Encuentros

Steve Hackett, esas seis cuerdas tan queridas recuperan Foxtrot on tour

 

 

 

 

Foto: Lee Millward

 

El ritmo de trabajo de Steve Hackett es algo digno de estudio. Desde que abandonara Genesis tras Wind & Wuthering, si por algo se ha caracterizado su carrera -aparte del eclecticismo y los altísimos estándares de calidad- es por una frecuencia, en giras y lanzamientos, absolutamente frenética. Y no parece que vaya a aminorar la marcha, a estas alturas. Aprovechamos para hablar de nuevo con él, enfrascado en la grabación de un nuevo álbum durante un parón en su actual gira, ese Foxtrot at Fifty + Hackett Highlights Tour que recalará en Madrid (26/5 La Riviera), San Sebastián ( 27/6 Kursaal Auditorioa) y Barcelona (29/6 Guitar BCN Teatro Colisseum). Tan lúcido y cordial como siempre, Mr. Hackett al aparato…

Recientemente twitteaste: “Es genial estar grabando mi nuevo material, y de nuevo con Roger”. No hace falta decir que queremos saber más.

Está yendo muy bien. Será un disco de rock, pero habrá también momentos acústicos, porque me gustaría cambiar la idea de lo que es música eléctrica y música acústica, difuminar las diferencias entre ambas. El material acústico puede sonar muy potente, tú bien lo sabes, eres del país de las grandes guitarras acústicas. España inventó la guitarra y es una gran influencia en lo que yo hago.

Estamos hablando de un álbum a tu nombre ¿no?

Seguramente sí, será un álbum a nombre de Steve Hackett. Puede que le dé o añada un nombre de banda, todavía no lo sé. Dependerá de cómo haya ido todo: quién participa, cómo se presentan en el álbum y cómo enmarcamos todo el conjunto. Ahora mismo es un momento muy excitante, en el que algunas cosas funcionan a la primera mientras que otras llevan más tiempo. A cierta cosas que empiezan como un fracaso, si le aplicas una mentalidad de rescate a veces terminan por ser parte del material más sólido.

A finales de abril publicaste otro disco en directo junto a Djabe. ¿Hay planes de un nuevo álbum de estudio con ellos?

No lo hemos hablado, la verdad. La mayor parte de lo que hago con ellos es en directo. He tocado con Djabe en numerosas ocasiones y prácticamente en cada ocasión en que lo he hecho han acabado editando un directo. Lo que hago con ellos es muy experimental, improvisación en un noventa por ciento, así es como trabajan. Y es muy interesante porque a veces eso incluye a músicos de otros campos; gente de Oriente Medio o de la Europa del Este. En ocasiones se interpreta de forma clásica y en otras a través de una improvisación de raíces gitanas. En cualquier caso, yo solo soy un invitado en sus conciertos, Djabe no son mi banda sino algo con lo que colaboro periódicamente.

Foto: David Clay

En los últimos tiempos pareces haberte inspirado bastante en los países mediterráneos, – The Sardinia Tapes, Under a Mediterranean Sky– ¿Qué te atrae particularmente de nuestras latitudes?

La idea de hacer ese álbum, Under a Mediterranean Sky surgió durante el confinamiento, cuando le dije a mi mujer Jo que me gustaría hacer un disco acústico, porque es la manera de estar lo más cerca posible de la gente cuando no puedes aparecer en público. La música acústica es algo muy personal, es como invitar a la gente a tu sala de estar. Y fue Jo la que sugirió que describiera conceptualmente las distintas regiones del Mediterráneo. Como ya sabes, respecto a España incluí una canción titulada «Andalusian Heart», con la que trataba de cerrar la brecha entre la música española y la música clásica desde una interpretación inglesa. La música clásica y el flamenco son almas gemelas en cierto modo. Una es más percusiva y la otra más melódica, pero en ocasiones se funden perfectamente. Ya sabes, con Rodrigo o muchas de las cosas que hizo Andrés Segovia, por no mencionar a otros maravillosos guitarristas como Paco de Lucía o Paco Peña.

Hablando de la gira que ahora retomáis, en mi opinión Foxtrot es uno de esos álbumes que ha resistido perfectamente la prueba del tiempo ¿Cuál dirías que es la razón?

