Encuentros

Alberto & García, «disfrutamos mucho de lo que no nos pasa»

 

Decir que Alberto & García funcionan de un modo tribal puede dar una impresión equivocada, pero es por culpa de nuestro eurocentristmo. La banda asturiana funciona de un modo infalible y, en lugar de pasarte por encima como una apisonadora, te saca a bailar, no importa lo romo o lo feo que seas. Son el ejemplo triunfante de que es necesario sacarse los complejos y admitir a Ruben Blades, Willi Colon o Gato Pérez como unos de los nuestros, y lo hacen sin perder ni un gramo de la personalidad que les ha ido adornando y que ha ido creciendo a su vera, lejos de achicarse hasta ser un secarral que hace una y otra vez la misma canción han firmado un disco (“La Herida”, Boomerang Records, 2023) tan exuberante como plagado de canciones enormes.

 

¿Puede ser que en este disco se perciba cierta melancolía?

Puede ser, sí, hay algo de eso, hay algo de ira, yo creo que por un lado por la situación evidente en la que está el mundo y en la que se fue gestando el disco, y a nivel personal todos los componentes de la banda estamos en unas edades en las que te empiezan a pasar cosas no tan agradables, gente que más allá de cuestiones laborales se va quedando por el camino, que e un apéndice de la música que haces, y de la música que escuchas, y supongo que sí, que todo eso está ahí.

Seguís sumando elementos pero el estilo sigue siendo igual de reconocible, entiendo que tener la base tan clara es lo que os permite seguir quitando y poniendo.

Realmente no es algo meditado, lo de añadir cosas, más bien creo que tiene que ver con el aprendizaje, con saber traducir lo que tienes en la cabeza, con saber hacerlo música, y también con lo que te comentaba de las edades, hay cosas que son perennes y cosas que vas escuchando y se van filtrando, colores que se van incorporando a la paleta.

También se me antoja más guitarrero que el anterior.

Sí, creo que también con la edad, joder parece que somos unos ancianos (risas), bueno con la edad, es curioso pero a la vez que aparece cierto sosegamiento se incorpora una veta un poco más punk, y el elemento que mejor se hace eco de esa veta es la guitarra eléctrica.

¿Había una omisión deliberada de la guitarra eléctrica para potenciar la raíz latina?

No, no no hay nada en este disco nada que no pensáramos que le iba a venir bien a la canción, quizá en esta ocasión lo que nos parecía es que les venía bien esto, pero nunca hemos decidido quitar algo porque no encajara con lo que hacemos, más bien con lo que tiene que ver con elegir entre ideas, hay veces que tienes que elegir entre varias buenas, y cuando eso sucede es gloria bendita, y para eso está la figura del productor, pero no es que hayamos elegido que la guitarra antes no y ahora sí, todo va en función de la canción.

En “Tribu” me he encontrado con un verso muy potente que dice “Cuando perdemos queremos más”, y me da la sensación de que cada vez sois más combativos pero sin perder la ternura.

Sí, yo creo que hay una delgada línea roja en la que llevamos transitando todo este tiempo, cantar desde un prisma de optimismo o positividad sin ser moñas, y quizá incorporar ciertas situaciones que no son agradables te pueden hacer caer en el victimismo o en hablar de un modo muy explícito de ciertas situaciones, que yo creo que sería caer en el otro lado, algo que tampoco nos interesa, yo creo que es importante dejar la huella de lo que te está pasando pero sin abandonar la pulsión optimista porque básicamente la otra opción es peor.

En el disco vais dando cuenta de lo lejos que estáis del individualismo sociópata y vuestro gusto por crear comunidad, y la verdad es que habéis ido formando una especie de, precisamente, tribu, músicos, productor y mánager, que funciona perfectamente ¿Cómo es esa simbiosis que funciona tan bien?

