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Depeche Mode – Sportpaleis Amberes (Bélgica)

Si tuviera que definir con una sola palabra lo vivido antes, durante y después del show de Depeche Mode en Amberes, esta sería: emoción. Sin entrar en lo vivido por la banda antes de esta gira y de la creación de su último disco “Memento Mori (2023)”, si le preguntáramos a todos y cada uno de los asistentes al show, éstos tendrían su opinión personal, pero estoy seguro que en algún momento de su respuesta la emoción saldría a la luz.

La configuración del escenario desvela la nueva dinámica que ha pasado a recrear la banda, abriendo espacios para que su propuesta fluya con normalidad, y basándose ésta en lo puramente musical, pero por supuesto con el complemento visual necesario para dotarlo del impacto necesario, Todo ello, desarrollado por un activo Dave Gahan, excelso en sus gestos y más grandilocuente que nunca, manteniendo una forma vocal extraordinaria, un Martin L. Gore dirigiendo el concepto de recreación musical junto a la potente base rítmica que forman Peter Gordeno y Christian Eigner.

Todos sabemos que a la banda le gusta hacer las cosas a su manera, y una de ellas es arrancar los shows con temas del trabajo que están presentando, de ese modo crean la tensión y expectativas necesarias. “My Cosmos is Mine” fue la elegida, sonando en un concepto más metalizado a nivel de arreglos sutiles de bajo y poso industrial, encajando perfectamente con la intrincada y dramática “Wagging Tongue”, dando paso al primer estallido del público ante un par de clásicos como son “Walking Of My Shoes” e “It’s No Good”, activando al mismo para toda la noche.

El setlist escogido pivota entre pasado y presente, pero siempre restructurando arreglos en los temas en relación a los originales, así “In Your Room” se convierte en un áspero blues marcado por la guitarra slide y “Everything Counts” te transporta a una versión actualizada de la ofrecida en el estadio de Pasadena de su mítico doble en directo “101 (1989)”. Por supuesto, el momento donde Martin L. Gore desarrolla su propuesta personal de baladista, siempre se convierte en algo especial y “A Question of Lust” se complementa a la perfección con la recién llegada “Soul With Me“, que da paso a la vuelta de Gahan al escenario para afrontar “Ghost Again”.

Los sonidos crujientes de “I Feel You” y su guitarra polvorienta, junto a la versión ya clásica en su reinterpretación en directo de “A Pain That I’m Used To” nos acercan al formato más rockista de la banda, donde la mínima expresión eleva el estadio a un nivel perfecto para que Gahan eleve sus brazos y haga el gesto con sus manos de las gafas de Andy Fletcher. Esto, da paso al homenaje especial a éste con “World In my Eyes”, convirtiendo éste por mérito propio en uno de los momentos de la noche.

Si la tensión acumulada ya se había soltado hacía rato tanto por banda como por público, las notas iniciales de “Stripped”, solo hacen que elevarla de nuevo, siendo ésta una interpretación espectacular. John The Revelator” mete a Gahan en un concepto de forajido interpretando un electro blues que desemboca en la inmortal “Enjoy The Silence”, sirviendo esta como primer fin de show.

El bis arranca con Gore y Gahan en el extremo de la pasarela del escenario, “Waiting For The Night” es la escogida, cantada a dúo y en la cual se evidencia la admiración y afecto mutuo, haciéndose patente en el abrazo y beso que se dieron al finalizar la interpretación y que sería un ejemplo de la palabra con la que definíamos anteriormente el show, es decir pura emoción.

A partir de ahí, todo se convierte en momentos “icónicos” en lo que a shows en directo se refiere, es decir, convertir el pabellón en una pista de baile para una orgánica “Just Can’t Get Enough”, la piel de gallina de la introducción y el legendario movimiento de brazos al aire de “Never Let Me Down” y dejarse llevar definitivamente con una excelente interpretación de “Personal Jesus”, de arranque en modo feeling bluesero y adentrándose en bases rítmicas espectaculares como final de fiesta. Por último, y no por eso menos importante, volveremos al inicio de estas palabras donde hacíamos referencia al público, ya que este es un factor imprescindible en el desarrollo del show, demostrando su pasión y devoción por la banda en cada uno de los minutos que dura el mismo.

Texto y fotos: Óscar Fernández Sánchez

 

 

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