Bueno, primero pienso que sonaba muy futurista. Me siento muy orgulloso de él, probablemente mucho más ahora de lo que me sentía entonces, en 1972. Y pienso que suena mejor en directo. Canciones como «Watcher of the Skies» estaban diseñadas para ser tocadas en grandes recintos y esa es en parte la idea, esa grandiosidad de orquesta de ciencia ficción que puedes recrear con un pequeño grupo de personas, con el advenimiento y el uso del mellotrón. Además, es un álbum que cuenta con muchos cambios, aunque nosotros a aquello no lo llamábamos progresivo, en su momento. Hacíamos algo que nos parecía instintivo; fue más tarde que se le llamó de ese modo y el álbum aterrizó en esa categoría. Fue número uno en distintos territorios, así que en cierto modo es un poco como el Dark Side of The Moon de Genesis. Y probablemente entre Foxtrot y Selling England by the Pound, Genesis consiguió su show escénico más potente. Teníamos la influencia de la música inglesa antigua, de la música clásica, de las big bands y del folk, la música acústica…y además la presentación de todo ello en directo, desde lo teatral a la pantomima, la comedia…

Un espectáculo total.

Sí, además creo que es probablemente lo más cercano en espíritu que llegamos a hacer respecto a aquello que dijo John Lennon, de que Genesis éramos los verdaderos hijos de los Beatles. Me sorprendió aquella declaración, pero cuando vuelvo a escuchar este material puedo ver a qué se refería, en cierto modo. Si escuchas algo como «Willow Farm» puedes escuchar ecos de los Beatles más circenses, esa faceta como de pastiche y humor paródico. Pero no es que fuéramos nosotros tratando de ser los Beatles, simplemente surgió así.

Hablabas antes del folk. En referencia a «Horizons», en las notas de tu álbum Bay of Kings comentabas que fue compuesta como un guiño a John Renbourn. Quería preguntarte qué influencia tuvieron en tu formación aquellos guitarristas de folk rock clásico.

Me encanta John Renbourn. Su álbum Sir John Alot era brillante. En él hizo una versión de «The Earle of Salisbury» escrita originalmente por William Byrd en el siglo XVI, música muy antigua. Esa pieza duraba solo 90 segundos y cuando me puse a escribir «Horizons» pensé que podía escribirla también como una pieza muy breve y tal vez Genesis pudiera usarla. Afortunadamente les gustó y sirvió como una introducción para «Supper’s Ready».

Pero tengo entendido que la intención en principio no era esa…

No lo era, pero acabó funcionando como algo que te prepara para el largo tema que viene a continuación. Haciendo una analogía con la comida, sería como el entremés que te prepara para el gran plato principal. Me pasé un año escribiéndola, no tenía prisa alguna y me dediqué a jugar con ella. No sabía si la banda la aceptaría, pero lo hacía solo para mí.

Hablando de comida, en mi opinión, tanto «Watcher of the Skies» como «Supper’s Ready», los dos platos fuertes del disco, han provocado en muchas ocasiones que el resto de temas de Foxtrot sean considerados menores, cuando no es así en absoluto…

Sí, entiendo a lo que te refieres, tienes razón. Otra de las canciones que escribí para el disco fue «Can-Utility and the Coastliners». Con Genesis no la tocamos en directo más que un par de veces, en Italia. Pero al recuperarla ahora con mi banda puedes sentir lo poderosa que es esa pieza. Funciona de maravilla, esa idea de la música acústica al principio y entonces estalla la tormenta. Es una de esas joyas olvidadas…

Esa es exactamente la definición, una joya olvidada.

Es la canción de Genesis preferida de Steven Wilson. Yo le pregunté si la cantaría, cuando hice el segundo disco de Genesis Revisited, y así fue. Ahora por supuesto la estoy interpretando con la voz de Nad Sylvan, que se encarga de ella de un modo parecido a como lo hacía Peter Gabriel. Creo que suena un poco como Peter, un poco como Phil Collins, pero especialmente como el primero, con esa extravagancia. Nad es lo contrario a lo pragmático y lo mundano, es como un personaje salido del siglo XIX, alguien sacado de las páginas de la Historia. Y se siente como en casa con la música de Genesis. Es un poco el sucesor lógico, el heredero de dos grandes cantantes como fueron Peter y Phil, fuimos muy afortunados de tenerlos con nosotros.

El próximo año se cumple el 30 aniversario de tu álbum Blues with a Feeling. Me gustaría preguntarte y hablando hipotéticamente, si tuvieras la oportunidad de colaborar con una leyenda del blues -viva o muerta-, solo una ¿cuál sería tu elección?

Oh Dios mío (risas). Yo también toco la armónica, así que pienso que Paul Butterfield es una leyenda. En un tiempo en que había revueltas raciales en América, él tenía una banda con músicos blancos y negros. Era un armonicista increíble y un gran cantante y cambio mi idea de lo que uno puede hacer con una armónica, con tanta intensidad como con una guitarra. Eric Clapton, por cierto, también era un gran fan suyo. Y además tuve la suerte de poder ver a Paul en directo a mediados de los sesenta con Mike Bloomfield y Elvin Bishop, en el mejor bolo de blues que he visto jamás. Fue en un pequeño club a las afueras de Londres y pusieron el local en llamas.

Texto: Eloy Pérez

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