Bueno, podría decirte, hablando por mis compañeros también, mil cosas, evidentemente desde el management (Ep Management, con Enrique Patricio a la cabeza) la gestión para nosotros es brillante, sobre todo en los últimos años para el sector han sido especialmente duros y nosotros hemos tenido la fortuna de no parar de tocar, o a nivel musical para nosotros es un regalo ver trabajar a Toni Brunet, a quien yo considero una mente privilegiada, pero es que ya con ambos lados nos une una amistad, también con gente de nuestra oficina como Mariluz y Elena, pero más allá de esa amistad yo creo que de donde más aprendemos es de la filosofía de cada uno de ellos que yo creo que todos compartimos y tratamos de llevar a la práctica, recuerdo que Toni había ido a un curso con Tchad Blake, que es productor de Black Keys y de mil más, nos dijo “yo os podría enseñar mil historias relacionadas con la técnica o con la tecnología pero eso no os iba a servir de nada, yo lo que os quiero enseñar es mi filosofía” y lo que nos enseña, lo que vamos sumando es lo que vamos aprendiendo por el camino, y a nivel oficina lo mismo, es todo muy artesanal, ene l mejor sentido, y lo que impregna todo es el profundo amor por la profesión y por el aprendizaje de la profesión, y eso es algo muy bonito.

Se ha ido puliendo la relación entre el centro y la periferia pero ¿hemos ido matizando la idea de “triunfar”?

Bueno, yo creo que la idea del éxito o el triunfo es algo que va cambiando con los años, y la idea de ese lugar es más rica que la tú tenías en un principio, que suele ser muy novelada. La realidad tiene pequeñas, muy pequeñas pinceladas de esa idea, y luego tiene que ver más con el trabajo, y esto todo el mundo lo entiende se dedique a lo que se dedique, el éxito es hacer bien tu trabajo, incluso poder hacer, o ingeniártelas para poder hacer, y luego sí, en nuestro caso hay cosas que te pasan y te llenan que van desde tocar en el escenario X a tocar en un espacio como “Alta Fidelidad” (maravillosa tienda de discos ovetense), y desde luego está la cosa de nunca haber hecho un disco que no nos gustase, que no fuera el que queríamos y sabíamos hacer en ese momento, no hemos tenido nunca la experiencia de hacer un disco en el que te impongan algo, que no sé hasta qué punto ocurre esto, no creo que a Bisbal nadie le imponga nada, pero seguro que sí se da el caso de que haya más voces opinando además de la del propio grupo.

A la hora de tener cierta repercusión nacional, antes era muy importante salir en la televisión, ya no hay música, ni siquiera enlatada, en al televisión, más allá del Cachitos o los Conciertos de Radio3 y demás, pero sí hay redes propias que mover ¿esto dificulta o favorece?

Mira yo no creo que sea accesorio el que no haya música programada en televisión, la prueba es que los espacios que aún quedan tienen mucha demanda de las dos partes, de quienes queremos tocar y de quienes quieren ver música en directo en la tele, estamos en un momento un poco jungla, y a lo mejor lo que le funciona a alguien no le funciona a todo, pero sí te digo que tanto la televisión y la radio tienen mucho peso a la hora de dar a conocer música o bandas que no son hegemónicas, y las únicas que lo están haciendo, tanto a nivel regional como nacional son las televisiones y radios públicas, todo el apoyo es necesario, y es muy difícil sonar en radios, sobre todo ahora que vemos artistas que pertenecen a otra cuota de mercado y ahora están contribuyendo al tapón que se forma y tal vez nos perjudica a otros.

En este disco hay una colaboración de stas que dices “ya era hora ¿no?”

Ya, ya, sí, entiendo que te refieres a Depedro, si nosotros Jairo (Zabala) le admiramos profundamente desde La Vaca Azul, pero a nosotros nos gusta que las colaboraciones sean de una forma determinada, con conocimiento previo, llegando de una manera natural. En este sentido a Jairo le conocíamos desde hace muchos años, creo que desde un festival en Gijón, y sentíamos esa conexión musical pero nosotros no pedimos colaboraciones a puerta fría, si no cuando sentimos que sale, y para nosotros tener esa fotografía sonora con alguien que toca en Calexico, pues imagina. Fue, y es, muy generoso y le estamos muy agradecido.

Siempre habéis tenido mucha mano en la imagen del grupo, pero en este disco ya directamente es cosa vuestra.

Sí, desde que entró en el grupo Manu, el saxofonista, bueno, mi hermano (risas), que es pintor, pues siempre metimos mano en el diseño, pero en este caso ya fue darle manga ancha, además sabíamos que el formato principal iba a ser el vinilo, que es un formato mucho más agradecido, entre otras cosas, a la hora de disfrutar del arte de la portada y del interior, así que ese corazón ardiendo, que es una imagen un poco manida, fue todo un reto, que es hasta un emoji, pero ha quedado perfecto.

Texto: Jorge Alonso

Jorge Alonso

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter