Aunque nos encontrábamos en un sótano en forma de club, y fuera la noche era lluviosa, Cruzados ofrecen y desarrollan a la perfección con mucha clase, unos temas de clara esencia 100% californiana, de los que independientemente del lugar y situación, te llevan a lugares soleados, rutas en moto notando el viento caliente o a las calles del Strip de LA.
Pongámonos en situación, en poco más de un año, la reencarnación de la banda por parte de su bajista original, Tony Marsico, se dejaba caer de nuevo por nuestros escenarios, cosa que hay que valorar de forma muy positiva. Pero curiosamente, ese es un factor que jugó en su contra, ya que puede que precisamente ese fuera el motivo (al menos en Barcelona), que solo algo más de medio centenar de personas se acercaran a verlos. Aunque no debemos olvidar la amplia oferta de música en directo de una ciudad como Barcelona, y el perfil de publico que asiste a estos shows, decidió valorar otras opciones.
Pero eso no fue un problema, estamos hablando de un sábado por la noche, por lo que había que dejarse llevar y que todo fluyera de forma correcta, la banda se aplicó y con el público apilado en las tres o cuatro filas delanteras, se vivió una noche muy disfrutable. En esta ocasión venían acompañados de un nuevo trabajo, el mini LP «Land of The Endless Sun (2023)», y con la formación basada en el núcleo central de los actuales Little Caesar, es un sinónimo de calidad asegurada. Ron Young es de esos frontmans que desde el pistoletazo de salida con «She’s Automatic» te mantiene enganchado durante todo el show con sus gestos y un punto vacilón. Y si, un tío con estilo, pocos llevan un chaleco sin camiseta debajo y guantes de cuero negro.
Un show en el que se dejaron caer nuevos temas como «Dead Inside», y que se adaptan a la perfección a clásicos como «Bed Of Lies», buscando un equilibrio en un setlist que se nutre de pasado y presente, sonando realmente bien y cargado de “feeling” crujiente. Volviendo a las referencias del inicio de estas líneas, todo ello desemboca en una parte final marcada a toda velocidad y que viene marcada por «Motorcycle Girl» y una vista al Rock And Roll más básico y juguetón que significan «Have Love, Will Travel» y «Johnny Pay To Play». Con todos esos elementos es complicado no completar un show realmente satisfactorio, que queda demostrado a posterior en la complicidad de la banda, intercambiando opiniones, firmando discos, haciéndose fotos, etc… con su público.
Texto: Óscar Fernández Sánchez
Fotos: Alvar Luís Gabaldá
