sevilla (06/07), Puig-Reig (14/07) y Palma de Mallorca (19/08). Y ojalá se atrevan a abordar en un futuro discos (ya sean enteros o algunos pasajes) del calibre de Hergest Ridge, Ommadawn, Incantations, Platinum o Crises (o, puestos a pedir, esa maravilla de doce minutos titulada “The Lake”). Material instrumental para elegir en la discografía de Mike Oldfield hay de sobras y de gran calado.
Texto: Jordi Planas
Fotos: Gerard Corrigüelas
Con todas mis felicitaciones hacia los músicos, me gustaría decir que el sonido, fundamentalmente los volúmenes, dejó mucho que desear. Si bien el Tubular Bells estuvo aceptable, sobretodo Tubular Bells part 2, la segunda parte del concierto fue un desastre sonoro, en el cual casi no se oían las guitarras y los teclados. En «Guilty» no se oían las voces, y el sintetizador, que marca la melodía básica del tema, casi estaba ausente. Imperdonable casi no poder oir las guitarras en «Family man», «Moonlight shadow» y «To France», donde la mandolina eléctrica (o semejante) se veía pero casi ni se oía. Antes del «Sailor’s Hornpipe» el público se levantó a aplaudir eufórico, «interrumpiendo» la obra, por así decirlo. En resumen, mi total respeto y aplauso para los músicos, y una lástima la sonorización, que quizá el técnico de sonido se vio superado por las circunstancias.
Cabe decir que existe otro tributo de Mike Oldfield del que no leo nada en ningún review, y se trata de Fadalack, creo que de Alicante, y por lo visto son muy buenos y tocan íntegramente Tubular Bells, Hergest Ridge, Ommadawn e Incantations, si no me equivoco. Existe un video en Youtube donde en la segunda parte del Tubular Bells aparece el mismísimo Tom Newman haciendo de Caveman
Fantástico, pero una pequeña puntualización: los alicantinos Fadalack llevan unos quince años recreando la música de la primera época de Mike Oldfield (por supuesto Tubular Bells incluido), en su último concierto tocaron Incantations entero con cuarenta músicos en el escenario. Saludos!
Gracias por la aclaración y la recomendación, David y Javi, habrá que seguirles la pista a Fadalack. He visto un vídeo tocando el final de «The Lake» y un fragmento de «Incantations y lo hacen de fábula.