Encuentros

Más allá de Rodrigo y Gabriela

Del camino hacia el fondo de sí mismos emana In Between Thoughts… A New World, el nuevo disco del virtuoso dúo de guitarristas. Que, ahora inmerso en el No-dualismo, sin más intención que jugar, expresarse y experimentar, ha terminado por dar forma a toda esta filosofía a través de canciones, como “Descending To Nowhere”, que nos van abriendo progresivamente la pesada trampilla hacia la introspección.

Si bien ya podemos escucharlas en la más profunda soledad de nuestro salón, en noviembre tendremos la ineludible oportunidad de hacerlo en compañía de sus propios artífices: el día 7 en Madrid (La Paqui) y el 9 en Barcelona (Razzmatazz 2). Hoy, mientras tanto, solo nos queda prepararnos con estas palabras de Rodrigo:

 Me voy un momento a Cien años de soledad, allí Melquíades decía: «Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarles el ánima». Esta magia sin duda está presente en vuestra forma de tocar, pero ¿cómo? ¿Cómo se despierta a una guitarra?

 El arte, en general, se despierta a sí mismo, esa es mi visión. Simplemente, a través de ciertos cuerpos, ciertas formas, toma esta vida; pero realmente es él mismo quien se despierta y quien se llama, sería muy arrogante pensar que viene de nosotros.

De modo que hay dos formas de conversar con la guitarra: puedes conversar con ella a dos centímetros de profundidad, esto es, de manera superficial; y ahí sí va un poco tu personalidad. Pero cuando hablamos de un despertar, cuando realmente hay algo que sale, es que viene más allá de la persona. Es como un deportista en el flow, ya no existe Messi, ya no existe la personalidad. Existe algo más allá, que no tiene nada que ver con quienes creemos que somos.

En In Between Thoughts… A New World las palabras aparecen solo en los títulos, como una señal de dirección ante la abstracción de la música, ¿habéis dejado más pistas para poder descifrarlo?

El disco es como un soundtrack de una historia basada en la filosofía hindú Vedanta o No-dualismo, como le llaman ahora. Más que pistas, nosotros estuvimos componiendo la música inspirados en esta filosofía. De hecho, grabamos pieza tras pieza siguiendo esta historia y tan real fue este proceso que, cuando terminamos la grabación, no cambiamos el orden de las piezas.

Los nombres, como bien dices, son pointers, pero no solamente de la historia, sino de lo que consideramos que es nuestra verdadera naturaleza. Y es que pensamos que somos este cuerpo, este pensamiento, la personalidad que tenemos; pero, en realidad, cómo percibimos este mundo es el resultado final de una comunicación que existe entre nuestra mente y lo que podemos llamar conciencia. Todo empieza por ahí, por una auto investigación: cuando tú te das cuenta de que, entre pensamiento y pensamiento, tú no dejas de existir, que siempre hay un pequeño espacio, y eso eres tú. A eso nos referimos.

 En este álbum habéis incorporado nuevos sonidos, os habéis abierto más a la experimentación, ¿fue un proceso buscado o más bien una sucesión de encuentros?

Hicimos este álbum en medio de la pandemia porque habíamos descubierto la Vedanta Advaita y estábamos en un proceso personal. Vivíamos casi, casi, en el estudio; era nuestro refugio para trabajar en él, pero mientras lo grabábamos no pensamos ni de chiste que sería el nuevo disco. Precisamente por eso tuvimos la libertad y convicción de hacer cosas diferentes: meter electrónicos, inclusive meter la orquesta. Y, cuando terminamos de grabar, tuvimos una plática Gabriela y yo increíble: si el mundo regresa, creo que ya tenemos el nuevo disco. Y así fue, aquí andamos.

Sobre el escenario parece que os vayáis entrelazando. Pienso en “Finding Myself Leads Me To You”… ¿Qué sentís en esos momentos de conexión?

Conscientemente, hablo ahorita de manera más cognitivamente, te puedes dar cuenta: ay, qué bien, estamos tocando acá, estamos conectados, etc.  Ósea, es válido porque es lo que está pasando y está bien. Pero, realmente, cuando hay cero pensamientos es cuando ya sale de lo más profundo. Entonces yo te puedo decir mil cosas: se siente increíble. Sin embargo, no tengo palabras para eso, no se puede expresar.

Ese awareness o conciencia es la misma con la gente cuando hacemos Meet and Greets al final de los shows: gente que está verdaderamente muy tocada, llorando, y se reconocen. Reconocen esa verdad en ellos mismos y entonces les da un sentimiento de que hay algo y creen que somos nosotros los autores, pero realmente no. Se reconocen a sí mismos.

Lleváis media vida juntos, ¿qué os ha motivado siempre a seguir hacia delante?

Somos como hermanos, la verdad; nuestra relación es muy difícil de poner en palabras. Tenemos un proceso espiritual muy similar, cada quien ha descubierto unas cosas y tenemos diferentes maneras de expresar algo prácticamente imposible, pero compartimos una forma muy parecida de ver la vida desde que nos conocimos, hace más de veinte años.

Hemos vivido tantas cosas juntos que, de alguna forma, hace pensar que hay algo mucho más allá, que es difícil de entender. Realmente, no nos ponemos a pensar que es lo que nos motiva, simplemente lo hacemos porque es eso, eso que no sabemos expresar y que no vemos, lo que nos hace estar haciendo estas cosas juntos y tratar de entender un poco más la vida, de una manera más pacífica.

Ahora esto (el no-dualismo) nos ha dado muchísima libertad y muchísima paz, y nos encanta porque lo estamos compartiendo con la gente y lo vivimos de otra forma, porque fueron muchos años de locura, de estar pensando como locos y hacernos la vida complicada por nada. Sin permitirnos ser esa felicidad que en realidad somos, esa paz y tranquilidad que ahorita, por fin, estamos disfrutando.

Texto: Sara Moa

Fotos: Ebru Yildiz

 

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