El poder de la palabra en conjunción con la música ha sido uno de los matices que ha distinguido a la música pop y rock en sus diferentes variantes de la vulgaridad. Una característica invariablemente unida a la esencia de la canción cuando esta se convierte en arte. Esta particularidad es la que explota Francisco Villalobos en su propuesta, y lo hace con acertado método.
Villalobos es un artista plástico, conferenciante, escritor, doctorado en Bellas Artes por la Universidad de Granada y guitarrista de la banda Demiurgo. En este momento se encuentra en el proceso de presentar su primer disco en solitario.
Este malagueño, gestado a la orilla del Río Grande, en Coín, responde a la definición más legítima de cantautor contemporáneo. Las canciones que incluye «Tula Hiperbórea» reposan en la espiritualidad entendida como un canto a lo profundo del espíritu humano.
Canciones que evocan a la belleza natural, al poder de la sencillez y lo original, apartando artificios y pretensiones inocuas. El sonido que adapta parte de una base folk y tradicional que discurre con incursiones jazzísticas y rock experimental. La forma de interpretar puede recordar a David Sylvain (Japan) con esa peculiar cadencia.
Escuchar a Villalobos produce una sensación poética, una experiencia que trasciende.
La experiencia «Tula Hiperbórea» ya suena en las plataformas y se podrá vivir en directo el 1 junio en la Librería Luces (Málaga) y el 1 de julio en El Jardín (Coín).
