En los últimos años Craig Finn ha alternado publicaciones bajo su propia firma con otras de carácter grupal. Manteniendo a salvo las señas identificativas de ambos proyectos, resulta imposible sin embargo evitar la retroalimentación entre ellos. De ahí que The Hold Steady trabaje actualmente con más cintura sus consabidas y estimables características, sobre todo aquella que les hace sobresalir gracias a una narrativa de literario calado. Aunque bien fogueado por piezas que aúnan el no menos reconocible furor eléctrico con declamaciones épicas, el álbum se identifica por su amplitud de registros, donde la interpretación recitativa queda envuelta en ambientes donde igual el poderío orquestal marca tendencia como se impone la melancólica fragancia del jazz. Puede que todo sea consecuencia del signo de los nuevos tiempos, esos en los que aspiran a integrarse los personajes que protagonizan este cancionero, pero sin duda significa el reflejo del óptimo momento conquistado por la banda.
KEPA ARBIZU