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Ron Sexsmith – Sala Clamores (Madrid)

 

«Me he equivocado para que sea un show más humano», ironiza Ron Sexsmith después de marrar un par de notas en su interpretación al piano de la maravillosa «Gold in Them Hills», esa canción escrita durante la resaca de su divorcio. Una afirmación que bien podría ser un resumen de los conciertos del canadiense: pura humanidad.

Los sobresaltos de la actualidad musical a veces nos hacen olvidar la carrera que el antiguo mensajero ha construido a largo de sus ya 17 álbumes (como bromea, introduce una canción de cada uno en su repertorio para intentar acertar con todos los aficionados) y que, depurada en una afinada selección de casi 30 temas, han brillado en lo que el intérprete ha considerado la gira más exitosa de su carrera con aforos vendidos por toda Norteamérica y Europa. The Vivian Line, su último trabajo, producido por Jeff Tweedy, lo merece.

Una gira que concluyó en la madrileña sala de Clamores un día gris que rimaba con esa mirada triste, de niño grande y guitarra pequeña que aún no ha encontrado su lugar en el mundo tras seis décadas en él. La longitud de su carrera la recordaba involuntariamente el propio Sexsmith antes de interpretar «Speaking with the Angels», esa canción que le granjeó su primer contrato discográfico y que escribió tras el nacimiento de su hijo mayor… hace 38 años. Las canciones del canadiense disfrutan hoy de una cada vez más extraña atemporalidad, quizá por su falta de fuegos de artificio, por una mezcla de sutilidad y sencillez que resulta difícil de encontrar. Valen para un roto y un descosido: «In a Flash», escrita para Jeff Buckley, ha sido también dedicada a Elliot Smith y, en esta ocasión, al tristemente fallecido Dallas Good de los Sadies.

Salta al escenario Ramón Arroyo de Los Secretos para interpretar «Secret Heart» y «Get in Line», que el grupo español versionó como «Ponte en fila» y el concierto encamina su recta final hasta concluir con «Galbraith Street», la canción que Sexsmith dedicó a la calle en la que nació. Tras más de tres meses en la carretera, quizá eso era lo que el cantante, a los sesenta años, tenía en mente: volver a ese hogar que con tanta belleza describe en la muy Ray Davies «Spring of the Following Year» después de haber paseado uno de los mejores repertorios que te puedes echar en cara a miles de kilómetros de tu pequeño hogar. Una maravilla.

Texto: Héctor García Barnés

Fotos: Sergi Fornols (Marula, Barcelona)

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