Si tomamos como referencia la banda Radio Moscow, y los sonidos retro que desarrolla la misma, hablaríamos de una propuesta de sonido de guitarras añejas y fluidas, que bebe del pasado, pero mirando siempre hacia delante. Gran parte de culpa de ese sonido, es de Parker Griggs, que también ejerce de cabeza visible en el proyecto El Perro, banda que protagoniza estas líneas y que deberíamos englobar dentro de la propuesta anterior, pero metiéndose por otros caminos. He leído en alguna nota de prensa, que Parker vendría a ser como Jon Spencer en sus Blues Explosión, la comparativa es bastante acertada, aunque con otro prisma de visión al pasado.
Un prisma que se nutre de influencias como las de Grand Funk, Santana o Funkadelic, o lo que es lo mismo, abrazan sonidos groovies sin pudor ni miramientos. Para muestra, basta con pegarle un vistazo al escenario antes de arrancar el show, y la disposición de instrumentos, donde bongos y percusiones, forman parte básica para recrear los sonidos que se expandirán sobre el público. El evento formaba parte del ciclo de shows que celebran el XV aniversario de Rocksound, que, aunque la sala no conste de sede física, el espíritu de la misma se mantiene cada vez más activo y visible.
Aunque antes de analizar lo que pudimos ver, y a pesar del dicho de “lo bueno, si breve dos veces bueno”, en esta ocasión se pecó de excesivamente breve, ya que apenas disfrutamos de cincuenta minutos de show. Pero no nos quedaremos con lo que pudo ser y no fue, si no con lo que disfrutamos, que fue de auténtica calidad y que no es otra cosa que los temas incluidos en “Hair Off (2022)”, los cuales la banda los lleva a otro nivel.
Si destacábamos la figura de Parker Griggs, la banda que lo acompaña no se queda atrás, sobre todo la que forma su base rítmica, con un batería que mezclaba la pegada del formato Free Jazz con la del Hardrock sudoroso y una sección de percusión que busca la esencia latina, para acompañar la electricidad del ambiente. “The Mould” o “No Harm” componen la estructura básica de cómo afrontan el set, mientras que la cara de los largos desarrollos la compone “Black Days”. Para el bis, “Sitar Song” reconduce el sonido hacia otros continentes, aunque es de forma escueta y el show finaliza fugazmente, de forma satisfactoria, pero con ganas de más, como por ejemplo una Jam final para acabar de explotar.
Texto: Óscar Fernández Sánchez
Fotos: Marina Tomás Roch
