Desconociendo si su nombre les representa o si es una venida arriba sin premeditación, Los Valientes se formaron a partir de miradas entrecruzadas por las calles de Manresa. Con la complicidad de quien se sabe del mismo rollo, estos cuatro chavales aunaron su amor por el punk rock para lanzar un EP homónimo y un ábum debut, De aquí al cielo. Pero de valentía no vive el hombre y estalló la pandemia.
Algunos planes se fueron al garete, otros se improvisaron, y de aquello salieron nuevas canciones que presentar en el reciente EP, Nadie al volante. De sus propias palabras: «un trabajo urgente y enérgico […] que sirve de catarsis a la frustración a golpe de guitarrazos y energía punk». Tres canciones en castellano y una en catalán –junto a los Power Burkas– para convertirse en un soplo de aire fresco dentro de la escena punk rock nacional.
¿Cómo se forma este grupo de “Valientes”?
Los Valientes se forman a base de vernos las caras por la ciudad de Manresa. No había mucha gente a la que le gustara este tipo de música y allí prácticamente nos conocemos todos. Era juntarnos o sabotearnos mutuamente por haber perdido la oportunidad de tocar juntos…
¿Qué idea tenías en mente cuando entrasteis al local?
Nuestra idea era evadirnos de todo y ser multimillonarios. De momento seguimos sin conseguirlo. Nos flipaba ser un grupo de garaje y punk, ahora ya no sabemos ni qué somos. Es como la pizza, cuanta más fiesta le echas mejor va a saber.
¿A qué le tienen miedo Los Valientes?
A tener que dejar de tocar por culpa de la precariedad y la vida adulta.
En 2020 publicasteis vuestro debut, De aquí al cielo. ¿Cómo os afectó la pandemia?
Pues fue sacar el disco, cerrar una gira y a la semana siguiente se estaba cancelando todo. Por suerte, por una vez no era culpa nuestra, sino una cosa mundial, así que le quitas hierro al asunto y te pones a componer para cuando se pueda salir otra vez.
¿Qué motivó el cambio del inglés al castellano?
Pues que no nos creíamos ni nosotros lo que estábamos diciendo. Supongo que empezamos a tocar muy jóvenes y sin mucho referente nacional. Parece que la cosa está cambiando, o quizá hemos cambiado nuestros gustos.
Grabación y masterización a cargo de Borja Pérez en Cal Paul y Víctor García en Ultramarinos. ¿Qué buscabais trabajando con ellos?
Teníamos claro que íbamos a trabajar con Borja desde que lo conocimos. El trato es súper fácil, pilota que flipas y nos motiva la idea de subir juntos con alguien de nuestra edad. El crecimiento es mutuo. Sólo hace falta ver la de grupos que ha grabado ya para imaginarse lo que puede hacer en el futuro. Por otra parte, todo lo relacionado con Ultramarinos es un valor seguro.
«Tal i com és», en catalán y con los Power Burkas.
Power Burkas es uno de los mejores grupos del país. Queríamos colaborar con ellos. Pensamos que lo más fácil era escribir una canción en catalán y proponérselo. Dit i fet.
¿Cómo es un concierto de Los Valientes?
Pues llegamos a la sala, probablemente tarde por culpa del curro. Saludamos a las personas que están montando el tinglado. Pruebas de sonido. Suena de pena, joder. Alguna cerveza, no muchas que si no es un Cristo. Tocamos. Nos los pasamos de lujo. Un par o tres de personas del público lo vibra. La mayoría pasa de nosotros porque vienen a ver al grupo siguiente. Sigue la fiesta.
¿Y qué música suena en vuestra furgo?
Pensando en el último viaje: El Último de la Fila, Da Souza, Power Burkas, Mujeres, Los Yolos y Miguel Bosé.
¿Con qué bandas os gustaría compartir cartel algún día?
Últimamente nos flipan Los Chivatos de Ana Frank. El techo de nuestra carrera sería tocar con David Bustamante.
Texto: Borja Figuerola
